Tomado del Espectador.com
Por: Felipe Zuleta Lleras
28 Sep 2013 – 11:00 pm
ES TAN BAJO EL LENGUAJE QUE HA adquirido la campaña política que apenas empieza que, confieso, dan hasta ganas de vomitar. Los trinos de todos contra todos, las acusaciones mutuas, las calumnias, los odios, pasiones desenfrenadas y toda cosa nauseabunda que se dice, nos hace pensar que con esa clase política es mejor no meterse para nada.
Tales son los insultos que, por ejemplo, José Obdulio Gaviria ha hecho que, en un acto sin precedentes, el propio expresidente Uribe pidiera el miércoles que lo llamaran de Blu Radio para excusarse públicamente a nombre del Sr. Gaviria.
Y toda esta guerra mediática asquerosa arrancó en forma por cuenta de la inclusión de Obdulio en la lista para el Congreso por el nuevo movimiento Uribe Centro Democrático.
Hay en esa lista nombres interesantes que veo difícil que se vayan a jugar su pellejo con Gaviria. Entre ellos el de Paloma Valencia, una mujer recta, preparada, honesta e inteligente. El viernes me preguntaba sobre las razones por las cuales los hinchas de las barras bravas se matan y que obligaron al alcalde a suspender el partido del martes. Y encuentro una explicación. ¿Qué esperamos de estos jóvenes si ellos oyen y ven en los medios a los políticos decir lo que dicen?
El lenguaje va calando en la conciencia de nuestros jóvenes, que reciben ese pésimo ejemplo de quienes deberían dar muestras de compostura. Las mendacidades y los odios entre los políticos son el claro ejemplo de que Colombia está lejos de vivir en paz. Los malos ejemplos cunden.
Entre ellos el de los criminales de las Farc viviendo ahora como reyes en La Habana, exigiendo cosas que resultan imposibles de cumplir. El mal ejemplo de los parlamentarios viendo a ver cómo no cumplen las sentencias, el de los alcaldes haciendo populismo y el de algunos policías cascándose con quienes deben proteger.
Este país a veces parece ingobernable y, por contera, inviable. Miren lo que pasó con Claro, cuyas multas no paga, cuyo servicio se cae y cuya compensación será tan solo de 666 pesos por usuario perjudicado el miércoles.
Resulta siendo este país un revuelto de todo, revuelto que por supuesto no produce sino violencia indiscriminada, corrupción desenfrenada, descontrol absoluto y frustración permanente.
No existe la menor posibilidad de que Colombia salga adelante sin un propósito común. Y ese no se ve por ningún lado. No es la paz, no son las reformas importantes como la de la salud, no es la reforma a la justicia, no es sacar adelante a nuestros niños, no es parar la violencia en el fútbol. ¡En fin!
El día que nos dejemos de odiar los unos a los otros entenderemos que podríamos, así sea lejanamente, acercarnos a ser un país medianamente civilizado. Pero eso no parece estar ni siquiera cerca.
Notícula. Recordé esta semana lo que sostuve hace tres semanas. El Twitter puede llegar a ser ese gran inodoro en donde muchos vierten su mierda verbal por ser incapaces de asumir sus propias miserias.
@FZuletalleras