Estrasburgo (Francia), 13 de septiembre de 2023.- La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, instó este miércoles a responder «a la llamada de la historia», como Europa hizo tras la Segunda Guerra Mundial, al respaldar la membresía de Ucrania y otros candidatos en una futura ampliación de la UE hasta con más de treinta socios.
«La historia nos llama ahora a trabajar para completar nuestra Unión», afirmó Von der Leyen en su último discurso sobre el Estado de la Unión de esta legislatura ante el pleno de la Eurocámara en Estrasburgo, en el que repasó los grandes hitos de los últimos cuatro años e instó a completar el trabajo que queda pendiente antes de las próximas elecciones europeas de principios de junio de 2024, sin desvelar si planea postularse para otro mandato.
«El futuro de Ucrania está en nuestra Unión», pero también el de los Balcanes Occidentales y Moldavia, dijo la política alemana, consciente igualmente de «hasta qué punto la perspectiva europea es importante para tanta gente en Georgia», pero evitó establecer una fecha concreta para la ampliación, desmarcándose así del año 2030 que ha plantado el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.
«Creo que la próxima ampliación debe ser también un catalizador del progreso», señaló, y se mostró convencida de que la UE «también funcionará con 30 o más» miembros.
Ahora bien, los candidatos no podrán tomar atajos y tendrán que recorrer el «proceso basado en el mérito» de la adhesión, un camino que «no está exento de obstáculos» y que requiere «trabajo duro y liderazgo» para cumplir con todos los requisitos y reformas marcados por Bruselas para asumir el acervo comunitario.
En cambio, «si fuera necesario», Von der Leyen se abrió a cambios en los tratados de la Unión Europea para esa nueva ampliación. «Ha llegado la hora de que Europa piense a lo grande y escriba su propio destino», afirmó la alemana en el apartado final de su intervención dedicada a Ucrania, y en el que se vivió un muy emotivo momento protagonizado por el escritor colombiano Héctor Abad.
El autor de «El olvido que seremos», el invitado de este año por Von der Leyen a su discurso, arrancó una sentida ovación de un hemiciclo puesto en pie, que le aplaudió mientras mostraba en silencio la fotografía de la escritora ucraniana Victoria Amelina, fallecida por un ataque con misil ruso al restaurante en el que ambos cenaban en Ucrania.
Europa «mantendrá viva la memoria de Victoria y de todas las víctimas», dijo Von der Leyen a un emocionado Abad.
La jefa del Ejecutivo comunitario estructuró el resto de su discurso en una introducción en la que repasó los grandes hitos de su intenso mandato, cuyo frenético ritmo se vio marcado por las negociaciones finales del Brexit, la crisis sanitaria y económica de la pandemia y la guerra de Rusia contra Ucrania, y en otros tres apartados dedicados los retos del Pacto Verde Europeo, la competitividad y la inteligencia artificial.
Hubo en sus palabras el orgullo de haber traducido en acciones concretas más del 90 % de las orientaciones políticas que presentó en su discurso de 2019 para buscar la aprobación del Parlamento Europeo a su nominación, lograda por los pelos.
Y ahora, cuando faltan 300 días para las próximas elecciones europeas, Von der Leyen instó a los eurodiputados (a quienes en un lapsus llamó «honorable Estados miembros» de la Eurocámara, lo que provocó una carcajada general, incluida de ella misma) a ganar «la confianza de los europeos para responder a sus aspiraciones y a sus ansiedades» completando «el trabajo que nos han confiado».
Por lo demás, pocos anuncios. El más destacado, la apertura de una investigación contra los subsidios que China concede a sus vehículos eléctricos, cuyos precios son «artificialmente bajos», dijo, por estas ayudas públicas y suponen pérdidas para las compañías europeas, lo que algunos analistas ven ya como la chispa que podría abrir una guerra comercial con el gigante asiático.
Anunció también que Bruselas organizará una conferencia internacional contra el tráfico de personas o que abrirá el uso de sus ordenadores de alto rendimiento a las empresas que desarrollan inteligencia artificial para que esta tecnología evolucione dentro de unos límites éticos.
Reclamó, por otra parte, «más diálogo y menos polarización» en el debate entre la protección del medioambiente y el futuro de la agricultura en la Unión Europea, un área donde la tensión política ha aumentado notablemente en los últimos tiempos, especialmente en su familia política conservadora.
En definitiva, abogó por «un continente reconciliado con la naturaleza y que abre el camino a las nuevas tecnologías. Un continente unido en libertad y paz», que «responda a la llamada de la Historia», concluyó.
Catalina Guerrero
EFE