La Paz, 21 de noviembre de 2023.- El futuro de la relación entre Bolivia y Argentina es incierto con la llegada a la Presidencia del ultraderechista Javier Milei, entre el declive de la venta del gas boliviano y la proyección del país por ser miembro pleno del Mercosur.
El presidente boliviano, el izquierdista Luis Arce, dejó en claro que buscará que las relaciones entre ambos países se mantengan «firmes como hasta ahora, con base en la hermandad, complementariedad y respeto mutuo».
Los Gobiernos del oficialista Movimiento al Socialismo (MAS) de Evo Morales (2006-2019) y Arce han sido aliados de las administraciones de Néstor Kirchner (2003-2007), Cristina Fernández (2007-2015) y Alberto Fernández (2019-2023), con las que compartió los principios de izquierda.
«No se sabe cuál va ser el camino que siga Milei en sus políticas económicas -con Bolivia- (…) si vamos a estar ante un Milei que sigue radical como en su último discurso o vamos a tener un Milei deslactosado (moderado)», dijo a EFE el economista Gonzalo Chávez.
El experto anticipó una relación «pragmática» de Argentina bajo el mandato de Milei con los «socios comerciales grandes» como China o Brasil, pero con una «visión ideológica» de izquierda, con los que «no hay muchos intereses en juego».
A esto deben sumarse los «contrapesos» internos que debe afrontar el presidente electo de Argentina en el Parlamento, sus regiones y los sectores sociales afines al kirchnerismo, añadió.
Relación con el gas
El gerente del privado Instituto de Comercio Exterior (IBCE), Gary Rodríguez, precisó a EFE que desde hace un par de décadas las relaciones entre Bolivia y Argentina han estado «gasificadas», por la venta del energético boliviano al país vecino.
Rodríguez dijo que la cantidad de productos bolivianos que ingresan a Argentina «no llega a 100» y que el 75 % corresponde a la venta de gas natural, en comparación a los más de 2.000 que Bolivia adquiere de su vecino del sur.
«El comercio global bilateral fue de 3.000 millones de dólares en 2022, de los que 1.744 millones fueron ventas de Bolivia (incluyendo gas natural por 1.330 millones) y 1.400 millones importaciones desde Argentina», según los datos del IBCE.
La relación comercial podría modificarse desde mediados del próximo año, puesto que el Gobierno de Alberto Fernández adelantó la firma de una adenda al contrato de compra de gas boliviano para que finalice a mitad de 2024.
Nueva balanza comercial
La relación comercial entre ambos países sin la variable del gas podría implicar un «déficit comercial significativo» para Bolivia, dijo el economista Chávez.
En el caso de que Milei consiga la estabilización y la dolarización de la economía argentina, el déficit comercial de Bolivia respecto a su vecino podría ser «más complicado» por el incremento de los precios.
El incremento de costos afectaría directamente a las importaciones de gasolina y diésel además de harina, producto que Bolivia utiliza para la elaboración de pan corriente, dijo.
Mientras que Rodríguez apuntó que la elevación de los costos supondría la «importación de inflación desde Argentina, por la vía formal e ilegal y la disminución del contrabando de los productos argentinos».
Chávez y Rodríguez coincidieron en que si Milei realiza los ajustes económicos que planteó en su campaña electoral, como la privatización de la salud y la educación, los migrantes bolivianos en Argentina mandarán «menos dinero a Bolivia».
Asimismo, la llegada de Milei genera una incógnita sobre el destino del Mercosur, bloque al que Bolivia tramitó ingresar en 2012 y que podría consolidarse próximamente si es que finalmente el Senado de Brasil aprueba esa adhesión.
«La posibilidad de que Mercosur se debilite, puesto que Milei apuesta por el libre comercio y la firma de acuerdos comerciales internacionales», dijo el gerente del IBCE.
Aunque Chávez afirmó que el destino del Mercosur dependerá de la relación que el Gobierno de Milei adopte con Brasil, si es que en ella prevalece el factor ideológico o los intereses económicos comunes.
EFE