Los Triana, 28 años de vida delictiva

1983

Por Luis Fernando Quijano Moreno

Hace unos doce días la Agencia de Prensa Análisis Urbano,  la Revista Proceso —México— y El Tiempo obtuvieron en exclusiva una entrevista con una de las bandas más antiguas del crimen urbano en el Valle de Aburrá, Los Triana, que en tiempo de vida ilegal sería solo superada por la banda criminal La Terraza, que actualmente se conoce como Los Hijos de la Oficina o Línea Douglas[1].

“Coordinador A” y “Coordinador Z”, sus voceros, fueron contundentes en señalar que Los Triana no pertenecen a La Oficina y que quieren la paz, siempre y cuando se trate de un proceso que contemple dar empleo a los jóvenes de los barrios populares y en general ,mejorar las condiciones de vida de las comunidades donde hacen presencia.

También hablaron de sus negocios ilegales –el microtráfico, las plazas de vicio y los “pagadiario” y del “orden social” que aseguran en los barrios que controlan.

Tiene, dijeron, una organización de la que forman parte unos 2.000 integrantes, todos los cuales reciben sueldos, incluso los hombres que tienen en diferentes cárceles del país.

La clave de su éxito como organización delictiva, aseguraron, es su cohesión interna.

Los Triana, 28 años de vida delictiva

A finales de la década de los ochenta surgen Los Triana, se decía que su fundador, Elkin Triana Bustos, respondió militarmente al ataque armado que sufrió su familia por parte de las Milicias 6 y 7 de Noviembre, que inicialmente estaban adscritas al ELN y que tras independizarse empiezan a conocerse como Milicias Populares del Valle de Aburrá. Estaban comandadas por alias Lucho, un antiguo militante del ELN que provenía del Frente Obrero de esta guerrilla; sin embargo, en la investigación periodística realizada y posteriormente corroborada en entrevista exclusiva por Elkín Triana, entrevista que saldrá posteriormente y que despejará incógnitas del  trasegar de Los Triana, Elkín afirma que no fueron las milicias las que asesinaron a su madre, tío y hermanita de once años que también fue violada antes de morir.

Los Triana es considerada una de las bandas más poderosas del crimen urbano y con varias características especiales que la hacen sui generis frente a las bandas antiguas que aún subyacen, las que surgen después y las actuales. Es independiente de cualquier estructura mafiosa que haya existido, como La Oficina de Pablo Escobar, el Cartel de Medellín, la alianza paraestatal Los Pepes[2] (Perseguidos por Pablo Escobar) —que derrotó y asesinó al jefe del Cartel de Medellín— y La Terraza —organización criminal a la que le fue encomendada la tarea de regular el crimen urbano y rural en el Valle de Aburrá después del triunfo de Los Pepes—.

La banda Los Triana vio llegar, después del sometimiento militar de La Terraza, a los paramilitares que incursionan en Medellín como Bloque Metro, aniquilado por el Bloque Cacique Nutibara, con Don Berna a la cabeza. La banda observaba y se mantenía por fuera del conflicto, sin embargo, crecía exponencialmente, agazapada y asumiendo un papel neutral, pero con ambición, armada y con un control territorial en ascenso.

Tras la desmovilización parcial de las AUC y sus bloques urbanos y rurales, Medellín y el Valle de Aburrá sufren el impacto de que no se haya desmantelado totalmente el aparato delincuencial; más de 350 bandas siguen activas y operando a pesar de haber estado sometidas militarmente por alias Don Berna. Por lógica deberían haberse desmantelado, pero llega el 2004 con la llamada «donbernabilidad» —bautizada por Corpades como la paratranquilidad urbana— y la regulación del crimen es total. En esa etapa la banda de Los Triana seguía relacionándose, pero nunca juntándose, con el nuevo poder urbano. No tenía necesidad de hacerlo porque era respetada y su experiencia en negociación y diplomacia le daba un puesto privilegiado. ¿La razón? Elkin Triana estaba en la misma cárcel que Don Berna y, a punta de diplomacia, logró mantener independiente a su organización.

Llegan las extradiciones y la guerra urbana

Segundo semestre de 2007, empieza a resquebrajarse el cogobierno criminal o paratranquilidad urbana. Es inminente que estalle la guerra, La Oficina esta desestabilizada ad portas de la extradición de Diego Fernando Murillo Bejarano, quien ya poco puede hacer. Los remezones se sienten, las muertes violentas crecen.

El 13 de mayo de 2008 sale extraditado alias Don Berna a los Estados Unidos, se creyó que su salida calmaría la guerra y no fue así. Dos líneas surgieron, una liderada por Valenciano y otra por Sebastián, quienes entraron en lucha a muerte —más de 6000 homicidios así lo confirman—. En esta guerra los dos jefes buscaron a Elkin Triana para que los apoyara. Le ofrecieron armas, dinero y poder territorial. La negativa fue total:

«Los respeto a los dos, han sido mis amigos, es la razón para no estar en su guerra», afirmó Triana.

Esto fue confirmado en la entrevista realizada a los voceros de Los Triana: «Para nosotros la guerra no es un buen negocio, eso lo inculcó nuestro fundador», aseguraron.

Terminada la guerra a finales de 2010, un nuevo poder emerge y se consolida: La Oficina, que tiene todo ajustado a un solo jefe, alias Sebastián. Valenciano se retiró, aunque otros afirman que fue derrotado. En esta etapa la banda de Los Triana no recibe ninguna oferta de La Oficina. No hubo razón para ello: ¿para qué ofrecer dinero, armas, territorios y negocios si se tiene el poder completo de Medellín y el resto del Valle de Aburrá?

Razón tienen quienes han investigado el fenómeno criminal urbano y rural: «La guerra es un mal negocio para los Estados e incluso para los criminales». 

 

Llega el 2012 y la guerra estalla en Medellín y en el resto del área metropolitana. Los otrora Urabeños —hoy conocidos como AGC o Clan del Golfo—, desde los bastiones militares y territoriales que les dejó Valenciano, emprenden la guerra contra La Oficina. Unos y otros buscan aliados en todas partes, legales e ilegales, y obviamente ambos bandos buscan el apoyo de Los Triana.

La respuesta fue la misma: «La guerra no nos interesa».

Y ellos, los criminales de antaño, llenos de experiencia en negociar, pasan de agache y, con diplomacia, vuelven a mostrarse neutrales.

En Julio de 2013 emerge el Pacto del Fusil[3] entre las dos estructuras paramafiosas: La Oficina y las AGC. Sin embargo, adentro de La Oficina las cosas pintan de otra manera, dos líneas existen, por un lado, la llamada Línea 80, conocida como la Alianza Criminal del Norte, que estuvo liderada por Carlos Chata o Tom antes de su caída y que hoy aparece como  Dirección Colegiada de los Grupos Armados Organizados que actúan en el Valle de Aburrá y sus alrededores, con alias Ocho a la cabeza; y la Línea 20 —bautizada por Análisis Urbano como La Confederación Criminal de Medellín—, con Douglas dirigiendo y secundada por Carlos Pesebre.

Ambas líneas están frente a una posible nueva guerra que ya ha propiciado enfrentamientos en siete zonas de Medellín. Es seguro que si no acuerdan una tregua de larga duración o un nuevo pacto criminal se enfrentarán, y como la historia tiende a repetirse, buscarán a Los Triana para fortalecerse militar y territorialmente. Encontrarán, sin duda, la misma respuesta:

 

[1] La Terraza, activa desde inicios de la década de los ochenta, actualmente lidera la llamada Línea 20 o la minoritaria de la Oficina del Valle de Aburrá (Oficina de Envigado) y que se podría denominar la Confederación Criminal de Medellín. En ella estarían participando, además, Los Pesebreros y La Oficina de San Pablo.

[2] A esta organización ilegal pertenecía Diego Fernando Murillo Bejarano, conocido como Don Berna —posteriormente como Adolfo Paz—; quien luego comandaría la aniquilación de la jefatura de La Terraza cuando estos se le rebelaron a las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (ACCU), de los hermanos Castaño.

[3] Hoy vigente.

Esperen la primera parte: «Los respetamos, pero la guerra no es nuestro negocio, no nos interesa», afirmaron en la entrevista los voceros de Los Triana, y  además dejan muy en claro: «No somos de la Oficina de Envigado, nunca lo hemos sido, somos Los Triana».

A continuación, la entrevista completa a la banda Los Triana, una estructura criminal, empresarial y militar que somete territorios y comunidades.