Moscú, 24 feb – Independientemente de lo que proclama el Kremlin, el hartazgo entre los rusos con la guerra en Ucrania va en aumento en el segundo aniversario de la invasión de ese país, según las encuestas y la oposición, a lo que ha contribuido tanto las numerosas bajas en el frente como el aumento del coste de la vida.
«Entre un 52 % y un 57 % de los rusos cree que hay que parar la guerra e iniciar negociaciones de paz», comentó a EFE Lev Gudkov, veterano sociólogo del Centro Levada.
Sea como sea, la máquina de propaganda sigue bombardeando a sus ciudadanos con el relato de que el ejército ruso no combate solo contra Ucrania, sino contra la amenaza occidental, lo que permite al jefe del Kremlin, Vladímir Putin, mantener al país en pie de guerra dos años después.
«Es un hecho que hay un hartazgo acumulado. La gente ya no quiere guerra, pero no sabe cómo frenarla ni influir en la política del Kremlin. Los rusos no ven la luz al final del túnel», señaló Gudkov.
Según Levada, «un 30-35 % está dispuesto a llegar hasta el final, mientras muchos otros no quieren combatir y su apoyo es pasivo, pero tampoco están dispuestos a protestar contra el autoritarismo».
«La gente comprende perfectamente que en Ucrania hay grandes destrucciones, pero la propaganda oficial explica que el enemigo es el Occidente colectivo», apuntó.
De hecho, «un 60 % culpa a Estados Unidos y a la OTAN» del estallido del conflicto y «sólo un 10 por ciento siente culpa y vergüenza» por lo que está pasando con el país vecino.
Los rusos belicosos, una minoría
«Puede ser que sólo un 20 % esté categóricamente en contra de la guerra, pero también son pocos los que conscientemente apoyan la guerra», comentó a EFE Yan Rachinski, director de la organización Memorial, premio Nobel de la Paz en 2022.
En su opinión, el resto apuesta por el «conformismo», una postura muy comprensible teniendo en cuenta que cualquier muestra pública de repulsa puede ser castigada con la cárcel.
«En ningún lugar del mundo hay tantos uniformados por cada mil personas como en Rusia», explica el activista, quien recuerda que Moscú sigue sin llamar a la guerra por su nombre.
Considera que el partido de la paz carece de capacidad de organización, aunque las colas que se formaron en enero en apoyo del único candidato presidencial que se oponía a la guerra, Boris Nadezhdin, demuestran que existe un fuerte potencial de descontento con la campaña militar.
Una mayoría pacífica, según la oposición
Comparte su postura la opositora Yekaterina Duntsova, quien subraya que «sólo un 20 % mantiene una postura radical», lo que incluye a los funcionarios, a la gente que hace todo lo que dice el partido del Kremlin y a aquellas personas «imbuidas por la propaganda».
«Y en el medio estamos aquellos que queremos vivir en paz, que somos la mayoría», asevera la política que intentó inscribir su candidatura a la Presidencia rusa con la paz como principal punto de su programa.
Según la opositora, la mayoría de rusos que apoya el cese de los combates no sólo no hace nada para hacer realidad sus aspiraciones, sino que tiene miedo a hablar de ello.
«Somos muchos, ya que cualquier persona razonable no quiere vivir en las actuales condiciones, cuando su país está enfrentado a otro. Cualquier persona normal desea la paz. Estoy convencida de que hay mucha gente razonable en Rusia», insiste.
Duntsova admite en que la mayoría de la gente no está dispuesta a hacer nada mientras no le afecte directamente.
«Van de casa al trabajo. Nada de política ni de elecciones. Mucha gente nunca se pregunta qué está pasando. Ahora, se sienten más seguros junto a la mayoría. Les parece que la mayoría es lo que dicen los de arriba», asegura.
Sí a la guerra, no a los combates
Levada explica que, aunque parezca contradictorio, tras dos años de guerra los rusos siguen apoyando mayoritariamente la campaña militar, aunque más de la mitad anhele el fin de las hostilidades propiamente dichas.
«Son dos caras. La operación militar especial la apoya un 77 % de los rusos. Pero, al mismo tiempo, la mitad cree que el precio que paga el país es muy grande, aunque eso no quita para que el mismo número crea que la campaña fue una decisión correcta», apuntó Gudkov.
En cuanto a las negociaciones, la mitad aboga por entablar negociaciones con Kiev, pero «repite al pie de la letra el programa de Putin».
«Es decir, la capitulación de Ucrania, renunciar a la OTAN y conservar los territorios ya conquistados. Todas esas son condiciones que hacen imposible cualquier negociación», asevera.
EFE