Sídney (Australia), 26 feb – Un tribunal de Nueva Zelanda comenzó este lunes las vistas en las que emitirá las condenas contra seis entidades halladas culpables por fallos en la seguridad y en materia de salud vinculadas a la erupción en 2019 del volcán Whakaari, que dejó 22 muertos y 25 heridos.
El juez Evangelos Thomas del Tribunal Ambiental de la ciudad de Auckland escuchará durante dos semanas las declaraciones de algunos de los supervivientes y familiares de las víctimas antes de decidir las potenciales indemnizaciones y multas.
Los acusados, entre los que se encuentra la compañía familiar que gestionaba la isla privada donde se encuentra el volcán, operadores turísticos y una agencia gubernamental, podrían ser condenados a pagar multas de hasta 1,5 millones de dólares neozelandeses (930 millones de dólares estadounidenses o 850 millones de euros).
El 9 de diciembre de 2019, el Whakaari entró en erupción mientras decenas de turistas se encontraban en la isla o sus proximidades, provocando la muerte de 22 personas -en el lugar y mientras eran tratados de las quemaduras- y dejando 25 heridos.
El Whakaari, uno de los volcanes más activos y turísticos de Nueva Zelanda, entró en erupción mientras se encontraba en alerta 2 (de una escala de 5) que preveía leve actividad volcánica y cuando 47 personas, la mayoría de ellas turistas, permanecían en la isla.
Durante la vista inicial, el magistrado Thomas reconoció durante la apertura los cuatro años de «sufrimiento» de los familiares y supervivientes.
Entre los primeros testimonios se escuchó a Alan Inman-Marshall, que perdió a su hijo Hayden, quien trabajaba como guía para la compañía turística White Island Tours cuando pasó la catástrofe.
«Cada mañana, cuando me despierto, puedo ver la Isla Blanca (donde se encuentra el volcán) en la distancia y preguntarme dónde yace el cuerpo de Hayden, ya que nunca regresó a casa», según la declaración de Inman-Marshall leída hoy por una integrante del equipo de Apoyo a las Víctimas.
En su turno, la estadounidense Lauren Barham-Urey, quien durante la erupción visitaba Whakaari de luna de miel con su marido Matthew, declaró que ha sido sometida a más de 75 operaciones a raíz del incidente.
«Después de despertar del coma (…) recuerdo que deseaba haber muerto en la erupción», dijo en un mensaje grabado, recoge la emisora pública Radio New Zealand.
En octubre de 2023, la justicia neozelandesa declaró culpable por fallos de seguridad a la empresa Whakaari Management, el fideicomiso con el que los hermanos Andrew, James y Peter Buttle, gestionan las actividades turísticas relacionadas con esta isla que está en manos de esta familia desde 1936.
Esta empresa fue declarada culpable por no adoptar las medidas necesarias para evitar exponer a cualquier persona al riesgo de muerte o lesión grave.
Las otras cuatro empresas turísticas que serán condenadas, después de que aceptaran el año pasado las acusaciones en su contra, son White Island Tours, Volcanic Air Safaris, Kahu New Zeañand y Aerius, por sendos cargos por su responsabilidad en esta tragedia.
Asimismo, GSN, el organismo gubernamental que vigila la actividad volcánica en Nueva Zelanda, será condenado por separado el próximo jueves y afronta una multa de 500.000 dólares neozelandeses (308.250 dólares estadounidenses o 284.800 euros).
EFE