Tomado de las 2Orillas
¡Aquí mando yo!, cuando José Obdulio Gaviria fue de izquierda
El hombre más influyente del Uribismo quien pasó de ser un radical de izquierda a un radical de derecha guiado por una obsesión: el poder.
José Obdulio aprendió a hacer política en la izquierda. Ironías de la vida. Y en la extrema izquierda. La que tanto persigue hoy, la que le quita el sueño. Se inició en el movimiento estudiantil de la Universidad Bolivariana pero terminó militando en el Partido Comunista-Marxista Leninista Línea Maoísta (PCML), cuyo brazo armado era el Ejército Popular de Liberación, la guerrilla del EPL, comanda por Pedro Vásquez Rendón.
Con convencimiento hizo proselitismo en Urabá, Córdoba, Antioquía y Caquetá, comprometido con las luchas agrarias de los años 70, donde asesoró campesinos a través de la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos (Anuc) que lideraba el movimiento rural colombiano con una dinámica radical durante el gobierno de Carlos Lleras Restrepo. José Obdulio no fue ajeno a ésta y acompaña el proceso de toma de las tierras de la Caja Nacional Agraria en el corregimiento de Currulao, en Chigorodó, en el Urabá Antioqueño, o la de la hacienda La Troya, en Salgar, Antioquia, el municipio donde nació el ex Presidente Uribe, que entonces también daba sus primeras peleas políticas, desde el liberalismo, en las aulas de la Universidad de Antioquia. Se iniciaron en la política desde orillas contrarias.
José Obdulio vivió en Marmato, compenetrado con las reivindicaciones de los mineros. Dicen que allí conoció a Don Berna quien también era militante del EPL, un encuentro que daría una importante cosecha años después para posibilitar el proyecto de desmovilización de Bloque Cacique Nutibara de las AUC que realizó su primera entrega de armas en el 2003 cuando su hermano Jorge Gaviria dirigía la Alta Consejería para la reintegración en Antioquia. En Medellín, con esta desmovilización se inauguró Sergio Fajardo en su alcaldía, comenzando el gobierno de Álvaro Uribe.
Se estrenó en el comité estudiantil donde actuaba como coordinador de los grupos más radicales de la Universidad de Antioquia, donde las manifestaciones diarias buscaban el retiro del rector Ignacio Gómez Escobar. Como coordinador del Comité, junto con Carlos Gómez y otros estudiantes, impulsó la única huelga que ha habido en la Universidad Bolivariana, en un momento en el que la mano dura del presidente Carlos Lleras Restrepo se hacía sentir en las aulas de clase. Encabezaron una marcha por el centro de Medellín, con una gran pancarta que decía “Se emberracó la UPB” y que concluyó con la quema de una bandera de Estados Unidos frente a la sede del consulado estadounidense en la céntrica Avenida La Playa. José Obdulio, a sus 18 años, era un muchacho de mano cerrada y puño levantado, de suéter y tenis, con mochila arhuaca terciada en la que guardaba libros de Marx, Hegel y Rousseau, mientras arengaba a todo pulmón contra el establecimiento y las elecciones.
José Obdulio Gaviria y Jaime Jaramillo Panesso (der) en la Escuela Nacional Sindical en Medellín. Foto: Archivo Particular
De la Universidad partió para Marmato y estando allí José Obdulio entró en crisis con la militancia de izquierda. Cuestionó con dureza el trabajo y la manera de relacionarse con las comunidades y las posturas que no iban para ninguna parte. De nuevo, su talante de “aquí mando yo” se hizo sentir, y sin hacer concesiones, después de haber “puebliado” y de pasar incomodidades, durmiendo en cualquier esquina, apoyando campesinos, se apartó del grupo. Le reapareció su talante centrado en el fundamentalismo y la elocuencia a la hora de a argumentar. Ese fue su momento de quiebre, rompió con la militancia en la izquierda radical y diseñó un nuevo camino. Sus ideas aún seguían teniendo distancias del establecimiento político.
Sus críticas al EPL y al Partido Comunista las canalizó través del movimiento político Ruptura, al que se vinculó en 1975. Esta nueva opción estaba más dirigida a apoyar procesos judiciales en defensa de presos políticos, para lo cual formó parte del Comité de la Defensa de los Derechos de Presos Políticos. Cambió de geografía.
A mediados de la década de los ochenta tomó rumbo hacia el Valle del Cauca. Mantenía sus convicciones y empezó a asesorar política y laboralmente a grupos de campesinos y trabajadores urbanos de la mano de un equipo de investigadores entre quienes estaban Carlos Alfredo Cabal, quien murió trágica y dolorosamente en la matanza del restwpante Pozzeto, Fernando Urrea, José María Rojas y Cesar Jaime Gómez quien trabajaba en la aplicación de la nueva ley laboral. En ese período contrajo matrimonio con Carmenza, su actual esposa quien se convirtió en un soporte clave en su vida. Durante su tiempo en el Valle frecuentó también a Margoth de Pizarro, la mamá de Carlos Pizarro y toda la familia, a quien conocía José Obdulio de los tiempos en que ambos fueron seminaristas en La Ceja en Antioquia. La amistad con Eduardo Pizarro, hermano de Carlos, la conservó a lo largo de los años y fue él quien lo promovió para que fuera el primer director de la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación creada durante el gobierno de Álvaro Uribe Vélez, a quien atacó duramente Angelino Garzón con la llegada de Santos al poder, fue nombrado embajador en La Haya, en Holanda. José Obdulio es amigo de sus amigos.
José Obdulio Gaviria compartinedo con su hijo en los años 70. Foto: revista Soho
Fue en Cali donde se entusiasmó con la causa de Firmes y participó junto a su grupo de amigos y Jorge Orlando Melo, quien se desempeñaba como vicedecano académico de la Universidad del Valle, en el nacimiento del movimiento que se convirtió en una alternativa política frustrada de muchos dirigentes de centro izquierda, entre los que se encontraban Gabriel García Márquez y Enrique Santos Calderon, el hermano mayor del Presidente Juan Manuel Santos, quienes además habían fundado la Revista Alternativa. Los antagonismos de José Obdulio con Enrique Santos fueron creciendo con el tiempo y hoy por el tema del proceso de paz con las Farc son más que evidentes.
Portadas de la Revista Alternativa, fundada por Gabriel García Márquez y Enrique Santos Calderón, entre otros. Foto: Metaskopia.com
Corrían los años 80 cuando José Obdulio cerró con Firmes ese capítulo de centro izquierda de su vida, del que le quedaron amigos como Jaime Jaramillo Panesso, Darío Vélez, Benjamín de los Ríos, Saúl Franco, Hernando Corral, a quienes vincularía al proyecto político de Álvaro Uribe Vélez, algunos desde sus inicios en el Instituto de Estudios Liberales de Antioquia. Los convenció del nuevo camino con la misma vehemencia con la que compartieron ideales en la izquierda, de donde salieron llenos de frustración y escepticismo.
José Obdulio Gaviria al lado de Álvaro Uribe Vélez, quien como presidente siempre lo escuchó como su principal consejero. Foto: El Espectador
De ahí en adelante, y durante los siguientes 25 años, su actividad política y su reflexión ideológica han estado siempre en función de un líder a quien admira sin reparos: el expresidente Uribe. Ha logrado convertirse en su hombre de confianza y su gran respaldo ideológico. Fue Gaviria quien publicó en la Editorial Planeta, en donde el Uribismo ha tenido siempre una gran acogida y donde trabaja su hijo Juan José Gaviria Mira como editor, el libro que fue el sustento de las tesis para la reelección (Reelección: que el pueblo decida), donde se elaboró la fundamentación política e ideológica de su su pensamiento.
José Obdulio ha cambiado las ideas, pero no su actitud frente a ellas. Los títulos de sus libros de cabecera han cambiado, pero no la intensidad de su lectura. El de ayer era el Pensamiento de Mao TseTung, el de hoy es Fouché, el genio tenebroso, de Stefan Zweig. Y entre tanto, José Obdulio permanece firme; inamovible. Que los demás cambien mientras el no cambia. La misma rigidez que lo llevó a defender el ideario de un grupo guerrillero como el EPL lo sostiene en la defensa a ultranza de un ideólogo, un líder que él considera único e irremplazable en la historia política de Colombia: Álvaro Uribe Vélez. El punto de quiebre estuvo en las ideas, pero no en la postura: aqui mando yo!
Foto Portada: Sebastián Jaramillo