París/Berlín, 6 may – Hace unos meses, cuando se repartían los boletos de favorito para la final de la Liga de Campeones, pocos apostaban por el Borussia Dortmund mientras que el París Saint-Germain entraba en la mayor parte de las quinielas.
Los alemanes tenían que firmar una temporada de ensueño y los franceses apoyarse en su plantilla, en su estrella, Kylian Mbappé, y en la confianza en que el nuevo entrenador, Luis Enrique, espantara de una vez por todas los fantasmas europeos.
Pasados esos meses, el fútbol ha repartido de nuevo las cartas y gracias al 1-0 de la ida, el Borussia aterriza en el Parque de los Príncipes con una seria opción de optar a su segunda Copa de Europa, 27 años después de la que ganaron en Múnich capitaneados por Mathhias Summer y con Ottmar Hitzfeld en el banquillo.
A lo largo de los meses, los de Dortmund han ido haciendo creíble esa opción que también anhelan en París, conscientes de que pasa por su segunda remontada consecutiva en Europa, tras la lograda en Barcelona, en un club que nunca antes había remontado.
Para los franceses también sería su segunda final, la primera en tiempos normales porque la anterior, la de 2020 fue en Lisboa, sin público y en tiempos de la covid.
Fortalecidos por la fe de su técnico, Luis Enrique, los parisienses confían en darle la vuelta a un resultado adverso que dé el crédito definitivo a un proyecto que no termina de asentarse.
Pendientes de Mbappé
Será la primera semifinal que se juegue en el Parque de los Príncipes y la última con la camiseta local de un Mbappé sobre el que pesarán todas las miradas, las esperanzas de los franceses de que, al fin, marque la diferencia, y los temores de los temores de los germanos.
Hay ya ganas en París de que, antes de que haga las maletas poniendo fin a sus siete años en el club, el jugador deje su impronta en un duelo de gran trascendencia y contribuya así a dejar en las vitrinas de su ciudad natal el tan ansiado trofeo de la afición y del propietario catarí.
Conseguirlo pasa por preparar el duelo mentalmente tan bien como hicieron la vuelta de los cuartos en Barcelona y esa es la receta que Luis Enrique ha querido utilizar: todas las fuerzas concentradas en un único objetivo.
Si a principios de temporada el recién llegado entrenador español aseguraba que la Liga de Campeones no debería ser una obsesión, ahora es consciente de que, conseguido el título liguero y a esperas de la final de Copa, solo Europa da pedigrí al trabajo en ese banquillo.
Luis Enrique llega casi con toda su artillería a punto y con un once ideal en el que solo la defensa le genera dudas. El brasileño Beraldo puede dejar su puesto en el centro de la zaga al portugués Danilo, junto a Marquinhos y flanqueados por Hakimi y Nuno Mendes.
El centro del campo no ofrece dudas, con Vitinha como eje junto a Fabian Ruiz y Warren Zaïre-Emery, al igual que el tridente ofensivo compuesto por Mbappé, Ousmane Dembelé y Bradley Barcola.
La fe del Borussia
Todo lo necesario para derrotar a un equipo al que ya venció por 2-0 en la fase de grupos, pero que llega con la ventaja lograda en el Signal Iduna Park hace menos de una semana y con una inyección de optimismo tras golear en la Bundesliga por 5-1 al Augsburgo.
Sin embargo, el partido contra el Augsburgo dice poco de cara a mañana no sólo por la clara diferencia entre los rivales sino también porque el entrenador, Edin Terzic, le dio descanso durante buena parte de los noventa minutos a los titulares habituales, con excepción del meta Georg Kobel.
Un ganador de ese partido fue el debutante Kjell Wätjen, centrocampista defensivo de 18 años que dio el salto a la convocatoria para París aunque curiosamente tendrá que viajar tarde porque tendrá que hacer primero su examen final de bachillerato.
«Es una gran historia y tuvo un gran partido. Está en medio del stress de su examen que tendrá mañana, pero después viajará a París. Estará en la convocatoria», explicó el director deportivo, Sebastian Kehl, antes de abordar el avión con el resto del equipo.
Kehl agregó que también viajarán los jugadores lesionados para apoyar al equipo en el partido que puede salvar una temporada que en lo que respecta a la Bundesliga y a la Copa de Alemania ha estado por debajo de las expectativas.
Wätjen seguramente ocupara un puesto en el banquillo. Las posiciones en el centro del campo muy probablemente serán para el capitán Emre Can, el austriaco Marcel Sabitzer y Julian Brandt.
Un caso extremo para Terzic es el de Marco Reus que ha sido suplente en la mayoría de los partidos de la que será su última temporada con el Dortmund. Reus fue elegido como el mejor jugador del partido en la goleada contra el Augsburgo. Además, su experiencia en encuentros de alto nivel es algo que hablaría a favor de su presencia en la alineación titular.
Sin embargo, la apuesta por Reus implicaría un cambio en la estática del equipo, a menos que Terzic tomase la improbable decisión de prescindir de Brandt. Si Brandt fuera sacrificado sería de esperar que lo fuera por un centrocampista de un perfil más defensivo como Felix Nmecha.
– Alineaciones probables:
París SG: Donnarumma; Hakimi, Beraldo o Danilo, Marquinhos, Nuno Mendes; Zaïre-Emery, Vitinha, Fabian Ruiz; Dembelé, Mbappé, Barcola
Borussia Dortmund: Kobel; Ryerson, Hummels, Schlotterbeck, Maatsen; Can; Sabitzer, Brandt; Adeyemi, Füllkrug, Sancho.
Árbitro: Daniele Orsato (ITA)
Estadio: Parque de los Príncipes de París
Hora: 21.00 horas (19.00 GMT).
EFE