Bogotá, 6 may – La semana de la moda de la capital colombiana, la Bogotá Fashion Week (BFW), celebrará su séptima edición entre el 22 y el 24 de mayo con una apuesta orientada hacia los jóvenes diseñadores del sector popular de San Victorino, al sur de la ciudad y uno de los barrios más desiguales.
«El corazón de la moda en la ciudad está en San Victorino», expresó este lunes a EFE la gerente de plataformas de la Cámara de Comercio de Bogotá, María Paz Gaviria, en la rueda de prensa de lanzamiento de esta nueva edición del evento que junta anualmente a miles de profesionales del sector textil y cualquiera que quiera conocer las últimas novedades de la moda.
Durante los tres días se presentarán más de cien marcas nacionales e internacionales de las cuales 36 se subirán a las pasarelas de desfiles que acogerá el centro de convenciones Ágora.
Gaviria anunció que el martes 21, un día antes del comienzo de la feria, harán una conmemoración al trabajo de Olga Piedrahita, una de las más importantes creadoras del textil en Colombia: «Estamos muy emocionados de que esta sea la manera de comenzar nuestra semana».
Impulso económico
La BFW busca desde sus inicios el posicionamiento de Bogotá como la capital de negocios de moda y el fortalecimiento empresarial de las marcas y empresas textiles, un sector que representa el 1,3 % del PIB de la ciudad.
Además de las pasarelas y las prendas, en el evento también habrá espacio de conversación con más de 65 invitados entre los que destaca la presencia de la decana fundadora del Instituto de Diseño e Innovación de Dubái, Sass Brown, economistas como Carolina Soto o escritores como Pilar Quintana.
Como novedad, la curadora de Conversaciones -el espacio donde se reunirán los invitados-, la española Rocío Arias Hofman, anunció que «va a haber literatura hispanoamericana y café para acompañar las charlas» y un espacio nuevo de firmas de libros.
«El madrugón» en el BFW
Por su parte, la mujer que fundó el BFW hace 24 años, Pilar Castaño, será la curadora de la sección dedicada a promocionar y visibilizar las prendas confeccionadas por los diseñadores de San Victorino, el «Componente [ P u e n t e ]».
«Van a ser los mensajeros encargados de mostrar su propia ópera prima» en un desfile bautizado con el nombre de ‘El Madrugón’ en honor a la jornada de compras en los sectores populares de Bogotá donde, en horas de la madrugada, se producen ventas al por mayor de prendas de ropa.
En palabras de Castaño, «hay que apoyar la democratización de la moda», y expresó que «en la fuerza popular es donde está el cambio».
«Esto sí es Colombia», dijo la periodista y escritora colombiana para explicar la importancia de que estos jóvenes tengan un gran espacio para visibilizar sus prendas y su trabajo, además de un ‘rack’ para comercializarlas con los asistentes a la feria.
«Estos espacios en Bogotá son supremamente necesarios para los sectores populares», indicó el presidente de la Cámara de Comercio de Bogotá, Ovidio Claros Polanco, quien explicó el legado que pretenden plasmar con la apuesta en barrios como Kennedy, Puente Aranda y Suba.
«La vamos a romper», concluyó Claros.
El desfile de cierre de esta séptima edición vestirá las prendas del venezolano Alejandro Crocker y su «denim» reciclado, recordando una constante en la moda global: la importancia de la sostenibilidad.
EFE