Bangkok, 25 de junio de 2024.- Una poderosa guerrilla étnica de Birmania retomó este martes la ofensiva contra posiciones controladas por la junta militar en el noreste del país y dio por roto el alto el fuego alcanzado en enero con la mediación de China.
Desde primeras horas de la mañana, una brigada de la guerrilla Ejército de Liberación Nacional Ta’ang (TNLA, siglas en inglés) lanzó un ataque en la población de Kyaukme, informó el grupo rebelde en un comunicado.
El TNLA remarcó que estos enfrentamientos son «la continuación de la Operación 1027», iniciada el pasado octubre junto a otros dos grupos rebeldes aliados y que logró importantes victorias contra los efectivos militares en el norte del nororiental Estado Shan.
El pasado viernes, la guerrilla acusó a la junta militar, que detenta el poder en Birmania desde el golpe de Estado de febrero de 2021, de violar un alto el fuego al bombardear zonas controladas por el grupo rebelde que dejaron al menos un civil muerto y tres heridos, incluido un niño de diez años.
Conforme al comunicado publicado hoy por el TNLA, un avión militar también lanzó este martes cuatro bombas contras efectivos de la guerrilla.
Esta ofensiva da por roto el acuerdo alcanzado el pasado enero en la ciudad china de Kunming, en el suroeste del país, entre representantes de la junta y de la llamada Alianza de la Hermandad, formada por Ejército Arakán, el TNLA y el Ejército para la Alianza Democrática de Birmania (MNDAA)
Conforme a las informaciones publicadas por medios birmanos, el MNDAA también lanzó una ofensiva contra posiciones militares cercanas a la ciudad de Lashio.
Este pacto se centraba exclusivamente en el norte del Estado Shan, que hace frontera con China y donde los rebeldes expulsaron a los militares de varias ciudades fronterizas, donde anidaban varias mafias dedicadas a las estafas cibernéticas, algo denunciado por Pekín.
El golpe militar de febrero de 2021 acabó con diez años de transición democrática y abrió una espiral de violencia que ha exacerbado la guerra de guerrillas que vive el país desde hace décadas, con miles de jóvenes uniéndose a grupos armados que combaten al Ejército.
EFE