Los familiares de los periodistas ecuatorianos Paúl Rivas, Javier Ortega y Efraín Segarra emitieron un comunicado en el que, aunque reconocen la labor de las autoridades colombianas, lamentan que Walter Patricio Arizala Vernaza, alias Guacho, principal cabecilla de las disidencias de las Farc en la frontera colombo-ecuatoriana, haya sido abatido y no capturado.
“Ninguna muerte es motivo de celebración. Aunque reconocemos el trabajo realizado por las autoridades colombianas, es lamentable que quien se adjudicó el secuestro y asesinato de cinco personas haya sido abatido en lugar de que lo hayan capturado con vida”, afirma el escrito.
Para los familiares, con el fallecimiento de alias Guacho “mueren también las posibilidades de acceder a la información que poseía no solo sobre lo que ocurrió con Paúl, Javier y Efraín, sino también con Ciscar Villacís y Katty Velasco y sobre los vínculos entre las organizaciones narcodelictivas y la institucionalidad ecuatoriana”.
Agregan que este hecho “de ningún modo significa que se haya hecho justicia en cuanto al secuestro y asesinato del equipo periodístico de Diario El Comercio”. Y aseguran que aún hay muchas preguntas que no han sido contestadas y muchas dudas que ni Ecuador ni Colombia “han estado dispuestos a despejar”.
Seguirán ellos, afirman, “exigiendo que se revele la verdad absoluta con respecto de todos los hechos alrededor del crimen atroz en contra de los tres que nos faltan”.
En el texto se plantea que, los últimos acontecimientos lo que demuestran es que se está asistiendo a la gestación “de un camino hacia la impunidad”.
“Ni audios filtrados que no son esclarecidos, ni promesas de desclasificación, ni la confirmación de la muerte de alias ‘Guacho’ nos desvían de nuestra lucha por Memoria, Verdad y Justicia y por la búsqueda del establecimiento de responsabilidades en todos los niveles de quienes estuvieron involucrados en la muerte de Paul, Javier y Efraín”, prosigue el comunicado, que culmina aseverando que la verdad, en el caso del asesinato de los periodistas del diario El Comercio, “solo ha sido entregada a medias”.