Washington, 24 jul- Vergüenza. Esta fue una de las palabras que más se escuchó este miércoles en los actos de protesta organizados contra la visita del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, a Washington, que incluyó una recepción con honores en el Congreso de Estados Unidos antes de su discurso a los legisladores.
«Son una vergüenza» y Joe Biden, el presidente estadounidense, es «una vergüenza» por «darle un visado en lugar de arrestarlo», gritaron miles de manifestantes en uno de los actos más multitudinarios que se celebró a unos metros del Congreso, mientras el primer ministro israelí era aplaudido por la mayoría de los congresistas y él les daba las gracias «por el apoyo y la solidaridad».
El centro de la capital estadounidense se blindó este miércoles para proteger a Netanyahu y alrededor del Congreso se instalaron vallas, con centenares de policías vigilando que ningún manifestante entrara en el perímetro.
Aún así, miles de personas se reunieron en los alrededores del edificio en una marcha legal y autorizada para mandar un mensaje claro: no todo Estados Unidos está a favor de enviar ayuda a Israel.
«Ese dinero que envían para matar gente es nuestro dinero, son nuestros impuestos, y deberíamos tenerlo para los pobres en Estados Unidos, para el seguro médico y la educación, no para financiar genocidios», apuntaba a EFE Saeed Moustafa, uno de los asistentes a la marcha, médico de 55 años originario de Egipto, quien lleva más de veinte años en Estados Unidos.
A su lado, varias personas portaban carteles con fotografías y nombres de niños: Aya Dahrouj, Arbel Siman, Batoul Mohammed Al Hassan… «Lo hacemos para dejarlos hablar un poco porque ni siquiera se han encontrado los cuerpos de muchos de estos niños, están en peligro de ser olvidados y tienen mucho que contar», relataba a EFE Alan Chorun, miembro de Jewish Voice for Peace North Jersey.
Chorun siempre ha trabajado en cooperación y fundó una escuela en Sierra Leona, donde pudo ver las consecuencias a largo plazo de una guerra: «se traspasan hasta a tres generaciones, lo he visto con mis propios ojos», afirmaba.
Por el escenario instalado, coronado con una pancarta de «Palestina Libre», desfilaron varios ponentes de las organizaciones que han organizado la marcha, entre ellas Palestinian Youth Movement o el Palestinian American Community Center (PACC) .
Netanyahu, se escuchaba por megafonía, «es un peligro para la región, incluso para el propio pueblo israelí y es un peligro para los intereses nacionales estadounidenses y para la seguridad mundial».
Otro ponente afirmaba que los manifestantes estaban «para arrestar (metafóricamente) a un criminal de guerra que lleva casi un año completo de genocidio activo».
Netanyahu no fue el único objetivo de las críticas, pues muchos de los mensajes fueron contra el presidente estadounidense, Joe Biden, por su empeño en que Estados Unidos, el país que más fondos envía a Israel, siga ayudando a la nación.
«Rechazamos al genocida Joe y el apoyo del Gobierno estadounidense a esta monstruosidad», apuntaban desde el escenario. Si Trump gana en noviembre, añadían, el riesgo será que el conflicto escale ya que «puede darle permiso para atacar a Irán».
También participaron en la protesta algunas figuras conocidas como la actriz Susan Sarandon o la candidata a la Presidencia por el minoritario Partido Verde, Jill Stein: «Estoy para apoyar a la gente que entiende que este es el tema moral más importante de nuestra era y tenemos que acabar con el genocidio», afirmaba a EFE.
La candidata aseguraba que es «muy fácil» acabar con el genocidio: «El presidente mismo, él solo, puede hacerlo con una llamada, como lo hizo Ronald Reagan o Dwight Eisenhower». Como muchos de los manifestantes, Stein apuntó como responsables de la unión Israel-EE.UU. al poder que tiene el American Israel Public Affairs Committee (AIPAC).
Este es un grupo de presión estadounidense que trabaja (y da donaciones) en el Congreso de los Estados Unidos y en la Casa Blanca en favor de mantener una estrecha relación entre Israel y Estados Unidos.
Netanyahu está en Washington invitado por los líderes del Congreso, el senador demócrata Chuck Schumer y el republicano Mike Johnson, líder de la Cámara de Representantes. Mañana será recibido en la Casa Blanca por Biden y por la vicepresidenta y posible candidata demócrata, Kamala Harris.
EFE
Paula Escalada Medrano