Noah Lyles y Yaroslava Mahuchikh ponen en pie al Estadio de Francia

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Los atletas Noah Lyles (I), hace sonar la campana tras ganar la prueba de los 100 metros que se ha disputado en el Stade de France, en parñis, Francia. EFE/EPA/FRANCK ROBICHON

París, 4 ago – El estadounidense Noah Lyles, con su oro en los 100 metros con marca personal (9.79), y la ucraniana Yaroslava Mahuchikh, vencedora en salto de altura, pusieron en pie al Estadio de Francia con dos actuaciones sobresalientes que les valieron para entrar en el olimpo de los grandes campeones olímpicos.

Lyles, al igual que hizo el año pasado en los Mundiales de Budapest, volvió a demostrar que es el hombre más rápido del mundo. En esta ocasión puso en pie a los asistentes a una de las finales olímpicas más esperadas y que se adjudicó por solo cinco milésimas sobre el joven velocista jamaicano Kishane Thompson, que se ilusionó con arrebatar el trono a su rival, igual que su compatriota, el también estadounidense Fred Kerley, tercero.

El velocista de Florida, de 27 años, afrontó la final consciente de que los casi 80.000 espectadores que abarrotaron el Estadio de Francia estaban pendiente de él y él respondió montando un ‘show’ antes de la carrera, alentando al público, dándose golpes en el pecho y haciendo gestos de complicidad con la grada.

La otra gran protagonista de la jornada fue Yaroslava Mahuchikh, que siempre estará unida a París. El 7 de julio de este 2024 batió en el estadio Charlety, en la Liga Diamante, el récord del mundo de salto de altura que estaba vigente desde hace 37 años, desde 1987, cuando la búlgara Stefka Kostadinova llegó en Roma a los 2,09 metros. Un mes después, al otro lado de la ciudad, al norte, la ucraniana se coronó en el Estadio de Francia campeona olímpica con una marca más discreta, dos metros.

En esta ocasión la marca no era importante, la clave era salir de la competición con el oro colgado y eso es lo que hizo la ucraniana, que, pese a tener la victoria ya asegurada con los dos metros, buscó rebasar el listón en 2,04 metros, algo que no consiguió.

RIVALIDADES EN MEDIOFONDO

Otro de los grandes momentos de la jornada se vivió en los 400 vallas femeninos con el particular duelo que libran la neerlandesa Femke Bol y la estadounidense Sydney McLaughlin, que iniciaron sin sobresaltos su participación en la distancia.

No se enfrentaron entre ellas al ser primera ronda pero ambas mostraron sus credenciales sobre la pista. Bol y McLaughlin, ambas de 24 años, aunque la estadounidense cumplirá 25 la víspera de la final, son dos de las mejores velocistas internacionales de la actualidad.

McLaughlin, plusmarquista mundial de la distancia (50.65), nunca ha perdido una carrera ante la neerlandesa, que, a día de hoy, parece ser la única rival que le puede arrebatar el oro en París, ya que también ha rebajado esa marca de 51 segundos con 50.95 en La Chaux de Fonds (Suiza) el pasado 14 de julio de 2024.

Una de las pruebas reina del atletismo en pista, los 1.500, hicieron las delicias de las casi ochenta mil personas que acudieron al Estadio de Francia.

En las semifinales se vieron las caras dos atletas que mantienen una rivalidad que va más allá de las pistas: el británico Josh Kerr y el noruego Jakob Ingebrigtsen. Los dos compartieron serie de semifinales y fue el nórdico el más rápido para cumplir el trámite, ya que paró el crono en 3:32.38, solo ocho centésimas menos que el escocés.

En la final otro aspirante a sorprender a ambos es el estadounidense Yared Nuguse, que busca su cuota de protagonismo (3:31.72), igual que le ocurre a su compatriota Hobss Kessler (3:31.97) y el británico Neil Gourley (3:32.11).

En la primera ronda de los 400 metros los dos principales aspirantes al oro olímpico, el británico Mathew Hudson-Smith y el estadounidense Quincy Hall, no tuvieron problemas para pasar a semifinales, dónde también estará Michael Norman, que sorprendió con su mejor marca de la temporada (44.10) siendo el más rápido de todos los competidores.

Una de las atletas que más aplausos despertó desde las gradas del Estadio de Francia fue la británica Keely Hodgkinson, subcampeona en Tokio 2020, ganadora de su serie de semifinales de 800 con el mejor tiempo (1:56.86) y que aspira a arrebatar el trono de la distancia a la campeona del mundo, la keniana Mary Moora, con la que se verá en la final.

JULIEN ALFRED BUSCA EL SEGUNDO ORO

En la jornada matutina se disputó la primera ronda hacía las semifinales de los 200 metros con la santalucense Julien Alfred, que en la víspera se proclamó campeona olímpica de los 100, como principal estrella y rival más temida.

A semifinales también accedió en los 110 vallas el estadounidense Grant Holloway, campeón olímpico en Tokio, que registró 13.01, el más rápido, y el jamaicano Hansle Parchment, subcampeón en la ciudad japonesa y que en París logró el pase en la primera ronda por tiempos (13.43).

En esa terna de atletas semifinalistas está el español Quique Llopis, subcampeona de Europa, que concluyó segundo su serie con 13.28, solo por detrás del japonés Rachid Muratake (13.22).

En 3.000 obstáculos femeninos todas las aspirantes a medalla como las kenianas Beatrice Chepkoech y Faith Cherotich, la ugandesa Peruth Chemutai y la etíope Lomi Muleta se metieron en la final, en la que también estará la española Irene Sánchez Escribano en su debut olímpico.

David Ramiro

EFE