Cientos de personas se concentran en la capital de Somalia contra la brutalidad yihadista

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Pueblo somalí ondea banderas nacionales mientras se reúne en la playa de Lido para denunciar la violencia y llorar a las víctimas del ataque de la semana pasada, en Mogadiscio, Somalia, 05 de agosto de 2024. Según el ministro de Salud somalí, Ali Haji Adam, al menos 37 personas murieron y más de 60 resultaron heridas en un atentado suicida con bomba y un ataque con armas de fuego en el hotel Beach View en la popular playa de Lido, a última hora del 2 de agosto de 2024. La gente coreaba consignas contra Al-Shabaab, el grupo terrorista afiliado a Al-Qaeda que se atribuyó la responsabilidad del ataque. (Terrorista, Protestas, Mogadiscio) EFE/EPA/SAID YUSUF WARSAME

Mogadiscio, 5 de agosto de 2024.- Cientos de personas se manifestaron este lunes para protestar contra la brutalidad terrorista en la popular playa de la capital de Somalia, Mogadiscio, donde al menos 39 personas murieron en un atentado perpetrado el pasado viernes por el grupo yihadista Al Shabab.

Los manifestantes, muchos de ellos jóvenes y algunos supervivientes del ataque, sostenían pancartas con mensajes como «Ahora es el momento de luchar contra los terroristas» o «Lo que sucedió en la playa de Lido es una señal del fin del grupo», en un ambiente muy emotivo y con lágrimas y sollozos.

«He venido hoy aquí a lamentar la muerte de algunos de mis amigos en el ataque del viernes», dijo a EFE Omar Elmi, un treintañero que llegó a la playa junto a sus compañeros treinta minutos antes del ataque.

«Necesitamos soluciones urgentes parar mejorar la seguridad nacional de nuestro país», pidió el joven, mientras a su alrededor muchas personas, sentadas sobre la arena blanca, rezaban por las víctimas sosteniendo un Corán entre sus manos.

Elmi lamentó también que «nadie haya rendido cuentas tras el ataque», si bien el primer ministro somalí, Hamza Abdi Barre, informó el pasado sábado sobre la detención de varios agentes de la Polícia y de los servicios de inteligencia del país.

En este sentido, Mohamed Barre Mohamud, ministro de Juventud y Deportes, aseguró a EFE en la concentración que las investigaciones continúan.

«Este ataque simboliza el último golpe del grupo antes de desaparecer», afirmó el ministro, al destacar que el atentado es «una llamada de atención para que los jóvenes se unan a la lucha contra el grupo de una vez por todas».

Al menos 39 personas murieron y 246 resultaron heridas en el ataque, si bien solo 64 están actualmente en el hospital, once de ellas en situación «crítica», confirmó a EFE el domingo la Agencia Somalí de Gestión de Desastres (Sodma, en inglés).

Según detalló el portavoz de la Policía, Abdifatah Hassan Ali, el ataque empezó hacia las 22.00 hora local (19.00 GMT) del viernes cuando un terrorista se hizo detonar en la terraza del hotel Beach View, situado en la playa de Lido y frecuentado habitualmente por funcionarios gubernamentales, antes de que el resto de atacantes abrieran fuego contra la gente.

La Policía mató a tres terroristas -aparte del que se mató en el establecimiento- en el tiroteo posterior que se desarrolló durante horas ya pasada la medianoche entre los atacantes y efectivos policiales y de las fuerzas especiales del Ejército.

Asimismo, fue arrestado otro terrorista antes de que hiciera explotar un vehículo lleno de explosivos.

El ataque se produjo tras unos meses de relativa calma en los que se habían reforzado las medidas de seguridad en Mogadiscio y la urbe no había sufrido los habituales atentados de Al Shabab.

Somalia ha intensificado las operaciones militares contra los terroristas desde que el presidente del país, Hassan Sheikh Mohamud, anunció en agosto de 2022 una «guerra total» contra el grupo.

Desde entonces, el Ejército, apoyado por la Misión de Transición de la Unión Africana en Somalia (ATMIS), ha desarrollado ofensivas, a veces con la colaboración militar de Estados Unidos y Turquía en bombardeos aéreos.

Al Shabab, afiliado desde 2012 a la red de Al Qaeda, perpetra frecuentes atentados en la capital y en otros puntos del país para derrocar al Gobierno central -respaldado por la comunidad internacional- e instaurar un Estado islámico de corte wahabí (ultraconservador).

El grupo controla zonas rurales del centro y el sur de Somalia y ataca también a países vecinos como Kenia y Etiopía.

Somalia vive en un estado de conflicto y caos desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barre, lo que dejó al país sin gobierno efectivo y en manos de milicias islamistas y señores de la guerra.

EFE