La ciencia también se hace desde la montaña

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Estudiantes entre los 5 y 12 años en la vereda La Veta, de Copacabana se han convertido en pequeños científicos a través de los semilleros desarrollados por el proyecto SIATA.
  • Estudiantes entre los 5 y 12 años en la vereda La Veta, de Copacabana se han convertido en pequeños científicos a través de los semilleros desarrollados por el proyecto SIATA.
  • En el Valle de Aburrá, 22 ciudadanos científicos llevan ciencia a las zonas rurales del territorio.

Medellín, octubre 7 de 2024- En el corazón de la vereda La Veta, municipio de Copacabana, Antioquia, hay una pequeña escuela rural donde la ciencia ha florecido de manera inesperada. Todo comenzó en 2022, cuando la docente de lenguaje Sandra Milena Muñoz Pérez, se unió a la Institución Educativa Rural Granjas Infantiles. Para ese entonces, SIATA, un proyecto del Área Metropolitana del Valle de Aburrá, ya había dejado su huella en el lugar con la instalación de un pluviómetro, un sensor que mide la lluvia acumulada; pero fue durante una visita rutinaria de los técnicos del SIATA para revisar este sensor, que la curiosidad de Sandra se avivó.

El término «pluviómetro» era algo completamente nuevo para ella. El simple hecho de verlo allí, en medio de su escuela, midiendo las lluvias, despertó preguntas. Su interés transformó su labor como docente. Con el apoyo del proyecto, empezó a guiar a sus estudiantes en la observación y análisis de fenómenos meteorológicos en su escuela rural y se unió a la Red de Educadores Científicos del SIATA.

En 2022, junto a sus estudiantes, comenzaron a monitorear las variables meteorológicas de La Veta, pues ese año fue particularmente lluvioso. Entre julio y agosto, esta escuela rural experimentó inundaciones.

Fue un momento decisivo para los estudiantes. Ver el pluviómetro registrar niveles alarmantes de lluvia generó una serie de preguntas. ¿Por qué llueve tanto? ¿Qué pasa con las fuentes hídricas cercanas? Estas inquietudes llevaron a Sandra y a sus alumnos a formar un semillero de investigación enfocado en estudiar las condiciones meteorológicas de la vereda.

Los estudiantes no se conformaron con la teoría. Junto con Sandra, aplicaron el método científico para indagar sobre los recursos hídricos de su territorio. Elaboraron un mapa detallado de las quebradas que atraviesan La Veta, todo a partir de salidas pedagógicas que los llevaron a explorar la zona.

Foto: Área Metropolitana del Valle de Aburrá

En este proceso, la familia y la comunidad también jugaron un papel clave, participando activamente en el reconocimiento del entorno. «Es la mejor manera que hemos tenido de comprender nuestro territorio y estudiarlo», relata Sandra, orgullosa del trabajo de sus estudiantes.

Lluvias y sequías: retos del cambio climático
El monitoreo meteorológico se volvió una actividad constante en la escuela. El registro de datos durante los años 2022 y 2023 reveló los cambios abruptos del clima: de las fuertes lluvias e inundaciones de 2022, pasaron a una sequía intensa entre 2023 y 2024, resultado del fenómeno de El Niño.

Para los estudiantes, observar estos cambios no fue solo un ejercicio académico, sino una lección sobre la variabilidad climática y sus impactos en el entorno.

Ciencia desde el aula rural
La profesora Sandra, en su escuela rural de La Veta, ha inspirado a sus estudiantes, de entre 5 y 12 años, a convertirse en pequeños científicos a través de los Semilleros de Ciudadanos Científicos. Con el apoyo de SIATA y el modelo educativo Escuela Nueva, ha logrado integrar la ciencia en el día a día, enseñando a los niños a observar y analizar su entorno. A pesar de la falta de laboratorios sofisticados, Sandra ha demostrado que con curiosidad y compromiso es posible formar futuros científicos, despertando en sus alumnos una pasión por cuidar su territorio y enfrentar los desafíos del cambio climático.