Berlín, 20 oct – La historiadora, ensayista y periodista polaco-estadounidense Anne Applebaum recibió este domingo el Premio de la Paz de los Libreros Alemanes en una ceremonia en la que apeló a todas las democracias, empezando por Alemania, a asumir su responsabilidad y ayudar a Ucrania a conseguir una victoria militar sobre Rusia.
«Para evitar que Rusia extienda su sistema político autocrático, tenemos que ayudar a Ucrania a ganar, y no sólo por Ucrania. Si tenemos la oportunidad de acabar con este terrible culto a la violencia en Rusia con una victoria militar, igual que una victoria militar acabó con el culto a la violencia en Alemania, entonces deberíamos aprovecharla», dijo en su discurso de aceptación del premio en la Iglesia de San Pablo de Fráncfort.
Applebaum, que estuvo acompañada por su esposo, el ministro polaco de Exteriores Radosław Sikorski, señaló que las consecuencias de esta decisión se dejarían sentir en todo el continente y en todo el mundo, no sólo en Ucrania y sus vecinos de Georgia, Moldavia y Bielorrusia, y no sólo en Rusia, sino también entre sus aliados de China, Irán, Venezuela, Cuba y Corea del Norte.
En opinión de la escritora, cualquiera que llame al pacifismo, que quiera ceder no sólo territorios a Rusia, sino también personas, principios e ideales, «no ha aprendido absolutamente nada de la historia del Siglo XX», en referencia a la Segunda Guerra Mundial.
Para Applebaum, «la frase mágica ‘nunca más’ ya nos ha cegado en el pasado».
En las semanas previas a la invasión rusa en febrero de 2022, recordó, en Alemania, al igual que en muchas otras naciones europeas, se consideraba tan improbable una guerra «que el Gobierno alemán se negó a suministrar armas a Ucrania».
«Y esa es precisamente la ironía. Si hubiera Alemania y los demás Estados de la OTAN apoyado a Ucrania con armas con antelación, tal vez habrían podido evitar una invasión. Tal vez nunca se hubiera llegado a eso», recalcó.
La periodista destacó que más de 50 países crearon una coalición para apoyar a Ucrania militar y económicamente, en lo que «parecía un milagro», pero con el paso del tiempo -ya son 970 días de guerra- «surgieron las dudas».
«Hoy nos enfrentamos al mayor desafío a nuestros valores e intereses y el mundo democrático se tambalea. Muchos desean que la guerra termine por arte de magia, otros prefieren hablar de Oriente Medio, otro conflicto terrible y trágico, pero sobre el que los europeos tenemos mucha menos influencia y en el que apenas podemos marcar la diferencia», enfatizó.
«Debemos hacer lo que podamos allí donde nuestras acciones marquen la diferencia», indicó, y sostuvo que pese a la amenaza rusa al mundo democrático poco a poco otro grupo está ganando influencia, especialmente en Alemania.
«Muchas de las personas que en Alemania y Europa llaman al pacifismo ante los ataques rusos, en realidad son objetivamente prorrusos», sostuvo, y dijo que «su exigencia significa que debemos aceptar la conquista de Ucrania, su destrucción cultural, el establecimiento de campos de concentración y el secuestro de niños ucranianos».
La historiadora recalcó que «las dictaduras agresivas ya han amenazado antes a las sociedades liberales europeas, ya hemos luchado contra ellas, y esta vez Alemania es una de las sociedades liberales y puede liderar la lucha. Podemos hacerlo de nuevo», insistió.
En un discurso que fue aplaudido, incluido por la exiliada historiadora rusa y cofundadora de la ONG rusa Memorial -ilegalizada por la Justicia rusa- Irina Scherbakowa, que efectuó la laudatio, Applebaum consideró un buen momento subrayar que «la lección de la historia alemana no puede ser que los alemanes deben ser pacifistas».
«Sé que para los alemanes es una experiencia nueva que se les pida ayuda o que suministren armas para detener a una potencia militar agresora. Pero esa es la verdadera lección de la historia alemana, no que los alemanes no deban volver a hacer la guerra, sino que tienen una responsabilidad especial de defender la libertad y correr riesgos al hacerlo», sentenció.
EFE