Tokio, 1 de noviembre de 2024.- Japón y la Unión Europea (UE) iniciaron este viernes su diálogo estratégico sobre seguridad, dirigido a coordinarse mejor ante «desafíos comunes» en materia de paz y de seguridad económica, y en el contexto de tensiones en el Indopacífico y del apoyo norcoreano a Moscú en su guerra contra Ucrania.
El jefe de la diplomacia de la Unión Europea (UE), Josep Borrell, y el canciller de Japón, Takeshi Iwaya, dieron hoy comienzo oficialmente a esta nueva iniciativa bilateral de seguridad en un acto celebrado en Tokio, y en base a lo acordado en la cumbre bilateral celebrada el pasado junio en Bruselas.
El diálogo estratégico «marca la apertura de un nuevo capítulo centrado en seguridad y defensa» en los lazos entre las dos partes, y supone la primera plataforma de coordinación de este tipo entre los Veintisiete y un país del Indopacífico, según destacó Borrell.
El jefe de la diplomacia europea destacó la importancia geopolítica de la región indopacífica, «donde seguramente se escribirá la historia de la humanidad de este siglo», durante una intervención ante los medios junto a Iwaya, quien destacó por su parte que las relaciones bilaterales «son más fuertes que nunca».
«Es un paso histórico y muy oportuno, teniendo en cuenta la situación internacional», dijo Borrell, quien destacó los «peligros» que afronta actualmente el mundo debido al incremento de los conflictos y amenazas bélicas o los accidentes climáticos.
Mayor coordinación en seguridad y economía
El diálogo estratégico cubrirá la seguridad marítima, la ciberseguridad, las amenazas híbridas, la lucha contra el terrorismo, la no proliferación, el desarme, o la seguridad espacial, entre otras áreas, y se basará en una serie de mecanismos de coordinación como las cumbres bilaterales anuales o las reuniones a nivel ministerial.
La coordinación también incluirá «desarrollos de seguridad y defensa relevantes para la seguridad regional, así como en asuntos estratégicos y geopolíticos», según el texto firmado hoy por ambas partes.
En el apartado de seguridad marítima se incrementarán los intercambios bilaterales dirigidos a promover «una arquitectura regional abierta y basada en el respeto a las normas, que permita por ejemplo la libertad de vuelo y de navegación o la seguridad de las líneas de comunicación y de acuerdo a la ley internacional.
Se potenciará la cooperación ya existente entre la marina japonesa y la operación naval Atalanta en la lucha contra la piratería frente a las costas del Cuerno de África, mediante actividades como maniobras conjuntas que podrían incluir la participación de terceros países, según el documento.
En el mismo sentido, se explorará la «posible cooperación en la construcción de capacidades de terceros países en la región del Indopacífico».
Esta región está marcada por las tensiones crecientes alrededor de Taiwán y por las disputas territoriales que han derivado en algunos incidentes entre China y otros países, entre ellos Japón, que viene denunciando la intensificación de las maniobras militares chinas alrededor del archipiélago y que han incluido vulneraciones recientes del espacio aéreo y de las aguas territoriales niponas.
A ello se suma la mayor cooperación entre Pekín y Moscú y entre Rusia y Corea del Norte a raíz de la guerra de Ucrania, desarrollos que preocupan tanto en Bruselas como en Tokio.
El envío de tropas norcoreanas a Rusia para su posible despliegue en el frente de Ucrania fue también tratado entre Borrell y el canciller nipón durante su reunión de hoy, un elemento ante el cual el jefe de la diplomacia europea destacó la necesidad de dar «una respuesta contundente y unida», en declaraciones a EFE.
Dentro de su diálogo estratégico, Japón y la UE también profundizarán su cooperación en ciberseguridad para «alinear sus esfuerzos» y mejorar sus capacidades este campo, así como en el de las «amenazas híbridas», es decir, las operaciones que combinan por ejemplo campañas de desinformación con coacción económica y que buscan desestabilizar a estados e instituciones.
En el apartado económico, ambas partes se comprometen a promover «la resiliencia y la seguridad globales» al tiempo que defienden el mantenimiento de un sistema económico internacional «abierto y basado en las normas».
EFE