Colombia, 3 noviembre de 2024.- El Ejército Gaitanista de Colombia (EGC), conocido erróneamente como el Clan del Golfo, envió una propuesta de diálogo al Gobierno de Colombia y a los Estados Unidos para abordar de manera conjunta temas de migración, narcotráfico y deforestación. La propuesta, presentada en un comunicado dirigido al presidente colombiano Gustavo Petro y al Gobierno de Estados Unidos, enfatiza que estos problemas no solo afectan a Colombia sino también tienen un impacto significativo en la comunidad internacional, especialmente en Norteamérica.
La misiva subraya la voluntad del grupo armado de iniciar un proceso de paz en el cual se establezca un diálogo que permita encontrar soluciones para la situación de los migrantes en el Tapón del Darién, el cultivo de la hoja de coca y el tráfico de cocaína. En el comunicado, el EGC expresa que la migración a través de esta región selvática entre Colombia y Panamá es un fenómeno creciente y que, por su parte, tienen el interés de “mantener un orden” que facilite la travesía de los migrantes en condiciones seguras.
Producción de coca y economía cocalera
El EGC también hace referencia a la problemática de la producción de coca y el tráfico de cocaína, que ha sido un punto constante de conflicto entre Colombia y Estados Unidos en los últimos años. La organización sugiere la creación de un esquema para regular la economía cocalera en las zonas rurales donde campesinos dependen de este cultivo, debido a la falta de alternativas económicas. Según el comunicado, el grupo plantea seguir controlando estas actividades siempre que el Gobierno colombiano y la comunidad internacional les otorguen garantías jurídicas y de seguridad.
“Estamos en condiciones de seguir manteniendo un orden que alivie la travesía de los migrantes en el Tapón del Darién, además de seguir regulando la economía cocalera de campesinos que no encuentran otra alternativa de subsistencia”, mencionaron los voceros del Ejército Gaitanista de Colombia (EGC) en el documento. Este planteamiento ha despertado controversia, pues implica el reconocimiento de un control territorial de facto por parte del grupo armado en áreas afectadas por el conflicto armado y la economía ilegal.
El llamado a la cooperación internacional
En su propuesta, el EGC invita al Gobierno estadounidense y a otros actores internacionales a participar en las conversaciones, argumentando que la migración, el narcotráfico y la deforestación son problemáticas que afectan no solo a Colombia sino también a otros países. “Hacemos un llamado al gobierno nacional, a la sociedad colombiana y a la embajada de los Estados Unidos de América, con el objetivo de unirse a un diálogo constructivo en torno a la solución de problemas tales como el flujo de migrantes, la producción de hoja de coca, el tráfico de cocaína y la deforestación, que no son solo problemas de Colombia sino de los pueblos del mundo, que igualmente afectan a los Estados Unidos”, indicó el grupo.
El comunicado finaliza con un mensaje al Gobierno colombiano, pidiéndole evaluar la propuesta de diálogo para resolver las crisis humanitarias y sociales que afectan a los territorios donde opera el grupo armado. A cambio, el AGC solicita un proceso de paz con garantías para sus integrantes y el reconocimiento de su identidad “Gaitanista”.
Respuesta en espera del Gobierno colombiano
El gobierno del presidente Gustavo Petro aún no ha emitido una respuesta oficial, aunque se espera que en las próximas horas haya una declaración sobre la propuesta del EGC. De concretarse, un acuerdo de diálogo real entre el Estado colombiano y el EGC podría generar cambios significativos en la dinámica de seguridad y estabilidad de las regiones afectadas por la violencia y el narcotráfico. Sin embargo, este posible diálogo también enfrenta desafíos legales y sociales, dado que las actividades del EGC han sido objeto de amplias críticas por sus vínculos con la violencia, criminalidad y el control de territorios a través de la presencia armada ilegal.
Esta invitación al diálogo se da en un momento en que Colombia ha buscado reformar sus políticas sobre drogas, migración y desarrollo rural, iniciativas que forman parte de la agenda de paz del actual Gobierno. Resta por ver si Estados Unidos responderá a la invitación, dado que los temas planteados también afectan a la región norteamericana y han sido objeto de colaboración en el pasado entre ambos países.
A.U.