Jerusalén, 26 noviembre de 2024.- La viceministra israelí de Exteriores, Sharren Haskel, afirmó este martes que la comunidad internacional «falló» a Israel al permitir que Hizbulá se convirtiera en una amenaza de seguridad y exigió ahora garantías, especialmente a EE.UU. y Francia, de que el acuerdo de alto el fuego con Líbano que está a punto de aprobarse pueda «sostenerse en los próximos años».
«Nuestra principal preocupación es la implementación. La comunidad internacional trató de evitar que Hizbulá consolidara más poder y construyera una amenaza grave como la que representa en estos momentos para Israel, pero nos fallaron», afirmó Haskel en rueda de prensa en la sede del Ministerio.
«Por eso estamos trabajando con nuestros aliados estadounidenses para construir un mecanismo de garantías que pueda sostener (el acuerdo) durante años», matizó.
Uno de los elementos clave de la propuesta de acuerdo es la creación de un mecanismo internacional, con presencia de cinco países -encabezado por EE.UU., además de Reino Unido, Francia, Alemania y una quinta nación árabe- que supervisen el cumplimiento del alto el fuego de las partes.
Está previsto que el Gabinete de Seguridad israelí se reúna esta tarde a las 16 hora local (14 GMT) para «discutir y aprobar el acuerdo», que el primer ministro, Benjamín Netanyahu, ya ha aceptado «en principio» aunque el principal fleco suelto es la exigencia de «libertad de acción» por parte de Israel si Hizbulá viola el alto el fuego.
La propuesta incluye tres etapas: una tregua seguida del repliegue de las fuerzas del grupo chií libanés Hizbulá al norte del río Litani; una retirada total de las tropas israelíes del sur de Líbano en un plazo de 60 días, y por último, negociaciones entre Israel y Líbano sobre la demarcación de su frontera, que en la actualidad es una linde fijada por la ONU tras la guerra de 2006.
«Durante todo un año, hemos estado esperando a que la comunidad internacional interviniera y trajera una solución diplomática. Esto es lo que quería Israel. Hace unos meses, no nos quedó otra opción que defender a nuestro pueblo, para traer de vuelta a más de 60.000 desplazados del norte», subrayó la ministra.
Haskel explicó que el objetivo de la operación terrestre en Líbano, que comenzó el pasado 1 de octubre, era precisamente lograr que esos residentes vuelvan a sus casas «sanos y salvos», para lo que era necesario impedir que Hizbulá acumulara más arsenal -Israel ha bombardeado las líneas de suministro de armas en la frontera con Siria-; y que sus fuerzas se desplacen al norte del río Litani, la barrera de contención que ha impuesto Israel.
«No permitiremos que se vuelva al 6 de octubre. Cualquier violación será abordada de inmediato. Ya no aceptaremos, bajo ninguna circunstancia, vender nuestro futuro a cambio de tranquilidad temporal en el presente», indicó Haskel, que destacó que Israel se vio «obligada a entrar en una guerra que no eligió».
La viceministra también se refirió a la orden de detención de la Corte Penal Internacional contra Netanyahu, y el exministro de Defensa, Yoav Gallant, que calificó como «una derrota moral» de la justicia que ha convertido «el mal en bien».
Haskel dice que la decisión de La Haya supone una privación a las democracias de su derecho a defenderse, en referencia a la contraofensiva israelí en Gaza que ha causado ya más de 44.200 muertos y deja otros más de 11.000 cadáveres entre los escombros que aún no han podido ser rescatados.
«La Corte se convirtió en un instrumento a disposición de la organización terrorista», criticó la viceministra, que calificó la decisión del tribunal como «política», al haber emitido una orden de detención contra el jefe militar de Hamás, Mohamed Deif, que Israel asegura que está muerto, pero la corte no ha podido corroborar.
Haskel criticó la equivalencia a la hora de decretar la detención de los mandatarios israelíes y palestinos conjuntamente.
EFE