Antioquia, Colombia, 27 noviembre de 2024.- La reaparición de los denominados “pisa suave” en la subregión Occidente de Antioquia tiene en alerta a las autoridades y a la comunidad de municipios turísticos como Santa Fe de Antioquia, Sopetrán y San Jerónimo. Estos grupos, compuestos por jóvenes entrenados en técnicas de sigilo, se dedican al hurto de objetos de valor en fincas alquiladas durante eventos y temporadas de alta afluencia turística, como las fiestas decembrinas y las vacaciones de inicio de año.
Los “pisa suave”: origen y transformación
El término “pisa suave” tiene sus raíces en los grupos de aniquilamiento que operaban bajo las antiguas FARC-EP antes del Acuerdo de Paz de 2016. Se les conocía por su capacidad de infiltrarse en zonas de difícil acceso, caminar largas distancias descalzos y ejecutar misiones con sigilo. Aunque el fenómeno parecía haber desaparecido tras la desmovilización de esta guerrilla, las técnicas fueron heredadas y adaptadas por disidencias de las FARC y otros grupos armados ilegales.
¿Quiénes son los nuevos “pisa suave”?
Estos grupos, compuestos por jóvenes de entre 18 y 25 años, destacan por su habilidad para ingresar a propiedades privadas durante fiestas o descansos sin ser detectados. Realizan labores de inteligencia observando celebraciones y esperan hasta altas horas de la madrugada (entre las 3:00 y 6:00 a.m.) para hurtar bienes de alto valor como celulares, relojes, joyas y dispositivos electrónicos.
A diferencia de otros grupos criminales, los “pisa suave” no utilizan armas de fuego. Su equipo consiste en herramientas como cizallas, que les permiten entrar sin violencia ni ruidos. Según las fuentes, esta modalidad ha demostrado ser altamente lucrativa, llegando a reportar robos por un valor de hasta 100 millones de pesos en un solo fin de semana.
Hoy en día, estas tácticas han sido utilizadas por estructuras de delincuencia común, que emplean a jóvenes entre los 18 y 25 años para perpetrar robos en zonas rurales. Los integrantes de los “pisa suave” se caracterizan por no utilizar armas de fuego, actuando de manera sigilosa para evitar confrontaciones.
¿De dónde vienen los “pisa suave”?
Los “pisa suave” provienen de lugares como Tocaima, Bogotá y otros municipios del país. Estos jóvenes, cuyas edades oscilan entre los 18 y 25 años, llegan a Antioquia principalmente durante la temporada de vacaciones, eventos artísticos y las fiestas decembrinas y de enero. Según fuentes oficiales, en estas localidades se ha vuelto común organizar viajes hacia los municipios antioqueños con el propósito de “trabajar” en los hurtos. Para definir quiénes participarán en estas actividades delictivas, incluso se realizan sorteos entre los interesados.
Comuna 13: Centro de operaciones de los “pisa suave”
La Comuna 13, San Javier, en Medellín, sería el punto de descanso, preparación y recepción de los objetos hurtados por los “pisa suave”. Aunque las labores de inteligencia oficial no han logrado ubicar con precisión el sitio exacto de su base, las autoridades aseguran que continúan trabajando para identificar este punto clave en la logística de la organización.
Parten de Medellín hacia los municipios afectados
Desde Medellín, los “pisa suave” se desplazan en motocicletas hacia municipios del Occidente antioqueño como Santa Fe de Antioquia, San Jerónimo y Sopetrán. Una vez en estas localidades, merodean buscando posibles víctimas, enfocándose principalmente en grupos que alquilan fincas para eventos familiares, empresariales o de descanso. Muchas de las víctimas suelen ser turistas extranjeros, lo que ha generado mayor preocupación entre las autoridades locales.
Modus operandi: logística y ejecución
Los “pisa suave” llevan a cabo labores de inteligencia desde las cercanías de las propiedades. Observan el lugar, identificando fiestas o reuniones por el ruido de la música y las conversaciones, lo que les permite evaluar el tamaño del grupo y el nivel de seguridad. Generalmente, actúan entre las 3:00 y las 6:00 a.m., cuando los asistentes están dormidos o bajo los efectos del alcohol. Durante este lapso, ingresan sigilosamente a las propiedades para sustraer objetos de alto valor como celulares de gama alta, relojes, joyas, computadores portátiles y cámaras, entre otros.
El impacto económico y social de los robos
Según datos preliminares, en un solo fin de semana los “pisa suave” pueden sustraer bienes por valores entre 50 y 100 millones de pesos. Este impacto afecta no solo a los turistas, sino también la percepción de seguridad en estos municipios, que dependen del turismo como una de sus principales actividades económicas.
Un turista extranjero que fue víctima relató su experiencia: “Yo no consumo licor, me invitaron a una celebración en una finca. Me fui a dormir temprano y, al despertar, noté que me habían robado el celular y otros objetos de valor. No tengo idea de cómo entraron, fue algo muy extraño”.
Enfrentando a los “pisa suave”
Las autoridades locales, en conjunto con la Policía y la Fiscalía, han intensificado las labores de inteligencia para identificar a los miembros de esta estructura. Aunque algunos han sido capturados, no siempre se encuentran evidencias suficientes para judicializarlos.
El Ejército Gaitanista de Colombia (EGC), que ejerce control territorial en algunas zonas rurales de los municipios afectados, también representa una amenaza para los “pisa suave”. Según las autoridades, estos jóvenes delincuentes temen ser liberados en áreas bajo el dominio de grupos armados ilegales, ya que podrían enfrentarse a represalias.
Recomendaciones para prevenir robos
Mientras las autoridades avanzan en sus investigaciones, recomiendan a los turistas y visitantes tomar medidas de autoprotección para evitar ser víctimas de estos hurtos:
-Alquilar propiedades con sistemas de seguridad o vigilancia.
-Guardar objetos de valor en lugares seguros dentro de las propiedades.
-No dejar pertenencias visibles que puedan atraer la atención de posibles delincuentes.
-Reportar cualquier movimiento sospechoso en las inmediaciones.
La pregunta pendiente: ¿Quiénes están detrás?
El fenómeno de los “pisa suave” plantea interrogantes sobre posibles patrocinadores o redes que facilitan esta lucrativa actividad delictiva. Desde el transporte de los jóvenes hacia Medellín y los municipios afectados, hasta la organización para repartir los bienes robados, el nivel de coordinación sugiere la existencia de estructuras más amplias.
Con la llegada de las festividades decembrinas, se espera un incremento en la actividad de estos grupos. Las autoridades han redoblado los esfuerzos para prevenir nuevos casos y proteger a los turistas, pero insisten en que la prevención y la denuncia oportuna por parte de la comunidad son esenciales para contrarrestar esta amenaza.
A.U.