Madrid, 1 diciembre de 2024.-

– La ovación a Griezmann:

Después de una pared con Julián Alvarez, Antoine Griezmann controló con el tacón del pie derecho, dio una vuelta y remachó con un toque sutil el gol del 0-4 del Atlético de Madrid en el minuto 51 contra el Valladolid en el estadio José Zorrilla, entre la crisis de consecuencias imprevisibles que vive el club blanquivioleta, con la afición reclamando la salida de su propietario -Ronaldo Nazario- y su técnico Paulo Pezzolano despedido horas después.

Y, de repente, con la ovación de toda la afición del Valladolid al fantástico gol de un rival este sábado. Público en pie, incluso, para aplaudir con admiración el golazo de Griezmann. «Hace tiempo que no lo vivíamos fuera de casa. Agradecerlo. Fue lindo sentir un aplauso a un gol que tuvo una magnitud muy bonita en su definición», valoró Diego Simeone. «Cada futbolista queremos que disfruten con nosotros, sea rival o de nuestro equipo, y se agradece ese cariño», sintió el internacional francés. Una de las imágenes de la goleada.

– El susto de Balde:

Cuando el partido Barcelona-Las Palmas atravesaba el minuto 21, con 0-0 en el marcador, Alejandro Balde sufrió un encontronazo con Sandro Ramírez. El hombro lo golpeó en el cuello a la altura de la nuez y la jugada siguió para todos menos para él, tendido en el suelo, con gestos de alarma y dolor, con una tos persistente cuando intentó reincorporarse, inquieto y asustado, como todo el mundo cuando el juego se detuvo para la atención al lateral del Barcelona.

Los médicos comprobaron su estado, lo calmaron, determinaron la retirada en el coche camilla del futbolista, mareado y aplaudido por toda su afición. Fue cambiado de inmediato para trasladarse directo al vestuario. Allí se tranquilizó, mientras la megafonía anunciaba un cambio más por los protocolos de conmoción que establece la competición oficial.  El Barcelona, después, perdió contra Las Palmas por 1-2. Ha sumado uno de nueve puntos.

– La celebración de Ancelotti:

Después de días difíciles para el técnico italiano, para el delantero Kylian Mbappé y para el Real Madrid al completo, tras la derrota contra el Liverpool, la celebración de Carlo Ancelotti del 2-0 del atacante francés fue expresiva, con los brazos en alto girado hacia su cuerpo técnico, con una aparente rabia para descargar toda la tensión. Más allá del simple festejo de un gol.

Mbappé sintió el apoyo del público. Señalado entre los culpables de Anfield, como el técnico, anotó el segundo gol del conjunto blanco en el minuto 38, con un certero derechazo lejano inalcanzable para David Soria. «Creo que la afición entiende más que nadie el momento del equipo y de los jugadores. Mbappé lo podía hacer mejor contra el Liverpool y lo han apoyado como era justo. He sentido alivio porque marcó el 2-0 y nos daba más oportunidad de ganar. Para él también lo ha sido, con un gol espectacular con una ejecución fantástica. Su partido ha sido muy bueno», dijo Ancelotti.

– La emoción de Manolo González:

«Desde el primer día, la afición me ha demostrado cariño. Si eres del Espanyol y todo el estadio canta tu nombre…», valoró el entrenador al término del triunfo por 3-1 contra el Celta, después de toda una semana con su continuidad en entredicho, pendiente del resultado de este sábado. La gente coreó su nombre. «Impresionante», expresó.

Era un momento comprometido, con todo el peso de cuatro derrotas consecutivas o siete en las últimas ocho citas. La presión era evidente. Por eso, la celebración del técnico fue la apoteosis, cuando corrió la banda a toda velocidad para festejar el gol de la victoria, el 3-1 anotado por Walid Cheddira. Fue la liberación de tanto estrés, al menos por un instante, porque la competición no para. El fútbol es presente. El pasado se olvida rápido.

– La volea de Krejci:

Ya superado el minuto 96, con el 2-1 aún inmóvil a favor del Villarreal, anulado instantes antes el 2-2 a Cristhian Stuani, el atacante uruguayo cedió atrás con la cabeza para una volea impresionante del defensa checo de 25 años, con un zurdazo que se coló junto al poste derecho de la portería de Diego Conde. Fue inalcanzable.

El empate para el Girona, que vuelve a aspirar a las plazas de competición europea con su cuarta jornada seguida sin perder, con tres triunfos y una igualada; y el segundo gol en las últimas dos citas ligueras de Krejci, que ya marcó en el 4-1 anterior al Espanyol.

– El escudo de Oyarzabal:

A la media hora, objeto de penalti, Mikel Oyarzabal transformó la pena máxima para alcanzar los cien goles con la Real Sociedad. Lo celebró con toda la dimensión que tiene un gol así. Primero se agarró el escudo de su vida, después levantó los brazos junto a su afición y luego besó el emblema del club donostiarra.

No era un gol más para el delantero, que sólo ha jugado como profesional en la Real Sociedad, ya por los 362 partidos, 307 como titular, desde su debut hace nueve años, el 25 de octubre de 2015 en el triunfo por 0-4 contra el Levante, con David Moyes como técnico. Su primer tanto fue el 8 de febrero de 2016, en una victoria por 0-5 ante el Espanyol.

EFE

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