El Alto (Bolivia), 4 dic (EFE).– Los choferes del servicio de transporte de las ciudades de El Alto y Santa Cruz, las dos más pobladas de Bolivia, protestaron este miércoles por el alza de los costos de los alimentos y repuestos, por lo que exigieron que se les autorice incrementar las tarifas de servicio.
Los transportistas de El Alto, urbe vecina de La Paz, realizaron una huelga y una marcha para que el Gobierno de Luis Arce ofrezca soluciones a la inflación que ha afectado el precio de los alimentos esenciales y los costos de mantenimiento de sus vehículos.
El punto de convergencia de las marchas fue en el límite entre El Alto y La Paz, en donde miles de transportistas pidieron la renuncia de sus principales dirigentes a los que acusan de estar «vendidos» al Gobierno y de no protestar por la situación económica.
«Esta marcha es del pueblo legítimo, gente que está sufriendo las calamidades de este Gobierno. Este Gobierno tiene que renunciar, los dirigentes vendidos tienen que irse», declaró a los medios uno de los asociados.
Por su parte, el dirigente Reynaldo Luna, cuestionado por sus afiliados, convocó a otra marcha por los mismos motivos y explicó que en su sector piden que la tarifa nocturna del servicio suba de 1,5 a 2 bolivianos (0,20 a 0,28 dólares).
«Esta protesta es por canasta familiar, repuestos, combustible, esa es la molestia de los compañeros de base», dijo Luna.
Durante las marchas de choferes algunos grupos agredieron a conductores que no se unieron a la protesta golpeando sus vehículos y destruyendo los letreros que suelen colocar en los techos para señalar las rutas.
Por otro lado, en Santa Cruz (este), la ciudad más grande y poblada del país, los conductores cumplieron esta jornada el tercer día de huelga sin brindar el servicio a la población, para exigir que el pasaje aumente de 2,5 a 3 bolivianos (0,35 a 0,43 dólares).
El alcalde de Santa Cruz, Jhonny Fernández, señaló que el Gobierno Municipal presentó una denuncia contra todos los choferes «violentos» que en las jornadas pasadas protagonizaron hechos de violencia al impedir el tránsito de ciudadanos y que pincharon las llantas de los colegas que no se sumaron al reclamo.
También les recordó que si la ausencia de servicio excede los tres días, los transportistas «pierden su derecho» de seguir operando en la ciudad.
En Bolivia, las leyes establecen que son los gobiernos locales los que deben regular las tarifas del transporte sindicalizado, en coordinación con los propietarios de las unidades y después de realizar un estudio de costos.
La tensión por el incremento del pasaje se suma a una cadena inflacionaria en varios artículos de primera necesidad.
Amas de casa, maestros, comerciantes y otros sectores han protestado contra el Gobierno en las últimas semanas debido a la situación económica agudizada por la falta de dólares y por la irregular provisión de combustibles.
Ante esto, el Gobierno dispuso la eliminación provisional de los aranceles de importación a productos como la harina de trigo, arroz, artículos de limpieza y medicamentos para enfermedades crónicas.
El Instituto Nacional de Estadísticas (INE) informó que hasta noviembre la inflación acumulada alcanzó el 7,26 %, la más alta en la última década.
EFE