La Paz, 9 de diciembre de 2024.- El relator de Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Javier Palummo, inició este lunes una visita en Bolivia para evaluar los efectos de los incendios forestales que dejaron alrededor de 10 millones de hectáreas devastadas.

La Cancillería informó que Palummo permanecerá en el país hasta el miércoles para establecer conclusiones «en torno a los derechos humanos, la biodiversidad y los ecosistemas, con énfasis en los efectos que estos eventos tienen sobre las comunidades más vulnerables».

El relator de la CIDH se reunió por la mañana con el Defensor del Pueblo de Bolivia, Pedro Callisaya, en la entidad estatal y brindó información sobre las acciones que realizó durante la que es considerada una de las peores catástrofes ambientales del país.

Esta tarde está prevista una reunión de Palummo en el Ministerio de Relaciones Exteriores con «diversos actores nacionales» para generar estrategias de «prevención y mitigación» de incendios a futuro, indicó la Cancillería.

El Gobierno de Luis Arce en su último reporte sobre los incendios del 13 de octubre, informó que la superficie devastada por los incendios forestales era de 9,8 millones de hectáreas, teniendo a Santa Cruz, la mayor región de Bolivia, como la más afectada por el fuego.

Sin embargo, entidades como la privada Fundación Tierra reportaron que el daño hasta mediados de noviembre superó los 14 millones de hectáreas.

La superficie arrasada por los incendios incluye bosques, pastizales y reservas naturales, lo que derivó en que Bolivia sufriera una pérdida irreversible en bosques, flora y fauna, según los expertos.

La causa principal de los incendios fueron las quemas o ‘chaqueos’, que son una práctica utilizada en el campo para habilitar los terrenos para la siembra y el pastoreo del ganado, además de que es un método para la extensión de la frontera agrícola.

El Gobierno emitió la declaratoria de «desastre nacional» a principios de octubre debido a la magnitud de los incendios, lo que permitió que el país reciba mayor ayuda internacional para afrontar la emergencia.

Bolivia ha recibido apoyo de España, Brasil, Chile, Francia, Canadá y Venezuela, entre otros, que han enviado bomberos, expertos, aeronaves y equipos para combatir el fuego.

Asimismo, el Ejecutivo mantiene una pausa ambiental por 10 años en todas las zonas de la Chiquitania y la Amazonía que fueron devastadas por el fuego, por lo que no se darán autorizaciones de quemas para siembras ni trabajos agrícolas.

Los incendios son un problema recurrente en Bolivia que en los últimos años se han exacerbado en los meses de julio, agosto y septiembre.

EFE

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