En video. De víctima victimario. Ser negro en Medellín

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«“El racismo ya no existe”, eso afirman quienes no lo viven a diario en la ciudad de Medellín». Este es uno de los tantos comentarios de la comunidad afro de la capital antioqueña, que se ha levantado para defender la honra de Dairon Córdoba Martínez.

El pasado 8 de marzo, Dairon, nacido y criado en el barrio Campo Valdés, nororiente de la ciudad, no se imaginó que una salida a hacer unas compras en un minimercado al frente de la iglesia de El Calvario terminaría en una golpiza sin piedad por parte de los que se creen justicieros en esta ciudad.

Luego de realizar sus compras, según su esposa, para celebrar el Día de la Mujer, un desconocido siguió a Córdoba Martínez que, preso del miedo, aceleró el paso. En ese momento, quien pretendía atracarlo empezó a gritar: «un ladrón, un ladrón, cójanlo». Para la turba enfurecida y prejuiciosa fue fácil deducir que era el negro; que Dairon era el delincuente.

Como se nos volvió costumbre, los curiosos a grabar y los «machos» a golpear sin argumento alguno. Incluso Análisis Urbano conoció que el dueño del minimercado donde estuvo Dairon, trató de intervenir explicando que no tenía nada que ver con el presunto robo, pero sobraron las razones e imperó la fuerza.

Cantaba el Grupo Niche: «Blanco corriendo, atleta; negro corriendo, ratero», y así, tal cual, se sostienen intactos los prejuicios en esta ciudad. Duele leer en las redes un consejo de un miembro de la comunidad afro en Medellín: «Ojo que nosotros los negros no podemos estar corriendo en las calles».

Al final Dairon recibió puños, patadas, golpes con cascos y todo tipo de insultos. La situación se puso tan pesada que llegaron «los de la moto» y pretendieron llevárselo. Ya ustedes saben cómo habría terminado la historia.

Su compañera hoy sólo pide que limpien la imagen de Dairon, un hombre trabajador y de familia, que por su color de piel casi es linchado y asesinado en plena vía pública.

En Análisis Urbano consultamos sobre el caso a la Personería de Medellín y seguimos esperando una respuesta.

Apunte Urbano

A Dairon Córdoba Martínez, además de amenazarlo y querer matarlo, los famosos justicieros, «los de la moto», le esculcaron los bolsillos y le robaron sus pertenencias, incluso lo que había comprado en el minimercado.

La ciudad de Medellín, con el alcalde Federico Gutiérrez y el comandante de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá, Meval, brigadier general Eliécer Camacho Jiménez, a la cabeza, deben liderar un acto de desagravio público donde se limpie la imagen de este ciudadano atropellado por criminales y algunos miembros de la comunidad que se mostraron como justicieros. En Medellín y el resto de Colombia no puede seguir prevaleciendo la «justicia por mano propia». Todos le debemos una disculpa a Dairon Córdoba Martínez. Por tal razón, desde la ONG Corpades y la Agencia de Prensa Análisis Urbano promovemos #YoTambienSoyDairon.

 

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