Medellín, Colombia, 15 diciembre de 2024.- En un análisis de las estadísticas de homicidios entre 2020 y 2024, se evidencia una marcada variabilidad en las cifras, con descensos intermitentes alternados con períodos de aumento. Este patrón refleja la compleja realidad de la violencia en Medellín, una problemática profundamente vinculada al control territorial ejercido por estructuras ilegales organizadas, particularmente las asociadas con la denominada Oficina del Valle de Aburrá. Estas organizaciones, debido a su dominio sobre las comunas, imponen las condiciones en las que se cometen los delitos, definiendo el «cómo», «cuándo» y «dónde», lo que a menudo resulta en la impunidad de muchos de estos actos.

Este fenómeno, aunque muestra una reducción en la violencia, evidencia no solo las dinámicas de poder en áreas urbanas, sino también las dificultades estructurales del Estado para implementar medidas de seguridad y justicia que sean efectivas.

Análisis de tendencias: avances y desafíos

De acuerdo con las estadísticas, el año 2020 marcó una significativa reducción en los homicidios, con una caída del 37.91%, interpretada como un avance hacia un entorno más seguro. Este resultado se atribuye al impulso del concepto de paz urbana, que favorece tanto a la ciudad como al país.

Sin embargo, en 2021 se registró un leve incremento del 5.80%, posiblemente reflejo de tensiones sociales y económicas derivadas de la post-pandemia. Posteriormente, en 2022, las cifras volvieron a descender, con una disminución del 12.53%.

En 2023, se presentó un aumento del 10.75%, lo que puso de manifiesto los desafíos persistentes en la lucha contra la violencia. No obstante, el cierre de 2024 trajo consigo un descenso destacado, con una reducción del 20.22% en los homicidios, lo que genera esperanza de que las estrategias implementadas están comenzando a dar resultados más sólidos.

Conclusión

Estos datos, aunque alentadores en ciertos periodos, subrayan la necesidad de fortalecer las medidas de seguridad, justicia y atención social para consolidar una disminución sostenida de la violencia. La construcción de un entorno de paz urbana sigue siendo un desafío constante, pero los avances de los últimos años abren una ventana de optimismo para el futuro de Medellín y sus habitantes.

Como se ha mencionado, la reducción de los homicidios en Medellín es un fenómeno complejo que no puede atribuirse a una acción aislada, sino a una serie de factores interrelacionados. Entre estos destacan, sin lugar a dudas, los diálogos sociojurídicos y las negociaciones de paz con actores armados.

Contexto histórico y la paz como solución

Medellín ha sido históricamente escenario de conflictos armados y disputas por el control territorial entre grupos ilegales, marcando profundamente su desarrollo reciente. En este contexto, la paz se presenta como la única salida viable para superar décadas de violencia.

La tendencia a la disminución de homicidios no es un fenómeno aislado, sino el resultado directo de decisiones de actores armados que han optado por avanzar hacia la paz. Un ejemplo clave es el Pacto de San Jerónimo, firmado en 2019, en el que las estructuras de la denominada Oficina del Valle de Aburrá acordaron reducir las tensiones violentas en varias zonas de la ciudad. Sin estas iniciativas, las cifras de homicidios podrían haber aumentado significativamente, perpetuando la crisis de seguridad en la región.

Impacto de los diálogos sociojurídicos

Iniciativas como la «Paz Total Urbana» y el «Pacto del Fusil» han sido clave en la disminución de los homicidios en Medellín. En particular, el pacto realizado en la subregión del Occidente antioqueño ha marcado un punto de inflexión, evidenciando una continuidad en la reducción de homicidios gracias a los avances en las conversaciones de paz.

En una ciudad históricamente dominada por el control social de estructuras armadas organizadas, las acciones institucionales, por sí solas, tienen un alcance limitado en la prevención de homicidios y delitos. Esto resalta la importancia de los diálogos sociojurídicos como una herramienta complementaria para abordar de manera efectiva la violencia y mejorar la seguridad.

Control territorial y “Paratranquilidad Urbana”

La primera década del 2000, conocida por la denominada “Paratranquilidad Urbana” o “Donbernabilidad”, reflejó el poder territorial ejercido por los grupos armados ilegales en Medellín. Este control contribuyó a la reducción de homicidios mediante pactos entre estructuras armadas organizadas, que establecieron un reparto de territorios y actividades ilícitas, evitando recurrir a la violencia letal.

Aunque ilegal, este control territorial demostró su capacidad para mantener una “pacificación armada” en ciertas áreas, al prevenir confrontaciones directas entre actores armados. Este fenómeno, aunque controversial, evidenció la influencia de las dinámicas ilegales sobre la seguridad urbana en esa época.

Análisis de la tasa de homicidios 2019-2024

Con una tasa de 11.7 homicidios por cada cien mil habitantes en 2024, Medellín ha alcanzado el nivel más bajo de violencia en cuatro décadas, un logro que no puede considerarse fortuito. Al comparar este escenario con el período de guerra entre Valenciano y Sebastián (2008-2011), el panorama actual muestra una transformación significativa desde 2019, atribuida en gran medida a nuevos pactos entre estructuras armadas.

Las condiciones políticas actuales, marcadas por las conversaciones de paz en la Cárcel de Itagüí, han sido determinantes en este nuevo ciclo de descensos en los homicidios. Este contexto refleja que las estructuras armadas están participando activamente en la construcción de la paz urbana a través de diálogos con el Gobierno Nacional, consolidando así un modelo de seguridad más estable para la ciudad.

Efectos de la pandemia

Durante la pandemia, a pesar de las restricciones de movilidad, las cifras de homicidios no solo se mantuvieron estables, sino que en algunos casos incluso disminuyeron. Esto sugiere que las iniciativas de paz y el control territorial por parte de grupos armados tuvieron un impacto positivo en la seguridad. La continuidad de estas negociaciones, desde el periodo de pandemia hasta la actualidad, ha sido un factor crucial para la sostenibilidad de estas cifras.

Caracterización de homicidios

Según el Sistema de Información para la Seguridad y la Convivencia (SISC), solo el 35.36% de los homicidios en Medellín están directamente relacionados con grupos delictivos organizados (GDO). Por otro lado, un 32.58% están aún por clasificar, mientras que el restante 32.06% está vinculado a otros factores, como:

  • Problemas de convivencia: 17.04%
  • Hurtos: 9.06%
  • Violencia de género: 3.73%
  • Violencia intrafamiliar: 2.10%

Estos datos destacan que, si bien los diálogos con grupos armados han sido efectivos para reducir ciertos tipos de homicidios, persisten otros desafíos sociales que requieren atención específica. Esto evidencia la necesidad de complementar las negociaciones de paz con políticas sociales integrales que aborden problemas como la convivencia, la violencia intrafamiliar y de género, para avanzar hacia una paz más completa y sostenible.

Distribución de homicidios en Medellín: Una realidad compleja

Los datos del Sistema de Información para la Seguridad y la Convivencia (SISC) revelan que no todos los homicidios en Medellín están directamente relacionados con actividades de los grupos delictivos organizados (GDO). Según estas cifras, el 32.58% de los homicidios no vinculados a los GDO se desglosa en categorías como:

  • Por Categorizar
  • Problemas de Convivencia
  • Homicidios por Hurtos
  • Violencia de Género
  • Violencia Intrafamiliar
  • Homicidio Culposo

Este panorama evidencia que, aunque los grupos armados tienen un impacto significativo en la violencia letal, una amplia variedad de factores sociales, personales y circunstanciales también contribuyen al índice de homicidios en la ciudad.

Factores sociales y desafíos

La estabilidad en las cifras relacionadas con violencia de género y violencia intrafamiliar, combinada con un aumento en los casos de homicidios ligados a problemas de convivencia, subraya la necesidad de implementar políticas preventivas y educativas. Estas deben ir más allá de la represión del crimen organizado y enfocarse en abordar las raíces sociales de la violencia, fomentando la resolución pacífica de conflictos y promoviendo entornos seguros en todos los niveles de la sociedad.

Distribución de homicidios en Medellín: Un análisis detallado

Grupos Delictivos Organizados (GDO) – 35.36%

Este porcentaje corresponde a homicidios que han sido directamente atribuidos a las acciones de bandas criminales en Medellín. Los GDO tienen un impacto significativo en la violencia letal de la ciudad, pero no son responsables de la totalidad de los casos.

Por categorizar – 32.58%

Esta categoría engloba homicidios cuya clasificación aún no ha sido determinada. La alta proporción de casos sin categorizar refleja la dificultad para identificar las motivaciones, los autores o las circunstancias detrás de estos crímenes, lo que indica que las investigaciones en muchos de estos casos están pendientes de conclusión.

Este análisis resalta la complejidad del fenómeno de la violencia en Medellín y subraya la necesidad de mejorar los procesos de investigación y clasificación para comprender mejor las dinámicas detrás de los homicidios y desarrollar estrategias más efectivas de prevención.

Categorías de homicidios en Medellín: Convivencia y hurtos

Convivencia – 17.04%

Este porcentaje corresponde a homicidios originados en conflictos interpersonales que no están necesariamente vinculados con actividades de grupos delictivos organizados. Incluye incidentes como peleas entre vecinos, disputas personales o reacciones violentas en situaciones cotidianas. El aumento en esta categoría refleja un incremento en los conflictos sociales y personales que, desafortunadamente, escalan a la violencia letal.

Homicidios por hurtos – 9.06%

Esta categoría incluye homicidios ocurridos durante o como consecuencia de robos, asaltos u otros actos de hurto. Aunque están relacionados con la delincuencia, no todos estos casos implican la participación de grupos armados organizados, ya que en muchos de ellos los responsables son delincuentes comunes o personas que actúan en actos de oportunidad.

Estas cifras subrayan la necesidad de abordar no solo el crimen organizado, sino también las dinámicas sociales y económicas que generan violencia interpersonal y criminalidad de oportunidad en Medellín.

Categorías de homicidios en Medellín: Violencia de género, intrafamiliar y homicidio culposo

Violencia de género – 3.73%

Esta categoría agrupa los homicidios motivados por el género de la víctima, generalmente mujeres, en contextos de machismo o misoginia. Aunque este porcentaje se mantiene estable, refleja que la violencia de género sigue siendo una constante preocupante en la sociedad medellinense. Su persistencia destaca la necesidad de políticas y campañas de prevención enfocadas en transformar las dinámicas culturales que perpetúan este tipo de violencia.

Violencia intrafamiliar – 2.10%

Este tipo de homicidios incluye casos ocurridos dentro del entorno familiar, abarcando relaciones como padres, hijos u otros parientes. Al igual que la violencia de género, este porcentaje también muestra estabilidad, lo que evidencia que los conflictos y problemas en el ámbito familiar continúan siendo una fuente de violencia.

Homicidio culposo – 0.13%

Representando una proporción muy pequeña, esta categoría se refiere a homicidios sin intención de matar, como aquellos derivados de accidentes de tráfico o negligencias graves. Aunque el porcentaje es bajo, su inclusión en las estadísticas resalta la importancia de abordar tanto las causas de violencia intencional como las relacionadas con descuidos o imprudencias.

Estas cifras subrayan la necesidad de abordar las raíces culturales y sociales de la violencia en Medellín, no solo desde el ámbito del crimen organizado, sino también desde la convivencia y las dinámicas familiares.

Hegemonía de estructuras armadas en Medellín

Medellín ha sido escenario de control territorial por parte de grupos armados durante más de cuatro décadas. Estas organizaciones, confederadas en la Oficina de Envigado, han ejercido un poder paralelo al del Estado, estableciendo en muchas zonas de la ciudad una especie de «cogobierno» que ha condicionado la seguridad urbana.

La decisión de estos grupos de participar en diálogos de paz con el Gobierno Nacional refleja tanto su reconocimiento de esta influencia como su capacidad para incidir en la violencia de la ciudad.

La disminución de los homicidios en Medellín puede interpretarse como una consecuencia directa de la voluntad de estas estructuras armadas de reducir los niveles de violencia, un gesto que subraya la importancia de los acuerdos y negociaciones para avanzar hacia una mayor estabilidad en la región.

Dinámicas internas de las estructuras armadas y su impacto en la reducción de homicidios

La reducción de homicidios en Medellín no puede atribuirse únicamente a las acciones del Estado, sino que también refleja una política interna de los grupos armados de evitar confrontaciones letales. Estos grupos han ejercido históricamente un control sobre la violencia en la ciudad, decidiendo cómo, cuándo y dónde asesinar. Sin embargo, en el contexto actual, han optado por contribuir a la paz como resultado de acuerdos y negociaciones.

No puede pasarse por alto que, en ausencia de una presencia estatal efectiva, estas organizaciones han logrado imponer su propio orden social y económico. La disminución de la violencia letal puede interpretarse como una estrategia para mantener su control territorial sin atraer represalias significativas por parte de las fuerzas del Estado. Esto está estrechamente relacionado con el concepto de Paz Urbana, que se ha fortalecido en los últimos años.

Además, los grupos armados han diversificado sus fuentes de financiamiento ilegal, centrándose en actividades como la extorsión, el microtráfico y la corrupción, que no requieren necesariamente el uso de violencia letal para ser rentables. Este cambio en sus dinámicas operativas también ha influido en la reducción de los homicidios en la ciudad.

Imaginarios y narrativas: La violencia como parte del tejido social

La violencia en Medellín no es únicamente un problema de seguridad pública; también está profundamente arraigada en los imaginarios colectivos de la ciudad. Las narrativas promovidas por los grupos armados han moldeado parte de la identidad y el tejido social, muchas veces en oposición a los valores democráticos y al orden institucional.

No obstante, esta narrativa ha experimentado una evolución significativa. En la actualidad, conceptos como la «paz» o al menos la «no violencia» se han convertido en opciones estratégicas para estos grupos, quienes buscan mantener su poder y legitimidad frente a la comunidad. Esta transformación refleja un cambio en las dinámicas del control territorial, donde la estabilidad y el apoyo social se han vuelto esenciales para su supervivencia.

Política de la Paz y el Estado

La incapacidad del Estado para llenar los vacíos institucionales y territoriales ha permitido que los grupos armados no solo conserven su influencia, sino que también se consoliden como actores clave con los que el gobierno debe negociar para encontrar una solución al conflicto urbano.

En este contexto, la mesa de diálogo establecida en la Cárcel de Itagüí se presenta como un reconocimiento pragmático de esta realidad. Estas negociaciones reflejan la necesidad de incluir a estos actores en la construcción de estrategias de paz urbana, dada su capacidad para influir significativamente en la dinámica de la violencia en Medellín.

La Paz en Medellín: Un modelo para el país

El Gobierno Nacional parece ignorar que la problemática de orden público en Medellín no es un caso aislado, ya que el Valle de Aburrá y otras regiones de Colombia enfrentan desafíos similares con los mismos grupos armados, cuya influencia se ha expandido a nivel nacional e internacional. La construcción de la paz en Medellín podría convertirse en un modelo a seguir o en un primer paso hacia pacificaciones más amplias en el país.

Defender la idea de una paz total con estos grupos no se limita únicamente a la reducción de homicidios, sino que también implica transformar las dinámicas de violencia y control que han marcado la vida en la ciudad. Aunque solo un 35% de los homicidios están directamente relacionados con grupos armados, según el Sistema de Información para la Seguridad y la Convivencia (SISC), su influencia indirecta en la violencia y la seguridad es mucho más profunda, impactando los ámbitos social, político y económico.

Avanzar hacia un modelo de paz más integral requiere reconocer y abordar estas conexiones para transformar de manera sostenible las condiciones de violencia en Medellín y en el resto del país.

El Impacto de un Proceso de Paz Exitoso

Un proceso de paz exitoso no solo podría reducir la violencia actual, sino también transformar las oportunidades y expectativas de las nuevas generaciones. Al ofrecer un entorno más seguro, se abrirían mayores posibilidades de desarrollo, permitiendo a los jóvenes crecer sin estar bajo el yugo del crimen organizado.

Sin embargo, este objetivo debe ir acompañado de políticas públicas que aborden las causas estructurales de la violencia. Es imprescindible reducir los índices de pobreza, mendicidad, desigualdad y desempleo, además de garantizar el acceso a los derechos fundamentales de la ciudadanía. Solo con una estrategia integral será posible consolidar una paz sostenible y duradera.

Esperanza y Deuda con la Memoria

Aunque Medellín ha avanzado hacia una menor tolerancia a la violencia, persiste una deuda con la memoria histórica, así como con la educación en derechos humanos, la paz y la reconciliación. Estos aspectos son fundamentales para consolidar los avances logrados en materia de seguridad y convivencia.

La reducción de homicidios representa una fuente de esperanza para la ciudadanía, pero es crucial complementarla con campañas que promuevan la defensa de la vida y la integración de las nuevas generaciones en valores de paz y reconciliación. Solo de esta manera se podrá garantizar una paz duradera, evitando que estos logros sean simplemente un alivio temporal frente a la violencia.

La Disminución de Homicidios: Un Logro Multifacético

La reducción de homicidios en Medellín es el resultado de múltiples factores, donde los diálogos sociojurídicos y los pactos de paz entre actores armados han desempeñado un papel clave. Sin embargo, para sostener y profundizar estos avances, es esencial abordar los problemas de convivencia y la violencia estructural dentro de la sociedad, promoviendo una cultura de paz y el respeto por los derechos humanos.

Además, esta tendencia a la pacificación puede interpretarse como parte de una estrategia de los grupos armados hegemónicos para adaptarse a un nuevo contexto en el que la paz, aunque parcial o instrumental, se ha convertido en una opción viable para mantener su supervivencia y control. Paralelamente, el Estado reconoce la importancia de negociar con estos actores como un paso necesario para pacificar no solo la ciudad, sino también la región en su conjunto.

A.U.

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