Las camisetas blancas se comenzaron a juntar en el parque de los Deseos a eso de las 5:00 p. m. ¿El motivo? Hacer un plantón de luces por la supervivencia de la Jurisdicción .Especial para la Paz (JEP). Cientos de personas se dieron cita en el centro de Medellín y protestaron contra lo que consideran un mal manejo de Iván Duque a nuestra nueva justicia transicional.
El mandatario anunció que hizo objeciones a 6 artículos de la Ley Estatutaria de la Jurisdicción Especial de Paz, un órgano judicial independiente a la justicia ordinaria creado para juzgar los hechos acontecidos durante el conflicto armado. En estos procesos, en la mayoría de casos, no habrá cárcel para ninguno de los victimarios —sean guerrilleros, paramilitares, funcionarios del Estado u otros actores— si estos se comprometen a decir la verdad de lo que sucedió.
La JEP fue un tema caliente para las elecciones presidenciales del año pasado. Iván Duque en ese momento repitió una de sus frases insignia de «no hacer ni trizas ni rizas la paz». Fue elegido presidente y acabó con el proceso de paz con el ELN y tiene en jaque el que hicimos con las FARC.
Esta situación hizo que la ciudadanía colombiana se haya manifestado en los últimos días tanto en las redes sociales como en las calles del país. Manifestaciones por la JEP han sucedido en Bogotá, Pasto, Popayán, Medellín y otras ciudades.
La de la capital antioqueña estuvo acompañada por muchos mensajes alusivos a una sola cosa: la paz. Para Mariela, una manifestante de 60 años que estuvo en el parque de los Deseos: «Lo que quiere hacer Duque con la JEP es tirarse un proceso que acabó con una guerra más vieja que yo […] Y es como si la paz fuera algo de derecha o de izquierda».
La manifestación le dio voz a distintas personas que quisieran tomar el micrófono y representantes de organizaciones de víctimas, activistas, artistas y partidos políticos. Incluso, el nuevo partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC) asistió al plantón junto con banderas y familias, y fueron aplaudidos en varias ocasiones por una multitud que gritaba: «paz, paz, paz».
Sandra, una exguerrillera de las FARC que se acogió al proceso de paz, tomó el micrófono cuando ya estaba atardeciendo y dio un mensaje: «Nosotros como FARC aceptamos la JEP desde que firmamos el acuerdo y ahora no tenemos miedo ni nos vamos a esconder. No tenemos ningún miedo de decir la verdad y para nosotros es casi como un deber o un mandato hacerlo porque se lo debemos a las víctimas».
Asimismo, la integrante del partido político también hizo una crítica al presidente Iván Duque por las medidas que tomó. «Duque les está entregando un mensaje confuso y para nosotros equivocado a los demás grupos beligerantes al margen de la Ley que están aún en Colombia. Ellos siguen en armas, y al dar Duque este tipo de mensajes se les acaba las esperanzas en un proceso de paz».
Mucho se ha hablado de la Ley Estatutaria de la JEP en los últimos días. Para algunos expertos, si se cambian los artículos que Duque propone se estaría modificando el corazón de la Jurisdicción y los caminos legales para la verdad, la justicia, la reparación y la no repetición —pilares de la JEP— se verían truncados.
Incluso, los partidos que se declararon en oposición a Duque de acuerdo con una regla que justamente estableció el proceso de paz, respondieron la alocución presidencial con una réplica de por qué los cambios que propone el presidente son, ante todo, inconstitucionales.
La representante a la Cámara, Juanita Goebertus, quien participó en La Habana en los diálogos entre el Gobierno y las FARC, manifestó en esta réplica que, además de imprácticas, estas modificaciones tendrían que pasar por encima de normas que van más allá del fuero presidencial —hecho que Iván Duque menciona en su alocución—, con lo que se generaría un «choque de trenes» entre el Ejecutivo y el Legislativo.
Esto dejaría en veremos a cientos de víctimas cuyos procesos judiciales para la verdad y la reparación ya llevan varios meses reposando en la JEP. Asimismo, a miles de exguerilleros, militares, paramiliares y otros actores del conflicto que se acogieron a la Jurisdicción para contar sus verdades.
La manifestación tuvo una voz fuerte y fue la de los jóvenes. Juan David Pérez, estudiante de la Universidad de Antioquia, asistió al plantón con una camiseta blanca con una paloma dibujada y un mensaje que decía: «A la guerra de nadie nos vamos a morir».
Su mensaje, y su motivo para marchar es: «Los jóvenes queremos decir que la guerra que nos van a imponer no va a suceder. Esto va más allá de que Duque ataque a la JEP, también tiene que ver con que quieren atizar los odios.
Dentro de las acciones que se realizaron en el plantón hubo lectura de poemas alusivos a la paz, cantos, presentaciones musicales, arengas y la construcción de pancartas y de mensajes en el suelo con tiza.
Se escucharon consignas como: «Los Duque, los Santos, los Uribe, los Samper… sus hijos no van a la guerra»; o «Los que van son el pueblo campesino, el pueblo indígena y sobre todo el pueblo pobre y desamparado. Ellos son quienes ponen las víctimas».
Claudia, una víctima del conflicto armado, quien nos habló sobre por qué cree que la JEP se debe conservar, opinó: «Las víctimas queremos saber la verdad. Si cierran la JEP a nosotros se nos cierra ese camino, se nos acaba la oportunidad de saber qué fue lo que realmente ocurrió durante el conflicto. Es una oportunidad para que Colombia se diga la verdad. Queremos verdad, reparación y no repetición».
Cuando el sol cayó, los manifestantes empezaron a decirse unos a otros que era hora de las linternas. Cientos de luces se fueron encendiendo e iluminaron la plaza entre vítores, gritos y cantos. A las luces las siguió el fuego, que ardió en las antorchas de unos jóvenes que llegaron a decir que también querían paz y que si alguien quería guerra que los retaban a vivirla en guerra propia.
Las luces siguieron encendidas, así como las voces: «paz, paz, paz», hasta que el parque quedó vacío.