Norte de Santander, Colombia, 16 enero de 2025.- La región del Catatumbo enfrenta una grave crisis humanitaria tras los recientes enfrentamientos entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las disidencias de las FARC lideradas por alias “Calarcá”. Los combates han dejado como saldo la muerte de cinco firmantes del acuerdo de paz, confinamientos masivos y secuestros.

La ruptura del pacto de no agresión

Según confirmó Andrey Avendaño, líder disidente, el ELN y las disidencias rompieron un pacto de no agresión que mantenían en la región, desatando enfrentamientos por el control territorial. Las disputas tienen como epicentro áreas rurales de Teorama y Tibú, donde se registraron varios asesinatos y desplazamientos.

El representante de la ONU en Colombia, Carlos Ruiz Massieu, condenó los hechos y exigió un cese inmediato de las acciones violentas. “La verdadera voluntad de diálogo pasa por respetar la vida de quienes optaron por la paz”, manifestó Ruiz.

Llamados de líderes y organizaciones

Rodrigo Londoño, jefe del partido Comunes, calificó los hechos como un “genocidio en curso” y pidió garantías al Gobierno de Gustavo Petro para proteger a los firmantes del acuerdo. Por su parte, la Defensoría del Pueblo expresó su profunda preocupación por la vulneración de derechos humanos en el Catatumbo, una región históricamente golpeada por el conflicto armado.

El presidente Petro, en respuesta, afirmó: «Han ensangrentado el Catatumbo. Oímos la voz de las madres» y anunció medidas para atender la crisis.

Las víctimas de la violencia

El Instituto Indepaz identificó a cuatro de las cinco víctimas:

  • Albeiro Díaz Franco y Yurgen Martínez, asesinados en una zona rural de Teorama mientras realizaban su proceso de reincorporación.
  • Jhan Carlos Carvajalino, quien fue secuestrado de su hogar y posteriormente asesinado en Convención.
  • Pedro Rodríguez Mejía, asesinado en El Tarra, Norte de Santander.

El Catatumbo: un territorio en disputa

El Catatumbo, compuesto por municipios como Tibú, Teorama y Convención, es un epicentro de violencia donde operan el ELN, las disidencias de las FARC, el EPL y otras bandas criminales. La región, rica en cultivos de coca y corredores estratégicos para el narcotráfico, enfrenta una constante lucha por el control territorial, lo que ha generado una crisis humanitaria con desplazamientos, confinamientos y graves violaciones de derechos humanos.

A.U.

Share.