Bogotá, 22 enero de 2025.- La representante de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) en Colombia, Claudia Rodríguez, advirtió este miércoles que la crisis humanitaria causada por la violencia guerrillera en la región del Catatumbo es la peor desde que el Gobierno y las FARC firmaron el acuerdo de paz en 2016.
«Llevamos siete días y tenemos a 50.000 personas afectadas ya en este poquito tiempo. Es una intensificación muy significativa de la situación y creo que no hemos visto una situación tan crítica, (que creciera) tan rápidamente, desde la firma del acuerdo de paz», expresó a EFE Rodríguez, que es la jefa del Equipo de Asistencia Humanitaria de la OCHA en Colombia.
Del total de afectados, hay ya 38.419 desplazados y 12.176 confinados, según OCHA, aunque Rodríguez alertó: «la cifra de confinamiento sospechamos que es mucho más alta y es simplemente que no tenemos acceso (a las zonas rurales)».
La ofensiva en el Catatumbo del Ejército de Liberación Nacional (ELN) contra una disidencia de las FARC ha dejado también entre 60 y 80 muertos (según reportes de la Defensoría del Pueblo y de la Gobernación de Norte de Santander), aunque Medicina Legal ha recibido de momento solo 41 cuerpos por la dificultad para acceder a las zonas donde se produjeron los combates.
«Medicina Legal ha recibido 41 cuerpos del evento que sucede en el Catatumbo (…) Hemos identificado 39 cuerpos, solo tenemos dos pendientes por identificar», dijo a periodistas el subdirector de servicios forenses de ese instituto, Carlos Antonio Murillo.
Por la ofensiva del ELN en el Catatumbo, el presidente colombiano, Gustavo Petro, suspendió el viernes los diálogos con esa guerrilla y dijo que va a declarar el estado de conmoción interior.
Crisis anunciada
La representante de la OCHA afirmó que la situación «estaba un poco anunciada», pues la Defensoría del Pueblo el pasado 15 de noviembre advirtió, mediante su sistema de alertas tempranas, de «la situación de riesgo» para la población civil por la presencia y amenazas de los grupos armados ilegales.
«Teníamos una calma precaria, pero sabíamos que en cualquier momento la situación podría cambiar. Yo creo que lo que más nos sorprende es la rapidez con la que se ha escalado y el impacto tan significativo que esto está teniendo en tan pocos días», expresó Rodríguez.
Para atender la situación, la OCHA y otros organismos de la ONU tienen misiones operando en el Catatumbo y trabajan de la mano con 43 «socios humanitarios» que están «súper activados para poder atender la crisis» y complementar el trabajo de las autoridades locales, regionales y nacionales.
Sin embargo, la atención no ha sido sencilla por varias razones, una de ellas «la magnitud de la crisis».
«Recibir en albergues en cascos urbanos a 38.000 personas y poder atenderlas de forma digna no es fácil, por mucho que se estén uniendo esfuerzos y que todo el mundo esté movilizado», explicó.
Rodríguez precisó que entre las principales necesidades de las víctimas hay «temas de asistencia alimentaria».
«Los desplazados necesitan comida, kits de alojamiento, colchonetas, mantas y kits de higiene, es decir, necesitan de lo básico para poder vivir en condiciones temporales fuera de la casa», afirmó.
Rodríguez añadió: «Yo creo que todos estamos sintiendo el ritmo al que esto está avanzando, que tenemos a casi 7.000 personas afectadas nuevas por día. Nos va a faltar más apoyo y, sobre todo, movilizar voluntades para que podamos apoyar a estas personas».
Corredor humanitario
La directora de la Unidad para las Víctimas, Lilia Solano, expresó por su parte que el Gobierno trabaja para «responder totalmente con las condiciones que se requieren en este momento» en el que hay «una tragedia en tránsito».
«Vamos a declarar un corredor humanitario que nos permita ingresar a los lugares en que hay confinamiento y que pueda entrar no solo la ayuda humanitaria, sino que se puedan recoger los cuerpos e identificarlos», detalló Solano a periodistas.
Igualmente consideró necesario «hacer los esfuerzos para la vigencia de los derechos de todas las víctimas que están en este momento en zozobra».
Jorge Gil Ángel
EFE