Antioquia, Colombia, 28 enero de 2025.- En la tarde de este lunes 27 de enero, se registraron intensos combates entre tropas del Ejército Nacional e integrantes del Ejército Gaitanista de Colombia (EGC) en la vereda La Sonadora, zona rural del municipio de Remedios, en el Nordeste antioqueño.
Producto de los enfrentamientos, el soldado profesional Janier Andrés Mosquera Londoño perdió la vida, mientras que su compañero, el soldado Víctor Narváez Jojoa, resultó herido. Según informó el Ejército, Narváez recibió atención inmediata por parte del enfermero de combate en la zona y posteriormente fue trasladado a un centro asistencial en Medellín, donde se encuentra fuera de peligro.
Las confrontaciones armadas se han extendido a otros sectores rurales del municipio, como Monteloro y Matecaña, donde la situación sigue siendo crítica.
A través de un comunicado oficial, el Ejército Nacional lamentó la muerte del soldado Mosquera Londoño y envió un mensaje de condolencias a su familia y seres queridos:
«Este Comando expresa un mensaje de condolencias a la familia y amigos de nuestro soldado Mosquera, quien entregó su vida defendiendo la seguridad de los colombianos. Se garantizarán todos los apoyos necesarios para su familia en este difícil momento.»
Las autoridades continúan con las operaciones militares en la zona con el objetivo de restablecer el orden y neutralizar la amenaza que representa esta estructura armada ilegal en la región.
El Nordeste de Antioquia: epicentro de conflictos armados y minería ilegal
El Nordeste de Antioquia, una subregión reconocida por su riqueza mineral y condiciones topográficas únicas, se ha convertido en uno de los puntos más críticos para los conflictos armados en el departamento. La extracción de recursos, tanto de minería legal como ilegal, ha generado intereses que se traducen en disputas territoriales. A esto se suma la presencia de corredores estratégicos que conectan el Bajo Cauca, el norte de Antioquia, el Oriente del departamento, el Magdalena Medio y el sur de Bolívar, lo que convierte a esta región en un foco de interés para diversos grupos armados ilegales.
El control territorial y la violencia en aumento
El control del territorio se ha convertido en una batalla constante entre grupos armados, quienes buscan dominar cada rincón por las rentas generadas por la minería. Esta disputa ha tenido un impacto directo en los índices de homicidios, que aumentaron un 26.5% entre 2023 y 2024, pasando de 155 a 196 casos en la región. La tasa de homicidios alcanzó 93.3 por cada 100,000 habitantes, una de las más altas en Antioquia.
En Remedios, municipio clave de la subregión, la violencia ha tenido un incremento alarmante. Los homicidios aumentaron de 25 en 2023 a 49 en 2024, elevando la tasa a 160.7 por cada 100,000 habitantes, situándolo entre los municipios con mayor número de muertes violentas en la región.
Impacto en la población y la fuerza pública
El 2024 comenzó con un sombrío precedente: el asesinato de un miembro de la fuerza pública, reflejo del recrudecimiento del conflicto armado en la zona. Las alertas emitidas por organizaciones sociales y la Defensoría del Pueblo han señalado con preocupación las dinámicas violentas que perpetúan el miedo en las comunidades, dejando un saldo de víctimas civiles y afectando la vida cotidiana de los habitantes.
Una crisis que evidencia fallas estructurales
La escalada de violencia en el nordeste antioqueño expone fallas tanto en las políticas de seguridad como en los esfuerzos de paz. A pesar de la presencia estatal, los conflictos armados y las actividades ilícitas continúan exacerbándose. La situación actual cuestiona la eficacia de las estrategias implementadas y exige una respuesta más robusta y adaptativa para enfrentar el fortalecimiento de los grupos armados ilegales.
Propuestas y el camino hacia la paz
Frente a esta problemática, es fundamental que las administraciones departamentales y el Gobierno Nacional reconsideren sus enfoques en la región. Se deben aumentar la presencia institucional, fomentar la formalización minera y promover el desarrollo económico con alternativas reales a la violencia. Es crucial priorizar la protección de las comunidades, así como deslegitimar las actividades ilícitas que financian el conflicto armado.
Una crisis que refleja la dinámica nacional
La situación en el nordeste antioqueño no es únicamente un problema local, sino un reflejo de las dinámicas nacionales de violencia y control territorial que enfrentan varias regiones de Colombia. Se requiere una respuesta concertada y urgente para evitar que la paz siga siendo una promesa incumplida.
A.U.