Goma (RD Congo), 29 de enero de 2025.- Cerca de mil militares de la República Democrática del Congo (RDC) se rindieron este miércoles al grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23) en la estratégica ciudad congoleña de Goma, tomada el lunes por los insurgentes.
Los soldados de las Fuerzas Armadas de la RDC (FARDC) que depusieron las armas se encuentran concentrados, bajo custodia del M23, en el Estadio de la Unidad, en el centro de Goma, capital de la provincia de Kivu del Norte, confirmó a EFE un empleado de esa instalación deportiva que pidió el anonimato por motivos de seguridad.
«Hay muchos de ellos sentados en el suelo del Estadio de la Unidad», declaró la fuente, que cifró a los cautivos en «cerca de mil».
«Están bajo vigilancia de elementos del M23 que se encuentran dentro y alrededor del estadio. Los soldados que se rindieron procedían principalmente del campamento de Katindo (base militar próxima a Goma) y del aeropuerto de Goma», explicó el empleado.
Otros soldados de las FARDC, así como combatientes «wazalendo» (milicias aliadas), aceptaron deponer las armas y se dirigieron hacia las localidades de Muja y Rusayo, en el territorio de Nyiragongo, a unos doce kilómetros de Goma.
Los rebeldes del M23 avanzan hacia el norte de Goma para asegurarse el control de toda la ciudad y las detonaciones de armas pesadas y ligeras todavía resuenan en algunos distritos capitalinos.
«Esos barrios todavía están en poder de un grupo de las FARDC y de ‘wazalendos'», aseguró la misma fuente, al agregar que civiles murieron por balas perdidas y explosiones de bombas.
Este lunes, el M23 -un grupo armado formado principalmente por tutsis que sufrieron el genocidio ruandés de 1994- tomó la estratégica ciudad de Goma después de varios días de intensos enfrentamientos con el Ejército congolés y sus milicias aliadas.
Esta escalada del conflicto ha generado un aumento de la tensión con la vecina Ruanda, ya que el Gobierno de la RDC acusa al ruandés de apoyar al M23, un extremo que ha confirmado la ONU.
Por su parte, Ruanda y el M23 acusan al Ejército congoleño de cooperar con las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR), grupo fundado en 2000 por cabecillas del genocidio de 1994 y otros ruandeses exiliados para recuperar el poder político en su país, una colaboración que también ha sido confirmada por la ONU.
La actividad armada del M23 se reanudó en noviembre de 2021 con ataques relámpago contra el Ejército congoleño en Kivu del Norte.
Desde entonces, ha avanzado por varios frentes hasta situarse en Goma, capital de unos dos millones de habitantes que es sede de ONG internacionales e instituciones de la ONU y que el grupo ya ocupó durante diez días en 2012.
Desde 1998, el este de la RDC está sumido en un conflicto alimentado por milicias rebeldes y el Ejército, a pesar de la presencia de la misión de paz de la ONU (Monusco).
EFE