Kinsasa, 3 feb – El número de muertos por los combates entre el Ejército de la República Democrática del Congo (RDC) y el grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23) en la estratégica ciudad de Goma y sus alrededores subió de 770 a 900, informó este lunes la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).

El último informe publicado por OCHA alerta de que «muchos cadáveres cubren todavía las calles de la ciudad» y mantiene los heridos admitidos en centros médicos entre el 26 y el 30 de enero en 2.880, la cifra que dio el pasado sábado el Gobierno congoleño, mientras en otro documento la Organización Mundial de la Salud (OMS) los cifra en 2.958.

«La OMS estima que, hasta el 31 de enero, se habían recuperado de las calles al menos 900 cadáveres, sin contar los que ya están en las morgues», señaló la OCHA en su informe.

La agencia también denunció que numerosos campos de desplazados han sido «destruidos y vaciados» en el cercano territorio de Nyiragongo a causa de la violencia, mientras se han registrado saqueos y violaciones en varios barrios de Goma.

Asimismo, la OCHA advirtió del riesgo de propagación de mpox (enfermedad antes conocida como viruela del mono), cólera y sarampión debido al desplazamiento forzoso de la población, que no cuenta con fácil acceso a atención médica.

Este lunes se cumple una semana desde que, tras varios días de intensos combates, el M23 lograra ocupar el pasado 27 de enero Goma, capital de la provincia nororiental de Kivu del Norte con unos dos millones de habitantes y donde tienen su sede ONG internacionales e instituciones de las Naciones Unidas.

La actividad económica se ha empezado a reactivar progresivamente en la urbe y algunos ciudadanos cuentan de nuevo con electricidad, apenas disponible durante los últimos días, si bien sigue escaseando el agua potable.

Esta no es la primera vez que el M23 ocupa Goma: los rebeldes ya tomaron el control de la ciudad durante diez días en 2012, antes de que la presión internacional forzara su retirada.

La ofensiva del M23 -grupo armado formado principalmente por tutsis que sufrieron el genocidio ruandés de 1994- ha incrementado la tensión con la vecina Ruanda, ya que el Gobierno congoleño acusa a Kigali de apoyar al M23, un extremo que ha confirmado la ONU.

Por su parte, Ruanda y el M23 acusan al Ejército congoleño de cooperar con las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR), un grupo fundado en 2000 por cabecillas del genocidio y otros ruandeses exiliados para recuperar el poder político en su país, una colaboración que también ha sido corroborada por la ONU.

La actividad armada del M23 se reanudó en noviembre de 2021 con ataques relámpago contra el Ejército congoleño en Kivu del Norte y, desde entonces, avanzó por varios frentes hasta alcanzar Goma.

Desde 1998, el este de la RDC está sumido en un conflicto alimentado por milicias rebeldes y el Ejército, a pesar de la presencia de la misión de paz de la ONU (Monusco).

EFE

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