Lima, 7 febrero 2025 – En menos de un mes, el periplo judicial de Ollanta Humala vivirá un punto clave con el veredicto -apelable- por los presuntos aportes irregulares a sus campañas, un proceso que puede sentar precedente en otros abiertos por el caso Odebrecht y que, en opinión del exmandatario peruano, es fruto de un «‘lawfare’ contra la izquierda, el nacionalismo y las fuerzas progresistas»
«Ha sido un ‘lawfare’ (guerra jurídica) contra la izquierda, contra el nacionalismo, contra las fuerzas progresistas. Esto nunca se ha aplicado contra la derecha», denunció Humala en una entrevista con EFE.
Durante el juicio, la Fiscalía ha sostenido que Humala y su esposa, Nadine Heredia, recibieron aportaciones ilícitas de Odebrecht y del Gobierno venezolano para financiar las campañas de 2006 y 2011, por lo que considera que cometieron lavado de activos.
Su defensa ha negado esos aportes e, igualmente, asegura que si los hubieran recibido, no supone un lavado de activos.
«Este es el primer caso donde se criminaliza las campañas electorales», sostiene el expresidente (2011-2016), quien fue el último mandatario electo en su país que terminó su periodo de cinco años de gestión.
«Criminalizar la política»
Para el exgobernante, su caso «nace de un mal origen» y busca «criminalizar la política» al «criminalizar los aportes de campaña», pese a que había un marco de ley.
«De esta manera se han marcado la política y han sacado a los políticos de la política. Ahora están los no-políticos», sostiene.
Humala también considera que el Ministerio Público peruano ha intentado «imitar a la Fiscalía brasileña», al crear un equipo especial de investigación que, según dijo, «empezó una tarea de presión y abuso».
«Ellos deben perseguir el delito, pero, si no hay delito, persiguen a la persona y la tienen que doblegar, como en la época de la policía de Stalin o las SS de Hitler, que te decían ‘te declaras culpable o, si no, tu familia paga'», afirmó.
En este punto del juicio oral, Humala considera que la Fiscalía «no ha podido demostrar cuál es el delito que cometió» el expresidente venezolano Hugo Chávez con los presuntos aportes, ni cómo «habría llegado el dinero al Perú» o «cómo ingresó al Partido (Nacionalista) y la campaña».
En el caso de Odebrecht, afirmó que «tampoco ha podido determinar el origen del supuesto de dinero del cual el presidente izquierdista (Luiz Inacio) Lula (Da Silva) tenía un fondo como la empresa».
Siempre según su versión, «no tiene ningún testigo ni ninguna prueba», así como tampoco ha «podido determinar cuáles han sido o cuántas operaciones estructuradas han tenido que hacerse para hacer llegar el dinero a Lima».
«El Poder Ejecutivo ha colapsado»
La investigación a Humala, a la que siguieron otras también por supuestos aportes ilícitos al expresidente Pedro Pablo Kuczynski, y a su rival política Keiko Fujimori, podría sentar un precedente que se utilice, especialmente, en el caso de su antigua oponente.
Sin embargo, él rechaza las similitudes entre los dos casos y destaca el envilecimiento de la política tras la apertura de esos y otros procesos judiciales.
«Los políticos han sido liquidados, los partidos también, entonces están entrando aventureros, gente que no es política», sostiene.
También sostiene que, desde el Gobierno de Pedro Pablo Kuczynski, con quien inició una sucesión de caídas en la jefatura de Estado que ha hecho que seis mandatarios ocupen el cargo desde 2018, cambió la conformación del Ejecutivo y del Congreso.
Hasta entonces, los presidentes accedían al cargo con un partido político que lo respalde y una mayoría parlamentaria, que podía formarse a través de alianzas.
«Eso es lo que le permite dar estabilidad al país y le permite al presidente tener el espacio para gobernar, pero lo que ha pasado a partir del Gobierno de Kuczynski es que entran presidentes sin partido político, sin mayoría parlamentaria y, en la primera, los sacan», acotó.
Humala consideró que esto «normalmente es una competencia de conspiraciones» y que «el problema que está pasando es que la falta de institucionalidad se ha hecho más visible».
«En la práctica, el poder Ejecutivo ha colapsado, ha sido liquidado», concluye.
EFE