Jerusalén, 18 feb – Fuerzas de seguridad israelíes, junto a personal de la municipalidad de Jerusalén, irrumpieron este martes en el campamento de refugiados de Qalandia y ordenaron la evacuación inmediata del centro de formación profesional dirigido por la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA), confirmó esta entidad.
«Las fuerzas de seguridad israelíes y el personal del municipio de Jerusalén han entrado a la fuerza en el Centro de Capacitación de Qalandia de la UNRWA, y ordenado su evacuación inmediata», denunció hoy la directora de comunicación de la UNRWA, Juliette Touma.
«Se trata de una negación del derecho a la educación de niños y jóvenes, además de una violación de los privilegios e inmunidades de las Naciones Unidas», añadió.
Según confirmó a EFE esta fuente y vídeos difundidos en redes sociales, los policías armados lanzaron gases lacrimógenos y bombas de sonido en las inmediaciones del centro, rodeado por vehículos militares hasta hace poco.
En el centro estudian en la actualidad 340 jóvenes de entre 15 y 19 años módulos de carpintería, mecánica o instalaciones eléctricas y cuenta además con unos 30 empleados de la UNRWA. Hasta ayer, cuando EFE visitó este centro junto a otros medios, el centro operaba con normalidad, al igual que los colegios y una clínica médica colindates también de la UNRWA.
Según Touma, esta mañana la Policía israelí invadió a su vez una escuela en el barrio palestino de Wadi al Joz, en Jerusalén Este, ordenando su cierre y los niños fueron evacuados por su seguridad. Las escuelas en los barrios palestinos de Sur Baher y Silwan, también en Jerusalén, continuaron de manera ininterrumpida.
Anoche, la Oficina del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ordenó en un comunicado que se aplicase «de inmediato» las leyes que prohíben la UNRWA, en vigor desde el pasado 30 de enero. «No existen restricciones para la implementación de la directiva del primer ministro», detalló el comunicado, horas antes de los altercados de esta mañana.
El Parlamento israelí prohibió por ley a la UNRWA operar en su «territorio soberano», pero también estableció una ‘ley de no contacto’ que impide a cualquier agencia gubernamental cooperar con ella. Por ello, más de medio centenar de trabajadores extranjeros no pudieron renovar sus visados en enero, mientras que en Gaza y Cisjordania ocupadas les es imposible coordinar el movimiento seguro de su personal y mercancías.
Israel acusa a la UNRWA de tener vínculos con Hamás, aunque de momento solo ha presentado pruebas no concluyentes contra una docena de los alrededor de 13.000 trabajadores que tenían en la Franja de Gaza antes del ataque del 7 de octubre.
Analistas, diplomáticos y altos cargos de la UNRWA creen que Israel busca con estas leyes terminar con el estatuto de refugiados (y su derecho al retorno) del que hoy gozan cerca de 6 millones de palestinos -contando a los descendientes de los 750.000 que fueron expulsados en 1948- repartidos en Siria, Líbano, Jordania y Palestina; pese a que su desmantelamiento no lo eliminaría.
El mandato de la UNRWA, otorgado por al Asamblea General de la ONU, es el de proporcionar servicios como educación y sanidad a estos refugiados palestinos en ausencia de un Estado palestino. Solo en Cisjordania ocupada existen 19 campamentos de refugiados palestinos -en las regiones de Tulkarem, Yenín, Nablus, Tubas, etc.-, donde la UNRWA mantiene un total de 96 colegios y 42 centros médicos, incluyendo Jerusalén Este.
EFE