Jerusalén, 10 de marzo de 2025.- Al menos 261 palestinos, entre ellos 41 menores, han muerto en Cisjordania ocupada en un total de 69 ataques aéreos israelíes desde el ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023 , informó este lunes la oenegé israelí B’Tselem, que lo describe como una cifra sin precedentes.
En comparación, en los 18 años anteriores (de 2005 al 7 de octubre de 2023) tan solo 14 palestinos murieron en ataques aéreos en este mismo territorio palestino.
«Desde el 7 de octubre de 2023, Israel ha bombardeado con frecuencia los campamentos de refugiados y las ciudades del norte de Cisjordania», detalló hoy el grupo en un informe.»Algunos de ellos fueron llevados a cabo por aviones de combate por primera vez desde la Segunda Intifada», hace dos décadas.
Desde el inicio de la ofensiva militar ‘Muro de Hierro’ anunciada por el Ejército israelí el pasado 21 de enero, unos 40.000 palestinos han sido expulsados de los campamentos de refugiados de Yenín, Tulkarem, Nur Shams y Al Faraa, en el norte de Cisjordania, y más de 50 palestinos han muerto, según cifras de la ONU.
B’Tselem menciona la muerte de tres primos, dos de ellos de 8 y 10 años, en un ataque aéreo contra Tamún el pasados 8 de enero de 2025, cuando se encontraban en un patio cercano a su casa. Según una investigación militar, la areonave había identificado a un joven y los dos niños como individuos que plantaron artefactos, si bien estos nunca se encontraron.
Según esta oenegé, el creciente uso de ataques aéreos en zonas urbanas densamente pobladas de Cisjordania es parte de una estrategia para “gazaficarla” mediante el uso de «métodos y patrones de guerra» ya usados por el Ejército durante la guerra en Gaza.
«La política de abrir fuego del Ejército en Cisjordania se ha vuelto más permisiva, lo que a menudo resulta en daños indiscriminados y desproporcionados a civiles palestinos. Otro ejemplo son las frecuentes incursiones militares en comunidades palestinas caracterizadas por la destrucción generalizada de la infraestructura civil, incluidas las carreteras, las redes de electricidad, agua y alcantarillado», dijo el grupo.
Tanto en el campamento de Yenín, como en los de Tulkarem, cientos de casas han sido destruidas por el Ejército, según las autoridades locales, si bien la escala real se desconoce ya que las tropas siguen desplegadas. Además, barrios completos continúan sin electricidad o agua corriente, y los servicios de ambulancias han tenido que repartir comida entre familias atrapadas que no tienen otro lugar al que ir.
EFE