Bangkok, 2 de mayo de 2025.- Singapur vota el sábado en unos comicios que determinarán si el apoyo al Partido de Acción Popular (PAP), que ha gobernado la isla desde su independencia en 1965, se mantiene firme sin la dinastía Lee, artífice de la radical transformación de la ciudad-Estado asiática.
Las elecciones del 3 de mayo, sobre las que planea la sombra de la guerra arancelaria, se consideran más un plebiscito sobre el nuevo liderazgo del PAP en Singapur que un pulso de fuerzas, pues la victoria de la oposición sería algo inaudito en la isla semiautocrática.
Sin embargo, el resultado que decidan cerca de 2,7 millones de votantes (de los alrededor de 6 millones de habitantes de la isla), determinará el futuro del PAP en un momento crítico: se trata de las primera vez que no se vislumbra como líder del PAP a un heredero de Lee Kuan Yew.
Una década después del fallecimiento del dirigente del país hasta 1990, artífice de la transformación de lo que era una isla de pescadores en uno de los países con mayor PIB per cápita del mundo, ninguno de sus tres hijos tomará el relevo.
Su primógenito, Lee Hsien Loong, dimitió como primer ministro hace un año, tras veinte en el poder (2002-2024); su hermana, la neuróloga Lee Wei Ling, falleció el pasado octubre; y el tercero, Lee Hsien Yang, vive fuera y reniega del PAP y de su hermano.
Será Lawrence Wong, economista de 52 años y primer ministro tras la dimisión de Lee Hsien Loong, quien someterá su liderazgo del PAP a examen el sábado, en unas elecciones con 97 escaños en disputa en 33 circunscripciones.
Wong se ha presentado como garante de la estabilidad ante las turbulencias de la guerra comercial, que afectan especialmente a la isla exportadora, y convocó elecciones en una fecha temprana -el tope era noviembre-, antes del posible impacto en la ciudadanía de los efectos tarifarios.
Con una tendencia de voto al PAP a la baja en las pasadas décadas (logró el 61 % en 2020, del 75 % quince años antes), bajar del 60 % sería considerado casi un fracaso para la formación, que tendría que reinventarse tras décadas de un éxito basado en el aperturismo ecónomico y el recorte de libertades.
El reto de la oposición
La mayor amenaza al monopolio del PAP es el opositor Partido de los Trabajadores, que trata de capitalizar el descontento de parte de la población ante asuntos como el elevado coste de vida y mejorar sus resultados de 2020, cuando logró arañar un récord de 10 escaños, frente a los 83 de la formación gobernante.
El jefe del Partido de los Trabajadores, Pritam Singh, abogó en campaña por lograr un «parlamento más equilibrado, con más voces y opciones creíbles», presentando a 26 candidatos, entre ellos un antiguo abogado del banco central y un exdiplomático.
Abogado de 48 años, Singh se encuentra en plena batalla legal, después de ser declarado culpable en febrero por un tribunal de mentir bajo juramento en el Parlamento, dictamen que ha apelado.
En su programa promueve mayor igualdad e inclusión, en un país criticado por un supuesto favorecimiento a la predominante etnia china (alrededor del 74 %), seguida de la malaya (13 %) y la india (cerca del 9 %), y aumentar la transparencia, la democracia y la independencia institucional.
La oposición ha acusado también en ocasiones al PAP de frenar su acceso a plataformas de promoción y a fondos y de manipular las circunscripciones electorales para mejorar sus resultados, en un país que censura la prensa y que es considerado «parcialmente libre» por la asociación Freedom House.
Pero las críticas más firmes provienen del seno de la familia Lee.
En un artículo de opinión publicado el miércoles en The New York Times, Lee Hsien Yang, enfrentado al exprimer ministro por la negativa de este a demoler la vivienda de su padre en la isla, como supuestamente quería el «padre» de la patria para evitar el desarrollo del culto a la personalidad, arremente contra el PAP.
«El partido se ha hecho más autoritario, aprobando leyes opresivas en los pasados años. Singapur es aún una autocracia, pero ya no tiene la visión benevolente que mi padre tuvo», firma.
Y subraya: «Singapur necesita y se merece un Gobierno más abierto y responsable, una democracia plural con una oposición viable y el fin del partido único».
Paloma Almoguera
EFE