Brasilia, 15 julio de 2025.– Las principales patronales de la industria brasileña expresaron este martes su apoyo a la posición adoptada por el Gobierno frente a la amenaza arancelaria de EE.UU. y se mostraron favorables a una negociación que impida una escalada del conflicto comercial.
El presidente de la Confederación Nacional de la Industria (CNI), Ricardo Álvarez Alban, dijo tras una reunión con autoridades del Gobierno que los empresarios rechazan las amenazas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que pretende imponer unos aranceles del 50 % a todos los productos brasileños desde el 1 de agosto.
Según Álvarez Alban, las patronales sugirieron al Gobierno que solicite postergar por 90 días el inicio de esas sanciones, a fin de dar un plazo mayor para una posible negociación.
En la reunión, el Gobierno fue representado por el vicepresidente y ministro de Industria y Comercio, Geraldo Alckmin, quien dijo que la posición de los empresarios es la misma de su despacho, que desde abril, cuando Trump anunció el inicio de su guerra comercial contra el mundo, intenta negociar.
Citó diversas reuniones que autoridades de su despacho han tenido en los últimos meses con miembros del Gobierno estadounidense y dijo que Brasil está «empeñado» en mantener ese diálogo para «revertir una situación» que no favorece a ninguno de los dos países.
Alckmin insistió en que, según dicen hasta los datos de Estados Unidos, la potencia del norte mantiene un superávit en su relación comercial con Brasil desde hace al menos quince años.
En la reunión, previa a una que será celebrada con representantes del sector agropecuario, participaron las directivas de la CNI, de la Federación de Industrias del Estado de São Paulo (Fiesp) y de todas las principales patronales de la empresa privada.
Estados Unidos es el destino del 12 % de las exportaciones de Brasil, que el año pasado sumaron 40.300 millones de dólares, en tanto que las importaciones desde la mayor economía mundial fueron por unos 40.500 millones de dólares.
Sin embargo, aunque la discusión entre Alckmin y los empresarios estuvo centrada en los asuntos económicos y comerciales, cuando el presidente de Estados Unidos anunció su intención de sancionar a Brasil con aranceles, expuso razones de un claro tinte político.
Trump justificó esa posible medida en la situación jurídica del expresidente brasileño Jair Bolsonaro, uno de sus mayores aliados políticos en América Latina, quien enfrenta un juicio penal por golpismo en la Corte Suprema.
En opinión del líder republicano, Bolsonaro sufre una «caza de brujas» por parte de una Justicia que también dicta «órdenes secretas» e «ilegales» contra empresas de internet con base en Estados Unidos y que fueron sancionadas en Brasil por violar las leyes del país.
EFE