Leópolis (Ucrania), 20 de agosto de 2025.- La cesión total de Donetsk, que podría estar en la agenda de unas hipotéticas negociaciones entre el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, y el ruso, Vladimir Putin, haría mucho más difícil para Ucrania organizar una defensa eficaz contra una nueva agresión y le daría a Rusia una plataforma que facilitaría sus avances hacia las regiones vecinas de Jarkov y Dnipropetrovsk.

Convencer al presidente estadounidense, Donald Trump, de que una zona fuertemente fortificada, todavía bajo control ucraniano después de años de combates, es fundamental para la defensa del país ha sido una prioridad para Ucrania que enfrenta presión para ceder aproximadamente el 25% de la región oriental.

“El Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia está tratando de convencer a Occidente de que su ejército puede capturar toda la región de Donetsk este año”, escribió el miércoles en Telegram el coronel Andrí Kovalenko, jefe del Centro para Contrarrestar la Desinformación del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania.

Los combates son muy difíciles, reconoció, pero señaló que Rusia “no es capaz de capturar la región de Donetsk” donde pierde diariamente 1.200 soldados muertos o heridos.

Clave para la defensa de Ucrania

La zona que Rusia, según se informa, quiere arrebatarle a Ucrania ha sido fuertemente fortificada durante los más de 11 años que han durado los combates en Donetsk, incluidos los 3 años y medio de la invasión a gran escala.

Con la ciudad de Pokrovsk bajo amenaza de cerco, ciudades clave como Kostiantinivka, Druzhkivka, Kramatorsk y Sloviansk siguen siendo centrales para la defensa de Ucrania, sirviendo como centros logísticos vitales y preparadas para transformarse en fortalezas si las fuerzas rusas avanzan más cerca.

Este territorio proporciona a las fuerzas ucranianas una combinación óptima de obstáculos naturales y artificiales, que muchos analistas militares ucranianos y extranjeros creen que podrían detener o limitar los avances rusos durante años.

Numerosos ríos, en particular, impiden los rápidos movimientos rusos, dando tiempo a los drones y la artillería ucranianos para infligir daños significativos.

Los centros urbanos con grandes complejos industriales, rodeados de campos minados, también ofrecen una cobertura considerable a las fuerzas ucranianas.

Incluso si Rusia recurre a la aviación y la artillería para destruir gradualmente estas zonas, estas «fortalezas» pueden ralentizar significativamente su avance, como se ha demostrado en Bajmut y actualmente en Pokrovsk, donde Ucrania tuvo menos tiempo para establecer líneas defensivas similares.

Altos riesgos

Entregar estas ciudades relativamente intactas y permitir que las fuerzas rusas avancen 82 kilómetros hacia el oeste sería impensable para el ejército ucraniano, escribe Oleksandr Solonko, un operador de drones que lucha cerca de Pokrovsk, en su blog, comparando tal medida con un «suicidio».

“Las ciudades proporcionan una plataforma ideal para desplegar fuerzas y prepararse para futuras ofensivas, ofreciendo múltiples ubicaciones para tropas, equipos, centros logísticos y sistemas de guerra electrónica”, explicó.

Por lo tanto, estas ciudades servirían como trampolín para las probables ofensivas de Rusia hacia Pavlograd, Lozova e Izium en las regiones vecinas de Dnipropetrovsk y Jarkov, que carecen de barreras naturales y artificiales comparables.

Su terreno menos urbanizado, con menos bosques para ocultar posiciones de infantería y drones, sería mucho más difícil de defender, lo que daría una ventaja a un enemigo numéricamente superior.

“Nos veríamos obligados a construir urgentemente fortificaciones desde cero en campo abierto, donde nuestras tropas estarían expuestas a bombas aéreas y misiles guiados rusos, como objetivos en un campo de tiro”, escribe Victor Taran, jefe de un centro de entrenamiento de operadores de drones, en la revista Ukrainian Week.

Un regalo para Putin

Aunque Rusia está enviando más fuerzas para mantener la alta presión, está pagando un alto precio en pérdidas de soldados y equipos para capturar un territorio limitado en Donetsk, dijo a EFE Oleksiy Melnik, analista militar del Centro Razumkov.

A pesar de los avances más rápidos este verano, las ganancias de Rusia, equivalentes a unos 500 kilómetros cuadrados en julio, siguen siendo limitadas en relación con la línea del frente de más de 1.000 kilómetros.

Rusia estaría encantada de asegurar toda la región sin más combates, señala Melnik, conservando recursos y asestando un duro golpe a la moral ucraniana, con cientos de miles de residentes desplazados.

Ceder este territorio sólo envalentonaría a Rusia a intensificar su agresión, ya que el objetivo final de Moscú -subyugar a Ucrania y desmantelar su independencia- sigue siendo el mismo, advierte el analista.

Rostyslav Averchuk

EFE

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