Islamabad, 21 ago- El balance de muertos por la temporada de monzones en Pakistán ha ascendido a 759, según los últimos datos oficiales, mientras las inundaciones continúan desplazando a miles de personas en el centro del país y la amenaza de lluvias torrenciales se cierne sobre la megaciudad de Karachi.
El último informe de la Autoridad Nacional de Gestión de Desastres (NDMA), publicado este jueves, eleva la cifra total de fallecidos a 759 y la de heridos a 993. Solo en las últimas 24 horas, se han reportado nueve nuevas muertes y 15 heridos.
La crisis más reciente se vive en la provincia de Punjab, donde la crecida del río Indo ha arrasado diques de contención y anegado decenas de aldeas en los distritos de Layyah, Taunsa y Muzaffargarh, obligando a miles de familias a abandonar sus hogares. Las inundaciones han destruido viviendas y miles de hectáreas de cultivos.
La NDMA ha advertido de que un intenso sistema de bajas presiones descargará lluvias de hasta 100 milímetros sobre Karachi y otras partes de la provincia de Sindh en las próximas horas, lo que hace temer graves inundaciones urbanas en la ciudad más poblada de Pakistán.
Informes de organizaciones humanitarias como International Medical Corps (IMC) detalla el impacto en la provincia noroccidental de Khyber Pakhtunkhwa, la más castigada con 454 de los fallecidos totales.
En distritos como Buner, aldeas enteras han sido arrasadas, y miles de familias desplazadas se enfrentan a una grave crisis sanitaria por la contaminación de las fuentes de agua y la destrucción de centros de salud.
«Las necesidades inmediatas incluyen el restablecimiento del acceso a las carreteras, servicios de agua y saneamiento de emergencia, refugio y equipos de salud móviles», señala el informe de IMC, que advierte de un «riesgo elevado de brotes de enfermedades» como el cólera y la malaria.
Desde el 26 de junio, las lluvias han dañado o destruido 4.373 viviendas y han provocado la pérdida de más de 5.000 cabezas de ganado, haciendo esta temporada de monzones especialmente devastadora.
Pakistán es uno de los países más vulnerables del mundo a los fenómenos meteorológicos extremos. Esta nueva catástrofe trae a la memoria las inundaciones sin precedentes de 2022, cuando un «monzón con esteroides» sumergió un tercio del país, mató a más de 1.700 personas y causó pérdidas económicas superiores a los 30.000 millones de dólares.
EFE