EDITORIAL
Inicialmente, voceros de la institucionalidad presentaron el hecho como si el campamento donde se encontraba el abatido alias Turrón perteneciera a un Grupo Delincuencial Organizado (GDO). En otras palabras, como si se tratara de delincuencia común o en su defecto delincuencia organizada. Posteriormente reconoció el alcalde que la llamada banda La Sierra u ODÍN Sierra trabajaba para las Autodefensas Gaitanistas de Colombia, AGC, bautizadas por el gobierno colombiano como Clan del Golfo.
Es de anotar que el Bloque Sierra se conformó cuando ya había finalizado la guerra en la Oficina del Valle de Aburrá, conocida como la Oficina de Envigado, entre Alias Valenciano y alias Sebastián. El barrio La Sierra era uno de los fortines de Maximiliano Bonilla Orozco, alias Valenciano, quien entrego ese territorio a las AGC.
Es lamentable que no se haya reconocido de una vez por todas la existencia desde hace casi una década de esta estructura paramilitar y mafiosa en buena parte de la periferia de la ciudad, no por medio de franquicias como se ha querido mostrar por parte de la institucionalidad, sino directamente: el Bloque Sierra es una muestra de ello.
Lo ocurrido el 24 de julio no se puede mostrar simplemente como una operación policial con apoyo de la Fiscalía. El tema es complejo y reviste la mayor gravedad: en Medellín, la periferia tiene campamentos militares de las AGC, y eso significa que la estrategia de seguridad está en entredicho. En otras palabras, Medellín es vulnerable y la inteligencia policial y militar deberían reforzar su accionar, y de no hacerlo no estarían cumpliendo a cabalidad con la tarea encomendada: proteger la ciudad de los enemigos de la ciudadanía.
La operación policial mostró la existencia del campamento, pero los voceros de la institucionalidad no develaron que en Villa Turbay, Villa Liliam, La Sierra, Media Luna y Santa Elena hace presencia el Bloque Sierra de las AGC, además de que avanza a paso firme por donde va el megaproyecto del Túnel de Oriente.
Con esto último ya tendrían acceso estratégico al aeropuerto José María Córdoba de Rionegro y a la parte urbana y rural del Valle de San Nicolás. Cabe recordar que el llamado Clan del Golfo opera tranquilamente en el otro túnel, el de Occidente y hará lo mismo con el túnel del Toyo que se encuentra en etapa de construcción, que es visión estratégica del crimen urbano-rural para fortalecer los corredores estratégicos.
Las AGC están en la ciudad metropolitana, no solo en Medellín y no por medio de franquicias sino de manera directa. Además, no es solo ese campamento el que había, hay serios indicios que existen otros fortines de ese tipo en la parte nororiental y occidental de Medellín.
Desde este espacio le notificamos a la inteligencia estatal que no solo sería el campamento del Bloque Sierra el que existe: en las partes altas de la comuna I, corregimiento de San Cristóbal, corregimiento de Altavista, además de San Félix en Bello, habría verdaderos fortines militares de las AGC, y eso significa que la seguridad ciudadana está en riesgo, ¿O solo se sentiría el peligro si fueran campamentos de la guerrilla del ELN los que allí estuvieran?
Tema relacionado