Según el plan del multimillonario Elon Musk, se debería bombardear los polos de marte calentando el agua atrapada en el hielo y liberando CO2 a la atmósfera, haciéndola habitable para los primeros humanos, haciendo la tarea de colonizar al planeta rojo más viable.
El matemático Robert Walker realizó el cálculo de cuántas detonaciones nucleares harían falta para que la idea del empresario fuese funcional.
«Se deben fabricar alrededor de 3.000 bombas nucleares cada día, en una línea de producción, transportándolas constantemente a Marte y luego explotándolas sobre los polos», partiendo de la teoría sobre crear dos minisoles en los polos del planeta vecino para provocar un efecto invernadero en él.