La crisis climática global está acelerando especialmente el calentamiento de los polos de la Tierra, con vastos efectos sobre la fauna, la flora, los métodos tradicionales de supervivencia humana y la pérdida de hielo polar, según un artículo que publica este miércoles la revista Science Advances.
Un equipo internacional de 15 investigadores, encabezado por Eric Post, profesor de ecología de la crisis climática en la Universidad de California, examinó las consecuencias del aumento de las temperaturas para las regiones polares.
Las temperaturas promedio en todo el planeta han subido en aproximadamente 0,8 grado Celsius en los últimos 137 años, y en ese mismo período las temperaturas en el Ártico han subido de 2 a 3 grados Celsius, en tanto que la Antártida «ha experimentado variaciones anuales y de una década a otra más pronunciadas sin una tendencia obvia al aumento en las últimas dos décadas», según el informe.
«Muchos de los cambios en la última década son tan impresionantes que uno se pregunta qué nos traerá la próxima década de calentamiento», indicó Post.
En tan sólo la última década, el Ártico ha registrado un aumento de 0,75 grados Celsius en las temperaturas superando en mucho el promedio global, mientras que las temperaturas de la Antártida han permanecido estables.
«A medida que la Tierra se aproxima a un calentamiento global de 2 grados Celsius, el Ártico y la Antártida podrían alcanzar aumentos anuales promedio de 4 y de 2 grados Celsius respectivamente, y de 7 y de 3 grados en invierno, respectivamente», según el estudio.
Si se mantienen las tendencias actuales de contaminación de la atmósfera y emisiones de gases de efecto invernadero como resultado de la actividad humana, el planeta podría alcanzar un aumento de 2 grados Celsius en unos 40 años, según estos investigadores.
«Pero el Ártico ya está allí durante algunos meses del año y podría alcanzar un calentamiento de 2 grados Celsius en todo el año unos 25 años antes que el resto del planeta», advirtió Post.
El impacto de estos cambios climáticos se extenderá más allá de las latitudes polares e incluyen el aumento de los niveles del mar como resultado del rápido derretimiento del hielo en el Ártico y en la Antártida, mayores riesgos de condiciones meteorológicas extremas, olas de calor devastadoras, y extensos incendios forestales especialmente en el hemisferio norte.
«Lo que ocurre en el Ártico no se limita al Ártico», apunto Michael Mann, profesor de ciencias atmosféricas en la Universidad estatal de Pensilvania y uno de los autores del estudio, que agregó que «el calentamiento rápido y el derretimiento del hielo ártico tiene un impacto en la corriente en chorro (el flujo de aire rápido y concentrado que se produce en la alta troposfera o en la estratosfera) de manera que resulta en extremos meteorológicos persistentes y dañinos».
EFE