El 27 de febrero de 2018 el movimiento social de Buenaventura (Valle del Cauca) sufrió un golpe descomunal: ese día un sicario asesino al líder social Temístocles Machado. El crimen conmocionó a toda la ciudad y parecía una amenaza a todo aquel que se atreviera a seguir defendiendo los intereses de las comunidades negras asentadas alrededor de la vía alterna-interna. Las banderas de Machado fueron recogidas por líderes y organizaciones que tras dos años siguen en lo fue su lucha mientras vivió, defender la propiedad de las comunidades sobre terrenos en la Comuna 6 de esa ciudad.
La falta de títulos de propiedad en las Comuna 6 ha facilitado el despojo que algunos particulares han pretendido hacer sobre los territorios habitados por las comunidades desde los años 50. En específico, Machado abogaba por los derechos de los pobladores del barrio Isla de la Paz.
Hasta el momento hay cuatro capturados señalados de ser autores materiales, uno de los cuales ya está condenado y dos más que serían autores intelectuales del crimen. Hablamos con Joaquín Garzón, abogado de la clínica jurídica de derecho y territorio de la Universidad Javeriana que acompañó a Machado en su lucha y conoce detalles de la investigación por su asesinato. Garzón reconoció el trabajo de la Fiscalía en este caso, dijo que faltan asuntos por aclarar y se mostró esperanzado en que el problema de tierras se resuelva bajo la nueva administración local.
¿Qué balance hace de los avances del caso de Temístocles Machado en la justicia?
Hay avances. Creo que la acción de la Fiscalía y de la justicia en general ha sido hasta cierto punto eficaz porque al menos tenemos capturas y no solamente de posibles autores materiales, sino también de autores intelectuales del homicidio. Por muchas razones, incluyendo la relevancia nacional de este caso, el ente investigativo ha actuado y ha logrado las capturas y una condena en contra de la persona que accionó el arma. Si uno compara con otros casos de líderes sociales asesinados en el país, tal vez este es uno de los que ha avanzado y ha arrojado resultados. Ahora, si uno hace un balance más general sobre si las causas estructurales de este tipo de homicidios han sido resueltas y si el problema de fondo, que es de tierras, ha sido resuelto en este caso puntual el panorama es un poco más complejo porque en el litigio que más le interesa a la comunidad todavía la respuesta del Estado es lenta. Todavía hay muchas cosas por hacer y todavía se espera que en los asuntos relacionados con los conflictos de tierra haya soluciones más efectivas.
¿Cuál es la hipótesis de la Fiscalía sobre el móvil del homicidio?
Hay algunas cosas claras. El móvil está relacionado con el problema de la tierra. Esa es la hipotesis que se ha manejado desde el comienzo del trabajo académico que se ha hecho y eso parece coincidir con la línea de investigación de la Fiscalía y con la versión de la persona que fue condenada: detrás del homicidio lo que hay es un interés por la tierra.
¿Los dos presuntos autores intelectuales tendrían interés en esa tierra?
Sin duda. Lo que parece es que estaban interesados en adquirirla. Este es un conflicto de tierras por su ubicación estratégica y por la importancia (comercial) de Buenaventura. Esta tierra está aledaña a una vía fundamental que es la alterna-interna y la hipótesis fundamental es que estas personas estaban interesadas en adquirirla ilegalmente, de manera violenta, o eran intermediarios buscando un posible comprador interesado en adquirirla.
¿Por qué estarían interesados en esa tierra?
Esta tierra se hace muy valiosa por su cercanía con la vía, por los servicios que se pueden ofrecer ahí, por el tránsito de tractomulas, de personas y esa era básicamente la lucha de Temis; la vida de toda la comunidad se transformó cuando se construyó la vía alterna-interna.
¿Cree que la investigación que ha hecho la Fiscalía responde a los interrogantes fundamentales sobre los móviles del crimen?
Si uno pregunta si la gente, los vecinos, la familia están de acuerdo con la tarea de la Fiscalía hay opiniones divididas. Yo, como investigador, haciendo un contexto comparativo con otros casos este caso ha avanzado y por eso doy una valoración positiva de lo que ha sucedido. Hay otras personas de la comunidad que dicen que falta esclarecer todos los móviles y los autores intelectuales, hay cosas que aún no sabemos.
¿Qué falta por aclarar?
Este crimen parece requerir una cantidad de recursos económicos, falta aclarar de dónde procedieron los recursos que requirió este homicidio y los potenciales recursos económicos que requeriría la adquisición efectiva de estas tierras. A pesar de que ya hay personas capturadas falta por aclarar una pieza del rompecabezas y es cómo se movilizaban estos recursos.
¿Cómo ha avanzado en estos dos años el tema de tierras?
La cuestión fundamental en el problema de tierras, en este caso puntual, es que teníamos el obstáculo de la voluntad política del Distrito de Buenaventura para resolver este asunto. Muchas de esas tierras pueden potencialmente ser del Distrito o sería este el que tendría la capacidad de aclarar a quién le pertenecen y con esas aclaraciones poder continuar con estrategias que permitan las titulaciones para las personas que han habitado esos lugares por años. No ha avanzado mucho porque había la falta voluntad de la administración municipal. No obstante, hay un nuevo alcalde que es una persona que emana del movimiento social que históricamente ha estado respaldando esas luchas por la tierra y tenemos mucha esperanza que con esta alcaldía haya un nuevo horizonte para estos problemas de tierras.
¿Los asesinos lograron frenar el proceso que adelantaba Temístocles?
No. Pusieron a la comunidad en un estado de alerta muy alto, esto es una estrategia de generar terror que es efectiva y, sin duda, la lucha de las personas por su tierra se ve afectada cuando se comienzan a dar cuenta que los intereses tienen la capacidad de cometer acciones atroces de esta naturaleza. En este sentido es imposible decir que no ha afectado los procesos que se llevaban, el entusiasmo, el compromiso, pero también la estrategia continúa. La acción de la Fiscalía detuvo el plan de que la tierra estuviera a nombre de una de las personas que estuvieron involucradas y, al mismo tiempo, la gran cuestión era alinear los intereses de la administración distrital con los de los barrios y las comunidades negras, eso parece estarse alineando con la elección del nuevo alcalde. Sin duda fue un golpe muy duro, pero también hay muchos motivos para la esperanza.
Tomado de El Espectador