Si bien durante la gala de los Óscar se apreció por televisión un Leonardo Di Caprio sereno tras no ganar la estatuilla al mejor actor y un Joaquín Phoenix reivindicativo y con cara de pocos amigos al recoger el premio, lo cierto es que inmediatamente después esos roles cambiaron.
Al llegar a la fiesta privada de la Academia en el «Governors Ball», donde van actores, actrices, directores y técnicos que han ganado o han sido nominados para los Óscar, Di Caprio se sentó cabizbajo en una de las mesas de la esquina del salón.
Estaba sentado con un matrimonio de la tercera edad, que parecía acompañar su pena en silencio.
Pese a haber ganado ese galardón en 2016 por su papel protagonista en «The Revenant», Di Caprio ha sido nominado siete veces durante su dilatada carrera y solo ha alzado la estatuilla una vez.
Eso pesaba a Leo, que vio como Brad Pitt sí ganaba el premio a Mejor Actor Secundario por su rol en la película «Once Upon a Time… in Hollywood» , dirigida por Quentin Tarantino.
A pesar de su tristeza, sí tuvo bonitos gestos con algunos seguidores que se acercaron a darle ánimos.
Unos veinte minutos después, y rodeado de su equipo de seguridad, Di Caprio salió de la sala. Ni rastro de su novia, Camila Morrone.
Cerca de su mesa estaba una de las barras, promocionada por una conocida marca de tequila.
Ahí acudió varias veces Tarantino, que tampoco logró vencer en la categoría de mejor director.
«Hay cinco cócteles distintos», le dijo el camarero, a lo que Tarantino contestó: «¡Pues habrá que probarlos todos!».
El primero fue un «The Hollywood Highball»: una mezcla de tequila, sirope de coco, vino de Jerez («medium sherry»), agua con gas, y algunas hierbas. Los siguientes, un misterio.
En su caso, no haber ganado fue menos amargo, ya que se impuso el director surcoreano Bong Joon-ho, de quién siempre ha tenido buenas palabras y ha recomendado sus películas.
Quien sí podía agarrar con fuerza su estatuilla era el puertorriqueño Joaquín Phoenix. Con una sonrisa de oreja a oreja, similar a la que interpretó en «Joker», el actor recibía abrazos y felicitaciones por doquier.
Era una de las estrellas de la noche, con permiso de Joon-ho. Y quería disfrutar del momento.
Con quien más rato pasó fue con Todd Phillips, el director de «Joker». Con él compartió comida -vegana- y algunas bebidas.
Lejos quedaba el serio discurso de minutos antes, en el que recordó a su fallecido hermano River. Ahora era momento de pasarlo bien con sus amigos de Hollywood y celebrar su primer Óscar.
Con el paso de las horas, los actores fueron desapareciendo de la fiesta oficial de la Academia para irse a otras organizadas por revistas y productoras.
A la de Netflix acudió Laura Dern, que ganó el Óscar a la mejor actriz secundaria. La angelina posó sonriente con dos buenas amigas, Jennifer Aniston y Courteney Cox.
Renée Zellweger, Florence Pugh, Brad Pitt, Kate Hudson y Scarlett Johansson, entre otros, optaron por la fiesta más glamurosa de Hollywood, la organizada cada año por la revista Vanity Fair.
A ellos se les sumaron estrellas musicales, como Kanye West y Billie Eilish, y celebridades, como Kim Kardashian y Hailey Bieber.
EFE.