El mundo entero tiene sus ojos en el coronavirus, pero países como Colombia deberían comenzar por preocuparse por el dengue, enfermedad que el año pasado tuvo récord en número de infectados. El cambio climático lo empeora.
Las imágenes de personas encerradas en sus casas temerosas de infectarse con el coronavirus ocupan grandes espacios en redes sociales y medios de comunicación. Aunque el virus luce cada vez más letal, las autoridades de salud y los epidemiólogos han insistido en que América Latina debería prestar más atención a la epidemia de dengue que vive actualmente. En efecto, solo en 2019 registró un récord de 3 millones de infectados de los cuales 2 millones estaban en Brasil (en Colombia hubo 127.000).
Las autoridades sanitarias están en alerta porque con el cambio climático el mosquito transmisor del dengue, el Aedes aegypti, ha logrado sobrevivir incluso a 2.300 metros sobre el nivel del mar. Además, el mosquito se ha fortalecido tanto que ya ni los insecticidas, ni los toldillos, ni el constante cambio del agua de albercas o floreros es suficiente.
Iván Darío Vélez, director del Programa de Estudio y Control de Enfermedades Tropicales de la Universidad de Antioquia, asegura que solo la estrategia de control biológico ha probado su eficiencia. Consiste en liberar unos mosquitos que traen una bacteria que les impide transmitir enfermedades tropicales. La idea es que esos mosquitos se apareen con los que ya están en el ambiente y así todos queden con la bacteria. La estrategia ha funcionado en Antioquia, que este año registra pocos casos de dengue, pero aún no se ha extendido en todo el país. Una tarea pendiente.
Tomado de Dinero