La familia de José Guillermo ‘Ñeñe’ Hernández Aponte ha guardado prudente silencio en medio de la avalancha de información sobre sus nexos con la banda criminal de ‘Marquitos Figueroa’ y movimientos de dineros ilícitos en la campaña de Iván Duque.
Su esposa, la exreina María Mónica Urbina, no ha dado declaraciones ni ha salido a explicar el episodio con su amiga María Claudia Daza, asesora del senador Álvaro Uribe, que aparece en audios, supuestamente hablando de dineros por debajo de la mesa en la campaña.
Sin embargo, un mes después de que el ‘Ñeñe’ fue asesinado en Uberaba (Brasil), al parecer para robarle su reloj Rolex, su mamá, Beatriz Aponte de Hernández, se hizo presente en la Fiscalía. Oriunda de Urumita, La Guajira, y con 80 años recién cumplidos, Aponte le dijo a la Fiscalía que su hijo venía siendo víctima de amenazas y que sabía que estaban ofreciendo 150.000 dólares por asesinarlo.
Aponte empezó así su relato: «En Semana Santa yo estuve con mi hijo en la finca Montecristo, en Sabana de Torres, donde compartí 10 días. En un día de esos, creo que el Jueves Santo, mi hijo estaba preocupado».
Según Aponte, el ‘Ñeñe’ le aseguró que habían ofrecido 150.000 dólares (550 millones de pesos) para asesinarlo y que estaba vinculado al caso de una deuda que le venían cobrando.
«Él me dijo que cuando viniera de Brasil se iba a reunir en Bogotá para colocar en conocimiento de la Fiscalía y buscar un buen abogado», aseguró la madre del ganadero.
También dijo que, desde el 2 de mayo, después del crimen de su hijo, estaban siendo objeto de seguimientos y presencia de extraños en su domicilio.
«Mi hijo menor, de nombre José Gregorio Hernández, nos mencionó que en los alrededores de su residencia en Valledupar, motorizados desconocidos merodeaban su casa», dijo en su denuncia.
Y expresó su preocupación por la seguridad de sus nietos, hijos de Rosalina y del ‘Ñeñe’ Hernández Aponte.
En la declaración, recordó que su residencia había sido blanco de ataques y se refirió a un audio en el que el prestamista Carlos Rodríguez Gómez le había dicho a su hijo: ‘Yo voy pa’lante’.
Rodríguez es el padre de Óscar Rodríguez, por cuyo asesinato estaba siendo investigado el ‘Ñeñe’. Según consta en el expediente, Rodríguez le estaba cobrando al ganadero mil millones de pesos, deuda que vinculaba con el asesinato de su hijo.
¿Asignación especial?
El 3 de junio de 2019, Apote le pidió a la Fiscalía una asignación especial para la denuncia que acababa de instaurar.
Además, que se unificaran otras «noticias criminales» que habían instaurado sobre las presuntas extorsiones y terrorismo al que venían siendo sometidos desde 2010, y de nuevo menciona al prestamista. Según Aponte, las investigaciones nunca habían prosperado.
Un día después recibió respuesta de Helmer Varela, coordinador de Asignaciones Especiales de la Fiscalía, en la que le notificaba que el caso iba a ser estudiado.
Al respecto, el prestamista Rodríguez ha manifestado en varios escenarios, judiciales y periodísticos, que él denunció ante las autoridades tanto el crimen de su hijo como los posibles móviles y responsables, y ha negado cualquier tipo de amenazas a terceros.
Y aunque el ‘Ñeñe’ murió sin que se le resolviera su situación jurídica sobre ese crimen y su nexo con la banda de ‘Marquitos Figueroa’, los audios que le grabaron, a través de interceptaciones legales, siguen obrando como prueba en el expediente.
Tomado de El Tiempo