Los reclamos sobre cómo el confinamiento afectará a los más pobres del continente también ha llegado a Uruguay. Los uruguayos han convocado para este miércoles a las 21 horas a un «apagón social» y un cacerolazo para exigir al nuevo Gobierno de Lacalle Pou medidas de protección social hacia los grupos más vulnerables, informa el corresponsal Federico Rivas.
Al frente de la protesta se ha colocado la central sindical, desde donde han asegurado que no se trata de “desestabilizar al Gobierno”, sino de respaldar las once medidas de ayuda propuestas por las organizaciones reunidas en la Intersocial. Entre ellas figura la creación de una “renta transitoria de emergencia” que facilite el acceso a bienes y servicios básicos durante la crisis. Uruguay registró hasta el martes 162 casos de infectados, ninguna muerte y dos pacientes recuperados.
Perú amanece en el décimo día de cuarentena y séptimo de toque de queda con una controversia que alcanza al nuevo Congreso. Mañana jueves está convocada una sesión del pleno, pero el presidente del congreso, Manuel Merino, y otros parlamentarios se niegan a realizarla por internet, como ocurrió ayer en Ecuador; argumentan que esa modalidad no está prevista en las normas.
Este miércoles, el Ministerio de Salud ha incluido en el recuento de decesos por Covid-19 al ciudadano mexicano fallecido ayer en Cusco, y ha reportado una muerte adicional de un adulto mayor. Con ellos, suman nueve fallecidos por el virus en Perú. Hasta la noche del lunes se habían realizado 7.013 pruebas según el Ministerio de Salud.
Uno de los fallecimientos más dramáticos que hemos visto tiene que ver con la quinta víctima registrada en México. Su hija denunció «negligencia» y falta de información de las autoridades y del hospital en el que fue atendida.
La fallecida es una mujer de 61 años que llegó a la Ciudad de México el lunes 16 de marzo proveniente de Madrid en un avión de Iberia. Un día después «despertó con más de 38 grados de temperatura», relató la hija de la fallecida a Milenio Televisión.
La mujer fue atendida en el Centro ABC de Tacubaya (CDMX) donde pagó 25.000 pesos (unos 1.000 dólares) por una prueba de coronavirus cuyos resultados debían llegar dos días después. Finalmente la mujer falleció el lunes por la tarde y no el martes, como se hizo público.
Acto seguido fue cremada sin que la familia pudiera despedirse. Ayer, finalmente, también llegaron del hospital los resultados que confirmaron a la familia que era Coronavirus. «Este virus mató a mi madre no es ninguna burla y no debe tomarse de forma tan a la ligera como han hecho», reprochó «a las altas autoridades» y «a los hospitales privados que se lucran y no cumplen», dijo la hija de la primera mujer fallecida en una dura declaración en televisión.
Tomado de El País de España
