Enfermeras de la ciudad de Guayaquil, la más afectada por los contagios de coronavirus en Ecuador, se han declarado «agotadas de pedir ayuda» para desarrollar sus labores, sin encontrar respuestas a sus súplicas en una ciudad en la que el personal médico es víctima también del COVID-19.
Con lágrimas y la voz entrecortada una enfermera que trabaja desde hace 35 años en el hospital «Francisco de Icaza Bustamante», relata en un video el drama que vive junto a sus compañeras porque no pueden acceder a las pruebas del coronavirus, pese a tener síntomas y haber estado cerca de pacientes positivos.
«Ya llevo cuatro días viniendo desde muy temprano al hospital y aún no me toman la muestra. Tengo a mi hija que trabaja en otro hospital como enfermera y la tienen en aislamiento. Yo soy la única que la puedo atender y por eso me afecta que a mi no me tomen las muestras. Tengo 59 años, siento que corro mucho riesgo al venir a trabajar», cuenta sin revelar su nombre desde el centro de salud.
SITUACION INSOSTENIBLE
Liliana Triana, portavoz del Colegio de Enfermeras y Enfermeros del Guayas, cuya capital es Guayaquil, denuncia que la situación ya se ha vuelto insostenible.
«Tenemos compañeras que están con tanques de oxígeno y que no pueden respirar. Pese a eso, en el hospital no hacen nada, la mayoría del personal está contagiado y no hay ni quien nos atienda a nosotras. Estamos agotadas de pedir ayuda y que no se nos escuche», aseguró en una entrevista telefónica con Efe.
Ella y su compañera son dos de las 4.468 enfermeras que hay en Guayaquil, la ciudad epicentro que registra 1.638 casos confirmados de coronavirus y la mayoría de las muertes por esa enfermedad en Ecuador.
«¿Hasta cuándo tenemos que esperar por una solución?», cuestiona Triana.
Según cifras del gremio, más de 400 enfermeras y enfermeros en toda Guayas (provincia de la que Guayaquil es capital) son sospechosas de portar el nuevo virus, 80 ya han sido confirmadas como positivo y 5 han fallecido desde que, en marzo pasado, se inició la crisis sanitaria en el país.
Consternada, Triana cree que este número de contagios se debe a que tras la llegada de los primeros casos a los distintos hospitales de la ciudad no recibieron a la brevedad los equipos suficientes para protegerse.
Y teme que el subregistro de casos asintomáticos o no detectados entre el personal sanitario puede ser mayor.
«Los insumos y prendas demoran en llegar. El ministro dice que han hecho unas adquisiciones, pero las tienen embodegadas cuando el material se requiere en las unidades donde están las compañeras trabajando. Muchas han comprado con su propio dinero, otras han usado fundas para protegerse», asegura.
Y reclama que lo que ahora se necesita «son pruebas y tratamiento».
La representante del gremio afirma que la crisis sanitaria que vive Ecuador también ha afectado a los médicos.
«Muchos ya han caído, están en aislamiento, algunos han fallecido. No hay quién ayude a valorar a las compañeras, el médico ocupacional no se abastece», subraya desde el cargo que ha tenido que asumir casi sola, pues el resto de las dirigentes están contagiadas.
¿PERSONAL MEDICO SIN AYUDA?
Triana menciona que, aunque las autoridades han dicho ya que la situación está controlada, el panorama es crítico en la mayoría de hospitales públicos de la ciudad y pide al Ministerio de Salud Pública las garantías suficientes para seguir en el frente.
«Hemos dado toda nuestra vida al cuidado de los pacientes y ahora que necesitamos cuidado nosotras no hay una mano que nos ayude. El Seguro Social, que debe ser el que tenga todas las puertas abiertas para este personal, no puede atendernos porque están abarrotados. Tenemos a enfermeras dando vueltas por la ciudad porque no las reciben en ningún hospital», cuenta.
Algunas de ellas tienen otras enfermedades como diabetes o hipertensión que las hace aún más vulnerables ante el coronavirus.
«Nos mandan a la guerra sin insumos y si todas las enfermeras empiezan a caer no habrá personal que atienda», vaticina con impotencia.
Alrededor de 120 enfermeras y enfermeros con contrato ocasional han decidido renunciar a sus cargos para evitar exponer a sus familias ante la falta de protección, cuenta Triana.
Por ello también pide a la ciudadanía: «Manténganse en sus casas, ayúdennos a no seguir colapsando más estas unidades de salud porque no van a poder atender a más pacientes».
EFE