Dos años en compás de espera llevan en La Habana los negociadores de la guerrilla Ejército de Liberación Nacional (ELN), desde que se estancaron las conversaciones con el Gobierno de Colombia tras una quinta ronda en la que no se lograron resultados.
El líder y jefe negociador de la organización, Israel Ramírez, alias «Pablo Beltrán», asegura en una entrevista telefónica con Efe que la pandemia del coronavirus puede propiciar que el proceso de paz se agilice e insiste en pedir un cese al fuego bilateral sin condiciones previas.
Pregunta: ¿Cómo se encuentran en este momento? ¿Están siguiendo las recomendaciones de aislamiento realizadas por las autoridades de Cuba?
Respuesta: Sí, hemos estado cumpliendo las medidas acá en Cuba de evitar salir de la casa, no estamos recibiendo visitas y estamos haciendo teletrabajo fundamentalmente. Mantenemos comunicación con Colombia, estamos muy pendientes de cómo está la situación allá y en general estamos con un buen nivel de salud y con todos los cuidados del caso. Ahora a propósito del cese que termina hoy (por el jueves) se le recordó al Gobierno que podemos aprovechar y pactar un cese bilateral y que también todo esto sirva para reiniciar una mesa de conversaciones, en ese trabajo ha estado la delegación en estos días.
P: El jueves concluyó el cese el fuego unilateral de un mes por parte del ELN. ¿Por qué han decidido no renovarlo? ¿Cómo se justifica volver a la violencia en medio de una pandemia?
R: Cuando decretamos este cese le hicimos la propuesta al Gobierno de que mandara a sus delegados y acordáramos un nuevo cese bilateral. Ya durante el Gobierno anterior realizamos uno de 101 días, quedaron unos protocolos redactados sobre el cese bilateral, entonces hemos propuesto que construyamos sobre lo construido, nos apoyemos en esos protocolos y si el Gobierno actual tiene reparos y objeciones a esos protocolos pues que los presente en la mesa. Pero lo importante es que acojamos el llamado al alto al fuego que hacen el papa Francisco y el secretario general de Naciones Unidas (António Guterres). En eso nos mantenemos, en que el Gobierno escuche esos pedidos de alto el fuego.
P: En sus últimos comunicados han invitado al Gobierno a retomar los contactos de paz, pero no han hecho referencias a la condición inamovible del Gobierno de renunciar a las actividades ilegales y en particular a los secuestros. ¿Hay posibilidad de que cambien esa postura?
R: Lo que le hemos dicho al Gobierno es que reiniciemos la mesa de negociaciones y que no haya requisitos previos, porque así como a ellos se les ocurre uno, pues a nosotros se nos pudiera ocurrir lo mismo y entonces nunca así comenzaríamos. Cuando uno le coloca requisitos al otro antes de comenzar a hacer acuerdos, pues es una manera de decir que uno no quiere sentarse a una solución política. Entonces nosotros descartamos cumplir requisitos previos y por tanto tampoco se los exigimos al Gobierno.
P: ¿Pero creen que pueda ser entendible sentarse a una mesa de negociación sin que exista un cese al fuego, sea unilateral o bilateral?
R: Por eso le decimos al Gobierno que le dé un alivio a la situación de Colombia, que pactemos un cese bilateral porque eso va a permitir enfrentar mejor la pandemia (de coronavirus).
P: La actual crisis sanitaria, que también afecta a Colombia, ¿puede constituir un obstáculo o, por contra, convertirse en una circunstancia que lleve a facilitar las negociaciones, dada la necesidad de proteger a la población más vulnerable?
R: Influye bastante. En la ONU han seguido insistiendo para que haya un alto el fuego global e inmediato. Y en particular el secretario general y distintas agencias mantienen esa posición y nosotros entendemos que va a seguir habiendo un llamado al Gobierno de Bogotá para que entre en ese alto el fuego. Esas voces en vez de reducirse van a seguir creciendo, y nosotros pensamos que también esos llamados van a abrir los oídos del Gobierno y va a ser posible pactar un cese bilateral y también una reactivación de las negociaciones de paz. Esa es la expectativa y ese es el escenario en que nosotros nos movemos. El clamor que hay en Colombia, que también es creciente, por el cese bilateral y por la reanudación de conversaciones y el respeto a los acuerdos de paz firmados, está siendo acompañado desde la comunidad internacional y eso va a terminar por presionar al Gobierno para que entienda que enfrentar la pandemia en condiciones de un cese bilateral y de negociaciones de paz va a ser mejor.
P: ¿A qué se debe la negativa del ELN a aceptar como gestores de paz a Gerardo Bermúdez, alias «Francisco Galán» y a Carlos Arturo Velandia, alias «Felipe Torres», quienes fueron compañeros suyos?
R: En últimas ellos comenzaron a ser empleados del Gobierno. Ellos se retiraron de acá voluntariamente, eso se les respetó, y ahora como empleados del Gobierno nosotros lo que entendemos que ellos publicitan son las consignas del Gobierno en este momento. Porque lo real es que el Gobierno no los ha nombrado a ellos como representantes con el ELN o para negociar un cese bilateral. Los nombró como promotores de las políticas del Gobierno y eso no es lo que se necesita en este momento, lo que se necesita en este momento es acordar un cese bilateral y reiniciar una mes. Entonces, si usted observa, el nombramiento de ellos se puede clasificar más como una cortina de humo que esconde y que dilata tomar las dos decisiones más importantes que debe tomar el Gobierno, que es nombrar a sus delegados para negociar un cese bilateral y reiniciar una mesa de negociaciones con el ELN.
P: En su último comunicado afirman que es momento de que la delegación negociadora regrese a sus campamentos en Colombia con todas las garantías pactadas. ¿Es una decisión en firme salir de Cuba, van a regresar? ¿Qué circunstancias tendrían que darse para su retorno?
R: Cuando vinimos ya hace dos años fue el Estado colombiano el que pidió al Estado cubano que recibiera y alojara la mesa de conversaciones. Nosotros vinimos aquí por un pedido conjunto entre el Gobierno y el ELN. Parte de ese pedido lleva un protocolo de retorno que hicimos con el Gobierno en ese momento y es el que nosotros reclamamos. Si este Gobierno no quiere sentarse a la mesa, por lo menos que cumpla el protocolo de retorno que se pactó con el Gobierno anterior en presencia de cinco países garantes, eso es un acuerdo internacional y el Gobierno de Bogotá está en obligación de cumplirlo. Entonces el dilema es claro: nombre sus delegados para reabrir la mesa o permita que esta delegación regrese a los campamentos del ELN en Colombia cubiertos por las garantías que se pactaron con el Estado colombiano para el retorno.
P: Ustedes llegaron a Cuba hace dos años y poco después se detuvieron las negociaciones. ¿Cómo ha sido su día a día en este tiempo?
R: Nosotros seguimos muy pendientes de atender a los países garantes, acompañantes, sectores de la comunidad internacional y organismos multilaterales que mantienen el apoyo y el acompañamiento para que se reinicie el proceso de paz y para que se dé cumplimiento a los acuerdos que se firmaron con el Gobierno anterior. Mantenemos una amplia tarea de relaciones nacionales e internacionales. Y también ejercemos una cierta vocería del ELN, hacemos trabajo de comunicaciones hacia Colombia. En general nos mantenemos bastante ocupados en esa tarea de relaciones políticas y comunicacionales.
EFE