Estados Unidos pisó este lunes el acelerador de la reapertura económica, con una relajación del confinamiento incluso en los estados más prudentes, mientras crecían las esperanzas por las señales prometedoras de un ensayo clínico para lograr una vacuna contra el COVID-19.
Tres estados -Michigan, Massachusetts y Minesota- comenzaron este lunes una flexibilización gradual de las medidas de restricción del movimiento implementadas para contener la pandemia, mientras otros doce territorios daban nuevos pasos para incentivar su economía, como la apertura de gimnasios en Texas y Florida.
Las medidas implican que solo queda un estado -Connecticut- y un territorio -el Distrito de Columbia, donde se encuentra la capital estadounidense- que no han relajado en absoluto las medidas de confinamiento, aunque en el primero de ellos está previsto un inicio de normalización para este miércoles 20.
LOS CONTAGIOS SIGUEN SIN BAJAR
Esa apuesta generalizada por la reapertura ha generado preocupaciones entre algunos expertos, dado que el número de contagios en Estados Unidos todavía va camino de duplicarse cada mes, según un análisis de los datos de la Universidad Johns Hopkins publicado por la cadena CNN.
Solo quince estados y el Distrito de Columbia registran una curva descendiente en la cifra de nuevos casos de coronavirus, de acuerdo con un análisis de The New York Times; y en todo el país, el número de contagios rozaba este lunes el millón y medio, con casi 90.000 muertes, según el recuento de la Johns Hopkins.
En Michigan, donde la cifra de nuevos casos sigue subiendo, la orden de quedarse en casa sigue en vigor hasta el próximo 28 de mayo, pero este lunes se permitió reactivar las plantas de los tres principales fabricantes de automóviles estadounidenses, con sede en Detroit: General Motors (GM), Ford y Fiat Chrysler.
Minesota, cuyo número diario de contagios se ha estabilizado, puso fin a su orden de quedarse en casa y permitió abrir a los centros comerciales; mientras que Massachusetts, donde la cifra de casos ha empezado a bajar, inició una reanudación gradual de actividades que por ahora solo da luz verde a la construcción y las manufacturas.
La mitad del parque nacional de Yellowstone pudo abrir este lunes gracias a la relajación de restricciones en Wyoming; al tiempo que a los restaurantes en Florida se les permitía operar al 50 % de su capacidad, en Carolina del Sur se podía usar las piscinas y en Arkansas se activaban los cines, boleras, museos y casinos.
Todavía no está claro hasta qué punto las reaperturas iniciadas desde finales de abril han contribuido a la expansión de la enfermedad, pero algunos expertos están preocupados por casos como el de Texas, que este sábado registró un récord de nuevos contagios diarios, un total de 1.801.
MÁS TESTS QUE PACIENTES
Algunos líderes estatales subrayan que ese aumento en el número de casos confirmados puede tener que ver también con el auge en la capacidad para hacer pruebas del coronavirus.
Actualmente, Estados Unidos hace unos 330.000 tests de COVID-19 al día, aún lejos de las 900.000 pruebas diarias que, según el Instituto de Salud Global de la Universidad de Harvard, se necesitan para iniciar una reapertura segura del país.
El aumento en la distribución de las pruebas ha dado paso a un nuevo problema, la falta de demanda: según un sondeo de gobernadores que hizo este fin de semana el diario The Washington Post, una decena de estados tienen más capacidad para hacer tests que solicitudes de pacientes.
El presidente estadounidense, Donald Trump, celebró esa noticia y opinó en un tuit que eso valida su «gran trabajo en cuanto a los respiradores y tests», a pesar de que el artículo del Post vinculaba la falta de demanda con la ausencia de una estrategia nacional para aprovechar de forma eficiente la infraestructura de pruebas.
OPTIMISMO SOBRE LA VACUNA
Pero la noticia que más llenó de optimismo a Trump, a los mercados financieros y a millones de estadounidenses fue la anunciada a primera hora por la farmacéutica estadounidense Moderna, una de las ocho firmas a nivel global que desarrollan ensayos clínicos en humanos de una vacuna contra el coronavirus.
«Los datos provisionales de la Fase 1, aunque tempranos, demuestran que la vacuna con mRNA-1273 desarrolla una respuesta inmune de la magnitud causada por la infección natural, empezando con una dosis tan baja como 25 microgramos», dijo en una nota Tal Zaks, el jefe médico de esa firma con sede en Massachusetts.
Esos primeros resultados esperanzadores provocaron que el principal indicador de Wall Street, el Dow Jones de Industriales, subiera 700 puntos en la apertura, y llevaron a Trump a declarar, durante un acto en la Casa Blanca: «Este es un día muy importante».
El anuncio de Moderna llega menos de una semana después de que el principal epidemiólogo de EE.UU., el doctor Anthony Fauci, advirtiera de que «no hay ninguna garantía de que la vacuna» que salga de los ensayos clínicos «vaya a ser eficaz».
EFE