Nueva York, 15 de junio.- El precio del petróleo intermedio de Texas (WTI) abrió este lunes con una bajada del 3,94 %, hasta 34,83 dólares el barril, en medio de un fuerte temor a que una segunda oleada de casos de COVID-19 retrase el repunte de la demanda de combustible tras los rebrotes registrados en Estados Unidos, China y Japón.
A las 09.15 hora local (13.15 GMT), los contratos futuros del WTI para entrega en julio restaban 1,43 dólares respecto a la sesión previa del viernes, cuando el Texas cedió un 0,2 %.
El barril de referencia en EE.UU. bajaba en un escenario de pesimismo entre los operadores, preocupados porque un rebrote del virus afecte la recuperación del mercado, que busca el equilibrio tras la extensión hasta julio de los recortes de 9,7 millones de barriles por día (bpd) acordados por la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados (OPEP+).
«Las preocupaciones sobre un posible comienzo de una segunda ola de la pandemia dominan los parqués en todo el mundo, desde Pekín hasta Florida. Los mercados se mueven en oleadas de miedo y codicia, y después de que la codicia haya disfrutado de un largo período de alegría, el miedo ha comenzado a aflorar de nuevo», reflexionó en una nota el analista jefe de mercados petroleros de Rystad Energy, Bjornar Tonhaugen.
En un contexto en el que el suministro de petróleo se ha estabilizado, añadió Tonhaugen, la demanda ahora será el motor clave de precios, por lo que nadie podrá «ignorar» un aumento de las infecciones en mercados clave como China.
Tras casi dos meses sin registrar infecciones, China ha contabilizado alrededor de 80 nuevos casos en la capital china, tras un rebrote vinculado a un mercado mayorista.
Además, los casos en Estados Unidos también han repuntado en la última semana, con especial incidencia en estados que podrían haber comenzado su reapertura económica de forma prematura, como Texas, California, Florida y Arizona.
Por otro lado, representantes de la OPEP+ se reunirán este jueves para estudiar los recortes de producción que están en curso y comprobar si los países han cumplido su parte de las reducciones después de que Rusia y Arabia Saudí hayan mostrado descontento por los niveles de ajustes de algunas potencias como Irak y Nigeria.
EFE